Hasta antes del último debate entre Donald Trump y Joe Biden celebrado la noche de este jueves, las encuestas mostraban como favorito entre los ciudadanos estadounidenses al candidato demócrata. Horas más tarde, todo parece indicar que el ex vicepresidente sigue con paso firme en su osada aventura de echar fuera de la Casa Blanca al polémico presidente y si no pasa nada extraordinario, se convertirá el 3 de noviembre en el nuevo presidente de los Estados Unidos de América del Norte.

Trump tropezó una vez más frente a su oponente; mintió, falseó información y no fue capaz de responder adecuadamente al menos un par de contundentes dardos que este le lanzó. De manera que estando ya en la recta final para elegir al próximo presidente del país vecino del norte, solo un as bajo la manga muy bien guardado por parte de Trump, podría cambiar las tendencias que apuntan como ganador a Joe Biden.

Gracias a los ajustes técnicos acordados para este segundo y último debate luego del fiasco que resultó el primer encuentro entre los dos aspirantes el pasado 29 de septiembre, medidas como silenciar micrófonos permitieron que se pudieran apreciar de mejor forma las posiciones de ambos adversarios políticos y facilitar el trabajo de la moderadora Kristen Welker, que por lo demás tuvo una participación adecuada.,

Previo al debate Joe Biden estuvo guarecido en su hogar estudiando, repasando y ajustando hasta el más mínimo detalle para la nueva contienda con el presidente y ello se puso de manifiesto mediante frases bien estructuradas, certeros reproches y acusaciones a su adversario. Sabía perfectamente en que momento y dónde colocar sus puyas para hacer mayor daño dado que con anterioridad se anunciaron los temas a debatir: Coronavirus, Familias estadounidenses; Relaciones raciales, Cambio climático; Seguridad Nacional; y Liderazgo político.

También antes del debate fueron publicadas diversas encuestas del New York Times, CNN, NBC News, Wall Street Journal, y ABC News, entre otras, para dar a conocer las posturas de los ciudadanos en cada uno de estos tópicos resultando una marcada ventaja para Biden.

Por ejemplo, en el tema del coronavirus, los ciudadanos confían más en el candidato demócrata que en el presidente para manejar la pandemia. Y Biden lo sabía, por ello inició poniéndole número a la casa, al recordar los 220 mil muertos en su país a causa de la pandemia. «Cualquiera que sea responsable de tantas muertes no puede seguir como presidente de EE.UU». En tanto, Trump insistió en la necesidad de «no cerrar el país» y en que la vacuna está «a pocas semanas», pese a lo que mantienen los expertos. «Tenemos que aprender a vivir con ello», dijo Trump sobre el virus. «¿Aprender a vivir con ellos? Estamos muriendo con ello», asestó Biden quien pronosticó «un invierno oscuro».

Cuando las encuestadoras preguntaron cómo estaba la situación familiar, más de la mitad contestaron que estaban mejor que hace cuatro años, pero al preguntarles sobre el país en general, el 55 por ciento dijo que las cosas habían empeorado.

Trump culpó a la líder de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, por no querer aprobar un plan de ayuda para los estadounidenses. Advirtió que si eligen a Biden, la bolsa de valores se va a ir a la bancarrota. Biden reviró que a Trump sólo le importan la bolsa y los millonarios, no la gente normal y añadió que el líder republicano del Senado ya dijo que no va a aprobar el plan de ayuda de Trump. En tanto el presidente de Estados Unidos dijo que el plan demócrata sólo era para que ellos se beneficiaran, y los estados demócratas, y los que entran ilegalmente al país.

Respecto a los Problemas raciales, Trump se declaró en el debate como «el menos racista de la sala», «Ningún presidente ha hecho más en la historia que yo por la comunidad afroamericana con la excepción, quizá, de Abraham Lincoln», dijo, aún sabiendo que nadie le creería dicha aseveración. No al menos, después de que durante las protestas por las muertes de dos afroamericanos hace unos meses, Breonna Taylor, y George Floyd, apuntara su ira contra los manifestantes de Black Lives Matter, y los describiese como personas sin ley y violentas. También en esa oportunidad arremetió contra la profanación de monumentos, emitió una orden ejecutiva que prohíbe la capacitación contra los prejuicios para los contratistas gubernamentales y cuestionó la existencia del racismo sistémico.

De ahí que aunque en el debate intentara alegar que no dijo lo que dijo, los votantes consultados previamente, de manera abrumadora se han decantado por Biden, quien consideran haría un mejor trabajo manejando los problemas de discriminación racial en una proporción de dos a uno aproximadamente.

En este punto, que resultó entre los más álgidos, Biden atacó a Trump con la «inhumanidad» de su política en la frontera al señalar su crueldad al «arrancar a los niños de los brazos de sus padres y mantenerlos en jaulas» provocando que muchos estén separados y que otros no se puedan reencontrar. Trump se defendió como pudo recordándole que fue su Administración, la que compartía con Obama, la que hizo las jaulas en las que se metía a los inmigrantes, incluidos los niños. «¿Quién hizo las jaulas para los niños, Joe?», repitió varias veces.

Biden prometió que de ganar la presidencia de Estados Unidos, abrirá una vía para la ciudadanía a 11 millones de indocumentados.

Por un gran margen, 58 contra 19 por ciento, los votantes registrados dijeron en una encuesta que Biden manejaría de mejor forma que Trump la respuesta al cambio climático. «Amo el medioambiente», aseguró Trump anoche, mientras Biden lo acusaba de haber eliminado las acciones que se habían acordado en la administración de Barack Obama para limpiar el clima y poner un límite a las emisiones de carbono. Lo recriminó por salirse del Acuerdo de Paris y dijo que él regresará una vez que gane.

En Seguridad Nacional, los estadounidenses creen que Biden haría un mejor trabajo en los temas de política exterior. El 59 por ciento lo eligió en ese tema en comparación con el 39 por ciento que respaldó a Trump.

Cara a cara, Joe Biden criticó al presidente estadounidense por ser amigo del líder de Corea del Norte, el "matón" Kim Jong Un, comparando esta estrategia diplomática a un acercamiento con el dictador Adolf Hitler. "Es como decir que teníamos una buena relación con Hitler antes de que invadiera Europa, el resto de Europa. Por favor". Trump afirmó, de su lado, que el expresidente Barack Obama le había dejado "un desastre" en Corea del Norte y le advirtió del riesgo de una "guerra nuclear". "No le gustaba Obama", contó Trump sobre por qué el líder norcoreano no conoció al expresidente.

El candidato demócrata afirmó que si es elegido el 3 de noviembre, Rusia, China e Irán pagarán por haber interferido en las elecciones de Estados Unidos. «Yo lo dije claramente, cualquier país (...) que interfiera en las elecciones de Estados Unidos va a pagar el precio», advirtió Biden. «Están interfiriendo con la soberanía estadounidense», indicó Biden a lo cual Trump replicó que nadie ha sido más duro con Rusia que él.

Trump no perdió oportunidad de atacar nuevamente a Biden a través de los señalamientos a su hijo y de estar coludido con él en temas de corrupción. Afirmó que el candidato demócrata se ha llevado millones de dólares de Rusia, China o Ucrania, aunque sin presentar pruebas de su aseveración. Pero siendo que el tema del vástago logra desencajar a su adversario, consiguió que un Biden molesto le reiterara en no pocas ocasiones «No me llevé ni un solo céntimo», «es todo falso». Para su fortuna, logró contraatacar con los impuestos de Trump. «¿Qué tienes que esconder?», le dijo, aunque sin ser muy convincente.

Los candidatos discutieron sobre cómo mejorar los problemas de cobertura médica en el país, después de que Trump ha combatido durante años la reforma sanitaria del Gobierno de Barack Obama, conocida como Obamacare. El presidente tachó de «socialista» el plan de Biden de instaurar un seguro médico público y asequible, que mantiene los seguros privados. Por primera vez, el candidato demócrata, mientras renegaba del adjetivo «socialista», que asusta a sus votantes moderados, lo calificó como ‘Bidencare’.

En otros momentos del debate, Trump cuestionó por qué Biden no hizo todas las políticas que ahora defiende. «¿Por qué no lo hiciste hace ocho años?», «¿Por qué no lo hiciste hace cuatro años?», insistía el presidente. Biden solo respondió una vez: «Porque el Congreso era republicano».

El 62 por ciento de los votantes dijo que no confiaban en que Trump fuera honesto con ellos sobre el coronavirus, haciéndose eco de una de las críticas más frecuentes sobre su liderazgo en general: que simplemente no es digno de la confianza del pueblo estadounidense.

Cuando se les preguntó a quién consideraban más digno de confianza, los estadounidenses eligieron a Biden con un 57 por ciento sobre Trump que solo consiguió un 33 por ciento.

Entrados ya en plena recta final, Biden lidera por 7.9 puntos porcentuales en las encuestas a nivel nacional y por 4.1 por ciento en los Estados clave, según el promedio de RealClearPolitics.

El debate de anoche pudo servir para que ese porcentaje mínimo de electores indecisos que abarca apenas entre 2 y 5 por ciento, quizá haya podido inclinar sus preferencias para definir a cuál de los dos suspirantes a la presidencia de su país le otorgará su voto.

Lo cierto es que faltando solo 11 días para la elección, más de 50 millones de estadounidenses ya han emitido su voto, y se podría elucubrar que si Joe Biden se mantiene en su casa desde hoy hasta el martes 3 de noviembre, esa noche podrá dormir con la certeza de ser el presidente número 46 de los Estados Unidos de América del Norte. Eso, siempre que Trump no saque algo de la chistera en los próximos días. Ya lo veremos.

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