Como lo expuse en la primera parte de esta columna, “Las campañas de odio, mayo”, (http://www.sdpnoticias.com/columna/8877/Las_campanas_de_odio_mayo, SDP Noticias, Mayo 19 de 2012) es verdad que la izquierda institucional, la partidista pues, deberá reducir y canalizar su odio hacia el PRI, enriquecerse de más ánimos y fundamentos democráticos porque así lo requiere este gris sistema electoral y, sin titubeos, emancipar su discurso y afiliarlo con las demás izquierdas, todas las que quieran participar. La restructuración de la izquierda institucional deberá sacudir sus propias bases, la coalición consigo misma internará sus propios hábitos, recursos y causas, por tanto, tendrá que rechazar el utilitarismo de la extrema mano diestra panista que bien sabe de esos instrumentos.

 

El PRI ha sembrado odio a su oposición porque, pues, así es su naturaleza. Y ésta tampoco deberá usar tal recurso vulgar en su contra para odiar al PRI. Si la izquierda institucional no disuelve sus propios rencores y el fanatismo le interrumpe su postura de clase política, y su causa, perderá no sólo los comicios, sino la oportunidad que el recinto electoral le presenta para consolidar su categoría con el resto de las izquierdas, de una buena vez.

 

Es verdad, las administraciones priístas han marcado severa y balísitcamente el quehacer político y su torrente. Como dije, es su naturaleza.

 

1952, Alameda Central; 1960, Chilpancingo; 1962, Xochicalco; 1967, Atoyac; 1968, Tezopaco; 1968, Tlatelolco; 1975, San Ignacio Río Muerto; 1994, Ocosingo; 1995, Aguas Blancas; 1997, Acteal; 2000, UNAM.

 

Pero, si la izquierda institucional no conduce de manera inteligente su oposición al PRI en este proceso electoral y la convierte en sufragios, de otro modo no habrá posibilidades de disolver la estructura priísta y regenerar la función pública a la que se ha venido internando en los últimos 50 años, y que llegó a ocupar hasta en un 80% con cargos administrativos en instituciones estratégicas cuando don Maximino Montiel Olmos era el jeque.

 

Entonces, tres cosas podrán definir estos comicios:

 

El odio que la izquierda tenga a Enrique Peña Nieto que no le permite la emancipación con las demás izquierdas. Ganará si lo supera con ansias democráticas porque, como dije, así lo requiere este sistema electoral.

 

El voto útil del PAN. Aunque pornográfico, la extrema derecha no le dará el triunfo a Peña, después tendrá tiempo para otras cosas y, además, sabe bien de esas vulgaridades.

 

La guerra sucia de Peña, la represión y censura a sus contrincantes, opositores y críticos.

 

Ahora, las encuestas muestran tres puntos irrevocables, consecuencia de este último punto:

 

Peña, en el D.F., va abajo por 20 puntos y sigue bajando.  

 

Peña, a nivel nacional, va arriba sólo por 9 puntos pero sigue bajando.

 

Mancera va arriba por 19 Puntos de Paredes y sigue subiendo.