A estas alturas es realmente digno de tomarse en cuenta y de reflexionar sobre ello:

Ya tiene casi 48 horas que la emergencia metereológica por Patricia quedó atrás, todo el mundo se felicita de que la cosa no pasara a mayores y se multiplican los reconocimientos a la labor de las autoridades y al comportamiento de la población en preparación para la emergencia y en el manejo de la misma.

Sin embargo cuando hablo de "todo" el mundo, en realidad se trata de casi todo el mundo menos de AMLO y sus fanáticos. No es absolutamente imposible que todavía diga algo positivo sobre el problema, por lo menos respecto de la población amenazada o afectada por el meteoro - sobre el gobierno lo dudo mucho, muchísimo -, de hecho podría uno suponer que hora tras hora crece la presión para que la AMLO diga algo al respecto. Pero el hecho es que aún no hay de su parte ni siquiera un twitt. Hasta hace unos momentos en su face el huracán nunca existió, nunca ha sido mencionado.

Lo anterior lleva a plantearse seriamente qué demonios pasa en su cabeza llena de egoísmo y megalomanía. Siendo un político de la importancia y la presencia que tiene, estaría obligado a decir algo positivo sobre el asunto, pero no, no dice nada. ¿Qué le pasa?

Por mi parte solamente veo dos posibilidades.

A) La peor es que en su megalomanía y odio, no puede reconocer nada a Peña, al gobierno, aunque no se trate de ellos, sino de una acción compleja que redundó indudablemente en el bien de la población. Por supuesto, eso hace quedar bien a Peña y su gobierno, pero un político de oposición sensato no dudaría en felicitar al gobierno. Eso es lo que hace todo oposición democrática, civilizada, interesada realmente en su país y no simplemente obsesionada por el poder de la manera más mezquina posible. Bueno, pero el caso es que AMLO no lo ha hecho.

B) La otra posibilidad, la menos negativa, que veo para explicar el ruin comportamiento de AMLO en esta hora de tensión y de alivio nacionales, es que es un enfermo mental que realmente se cree sus mentiras y parte, de manera infantil y egoísta, de que Peña realmente le robó la elección y sigue sentido, agraviado, rencoroso porque supone que lo ofendieron, que le deben algo.

Total, las dos posibilidades que explican que AMLO no haya dicho hasta el momento nada sobre el éxito y la suerte en la superada emergencia metereológica son:

a) Que se trata de un individuo realmente egoísta y personalista a más no poder al que lo único que le interesa es sentarse en la silla presidencial sin importar nada más, a como dé lugar, de tal manera que en aras de ese su egoísmo, ni siquiera puede reconocer ya no al gobierno sino a la población y muchas organizaciones civiles el éxito en la emergencia. O sea, es un tipo dictatorial a toda prueba.

b) Que se trata de individuo no solamente egoísta y personalista, sino además de un tipo infantiloide, inmaduro, que vive fuera de la realidad y se construyó una realidad en la que cree ciegamente y en la cual, él, AMLO, es el ofendido, y en aras de la ofensa personal en la que él cree, su egoísmo y egolatría, su inmadurez, lo llevan a no poder ver más allá de su mundillo personal y por eso es incapaz de tener la generosidad de reconocer ya no al gobierno sino ni siquiera a la población el éxito en la emergencia.

En síntesis, posibilidad A), simplemente un canalla, posibilidad B), canalla pero enfermo. Esta es la más benigna para él porque en cierto sentido lo disculpa: está enfermo, es un canalla enfermo.

En cualquier caso se trata de un enfermo de poder y desequilibrado mental que se nos acaba de mostrar en toda su bajeza, su mezquindad, ¡y así quiere ser presidente de la nación!

Un enfermo declarado, ambicioso, ególatra y alejado de la realidad tratando de ser presidente de la república ...

Qué bueno que se nos muestra tal como es.