La política mexicana estaba llena de individuos que parecían una cosa y eran otra. Aún quedan regados por ahí, algunos o algunas que seguirán intentando protagonizar en el antiguo teatrito del régimen siguiendo la trama de la apariencia y el disimulo, es decir, el montaje que cae en la modalidad de la farsa. Hay un gobernador, conocido por ser títere de empresarios panistas de su estado, y vaya usted a saber de qué otros oscuros intereses, practicante de la doble moral y por ende, la traición fácil. Pero hoy en la rueda de prensa le propinó AMLO un cachetadón con guante blanco a este individuo—habría que preguntarle a Dante Delgado si desea propinarle otro más, dado el error que cometió por ambición desmedida depositando su confianza en quien no debió-- que desgraciadamente para el pueblo bueno del bello occidente mexicano, éste se fue con la finta de quien se presentó como demócrata, como oposición al régimen corrupto, pero ha sido más de lo mismo, un brazo más del PRIAN, por lo que muy pronto se juntó con sus verdaderos colegas afines, hablando maravillas en los medios de Ricardo Anaya para presidente, y acto seguido renunciando en cuanto tomó posesión al partido pacotilla naranja del ambicioso veracruzano que le dio el puesto, confundiendo a la incauta ciudadanía.

Se quejó pues, el altanero señor gobernador—ex alcalde de Tlajomulco municipio huachicolero por excelencia-- del terrible desabasto en su estado alardeando que “¿por qué a ellos no les surten y en Puebla—estado también huachicolero como el suyo-- no hay desabasto?” De pena ajena la inmadurez simulando ser víctima.  Pero solitos se plasman ante el pueblo porque el presidente de la república lo desmintió públicamente, y comprobó a los habitantes del estado que gobierna este protagonista, que lo suyo es hacer alarde publicitario, pues el gobierno de México no tiene ni tendrá favoritismos, administra para el pueblo entero sin exclusión y avanza ya para cubrir la necesidad de combustible de los jaliscienses a pesar de que siguen pinchando los ductos que les llegan desde Salamanca, adhiriendo la presidencia de la república ante el micrófono, que deberán acostumbrarse a que las cosas ya no serán igual que antes, que habrá transparencia, ética y desde luego total libertad de expresión. Por lo que siendo ciudadano antes que nada nuestro presidente, gracias precisamente a su rectitud, posee la capacidad de disentir o corregir la información incorrecta, para el conocimiento ciudadano. 

Dejó ver el susodicho gobernador que emite ruedas de prensa publicitarias exagerando e inventando situaciones catastróficas por el desabasto de combustible en su estado, que lo mueven otras pasiones. Anda corajudo porque no puede hacer nada contra la apertura y transparencia de a quien ataca. Panista de hueso colorado que por un rato se disfrazó de otra cosa, pero ni hablar, como se dijo, con sus propias acciones se muestran cómo son y desenmascarados ante el pueblo a causa de sus puestas en escena fallidas, se desploma la credibilidad de los montajes teatrales quedando entonces como mediocres actores sobre el escenario de los acontecimientos.