¿Quién no ha escuchado hablar de Criptomonedas como Bitcoin, Ripple, Ethereum o de cualquiera de ellas?, la tecnología de base que hace funcionar las criptomonedas se llama Blockchain. Una analogía del Blockchain podría ser comparada con un registro que realizan distintas personas o nodos dentro de una red. Esto es, una red tiene diferentes computadoras y cada computadora o nodo realiza diferentes tipos de trabajos. El Blockchain lo que haría en este supuesto caso, es registrar los movimientos de todos y cada una de las computadoras o nodos que forman parte de la misma red. Ahora bien, cada computadora o nodo es un eslabón de la cadena, pero al mismo tiempo cada computadora o nodo tiene este registro completo, lo que conocemos en español como una cadena de bloques, por lo que cada computadora, nodo o miembro de ese registro tiene y conoce el historial completo de transacciones en esta pequeña red.

La redes convencionales de computadora pueden ser configuradas de manera distinta, como centralizadas, descentralizadas o distribuidas, la única diferencia entre ellas, es la forma en cómo se comparte la información y en qué red se toma la decisión. En las redes de Blockchain, cada miembro de la red toma su propia decisión y la respuesta de la red es la respuesta agregada de conjunto de nodos.

Cada nodo realiza múltiples tareas o roles en la red Blockchain, el más importante es el de hacer posible que la red pueda funcionar como tal. Cada nodo, tiene un rol espejo, pues registra datos que comparte con otros nodos y se sirve de la registrada por los demás. Todos los usuarios o nodos tienen una clave pública y una clave privada, que se encuentran vinculadas entre sí, de manera que la clave pública es conocida por todos usuarios. Un usuario firma sus operaciones con la clave privada, después los usuarios pueden verificar que realmente fue ese usuario quien firmó al verificarla con la clave pública, por lo que todas las operaciones registradas en la cadena de Bloques y además todas sus comunicaciones utilizan encriptación de muy alta seguridad.

Cuando se recibe el mensaje de datos y es verificada la autenticidad y validez del mensaje, este se fusiona por un nodo de la red con otras transacciones pendientes, precisamente en un bloque que incorpora la huella digital del bloque anterior, en un hash o algoritmo matemático que encripta la información , por lo que es inalterable, o dicho de otro modo, si existe cualquier cambio después de creado este mensaje de datos incorporado, se puede notar, porque generaría otro número totalmente diferente y sabríamos que fue alterado, por lo que en realidad el hash original, es inalterable, de allí la confiabilidad en esta herramienta tecnológica.

Como dije anteriormente, el Blockchain se utilizó para la creación y soporte de las monedas virtuales, en especial de Bitcoin, que el protocolo está orientado a la verificación y ejecución de transacciones seguras. A partir de Ethereum se ha visto que se puede utilizar Blockchain no solo para el campo de las monedas o transacciones monetarias digitales, sino que se ha implantado la posibilidad de ir más allá, de allí nació un concepto un poco más complejo como los contratos inteligentes, que no son más que "... un acuerdo que puede hacerse cumplir a través de una cadena de bloques, de tal manera que el cumplimiento del mismo no queda al albur de la mera voluntad de cualquiera de las partes, sino que se ejecuta automáticamente" nos dice Juan Carlos Melián. En pocas palabras, el contrato inteligente es una aplicación que se ejecuta exactamente como se programó, sin la remota posibilidad de suspensión, censura, fraude o interferencia de terceros.

Ahora, con esto que les he platicado, estaríamos hablando de la posibilidad de crear en la administración pública contratos inteligentes para poder ejecutarlos a través de peticiones de deuda pública, donde no decida un congreso del estado solo porque tiene ciertos adeptos políticos, sino que haya un estudio pormenorizado de la aplicación de estos préstamos y la herramienta los lleve a cabo, al mismo tiempo los contratos inteligentes transparenten y muestren que el dinero que se está pidiendo se aplique de manera correcta para el propósito establecido, esto es "sin la remota posibilidad de suspensión, censura, fraude o interferencia de terceros" y así mostrar al ciudadano en qué se está aplicando el dinero de una forma eficiente, transparente y sin que esos terceros, ostenten el puesto que ostenten, puedan desviar dinero.

Esta aplicación también puede ser en las licitaciones inteligentes, en dónde la aplicación muestre y diga de forma transparente y eficiente, quién realmente es el ganador de las licitaciones, sin oportunidad de suspender o que haya un fraude en la elección del proveedor electo de manera inteligente. Hay muchas posibilidades en su aplicación para la administración pública, el problema entonces sería sentar las bases regulatorias, presupuestarias y políticas para su sostenibilidad y para poder hablar de la gobernanza inteligente de las tecnologías dentro de la administración pública.

No existe en nuestra legislación una norma reguladora del Blockchain, pero de proponerse a subirlo a la agenda pública, daría en el traste con préstamos, licitaciones y transparencia inteligente desde la administración pública hacia los ciudadanos ávidos de seguridad jurídica y acceso a la información pública.