David Gale es un personaje ficticio encarnado por Kevin Spacey dentro de la película referida en el título del presente escrito y quien, dentro de la trama del film, buscaba demostrar que el sistema penitenciario en el estado de Texas sufría de fallas tan graves, que por motivo de esto se condenaba a muerte a personas que eran inocentes. Fue tanto el afán del protagonista para demostrar su verdad, que, planeó como ser condenado a muerte y ejecutado siendo él, ante la vista de la ciudadanía y desde el aspecto legal, inocente de todo cargo criminal pero, por las fallas del sistema, siendo él inocente, fue condenado injustamente a la pena de muerte.

Al ver y escuchar la entrevista de Ciro Gómez Leyva  a Andrea Noel, me di cuenta que la periodista actuó tal y como lo hizo el finado personaje de David Gale, y aquí explico el por qué:

 1.      Andrea Noel es “víctima” de un acto, que, jurídicamente, puede equipararse con el de acoso sexual, aunque, un buen abogado lo podría reclasificar a actos que alteran el orden público y atentan contra la moral.

2.      El hecho se da, precisamente en el día internacional de la mujer y, curiosamente, contra una activista feminista, quien, además es periodista que según su dicho, se dedica (por la información que ella da a Ciro) a denunciar todo tipo de actos en contra de la integridad de la mujer.

3.      Curiosamente, los elementos para que los hechos quedaran grabados en video se dieron en un orden casi perfecto: soledad de la vía, ver llegar claramente al perpetrador y el hecho se dio en el punto geográfico exacto a modo de que la cámara captara la acción.

4.      La atención que esto generó en los medios para que, en el día internacional de la mujer, quedara evidenciado, que a una activista, fue vejada en su integridad.

Es una realidad que las coincidencias en este tipo de hechos no existen; además, están los errores que cometió Andrea Noel durante la entrevista con Gómez Leyva:

 1.      Habló de un acto criminal, el cual, según el Código Penal actual, no está tipificado como tal.

2.      Al principio no supo contestar y después titubeó cuando Gómez Leyva le preguntó qué tipo de denuncia había interpuesto.

3.      El hecho de responder las preguntas de Ciro mirando directamente a la cámara en lugar de estar interactuando con el interlocutor, y su discurso memorizado, nos habla que toda esa información la había preparado y no se trata de los dichos de alguien quien, usualmente se encuentra alterado o molesto por ser una víctima.

Si discurso de exigir al Gobierno de la Ciudad de México criminalizar este tipo de actos resulta exagerado, así como exagerado resulta el de exigir que le sean entregados los videos de las cámaras de seguridad públicas de las cuales minimizó, cuando las mismas, han logrado evitar ilícitos y han servido para detener a delincuentes en infinidad de ocasiones.

Si bien es cierto, se debe actuar en contra del acoso en contra de las mujeres y tratar de acabar con el machismo, algo seguro es que, con una actitud como el feminismo, que es el equivalente en mujer al machismo, y pretender exigir que incluso hasta los piropos sean criminalizados y llevar a la cárcel a los hombres que se atrevan a actuar de esa manera, es simplemente ponerse en una postura peor que los machistas. Digamos que estaríamos ante la contradicción de buscar una igualdad, pero, guardar una superioridad por el simple hecho de ser mujer; entonces, la mujer que acusa de sumisión, pretende lograr una igualdad, pero, que esté cargada de una superioridad sobre los hombres solo por la calidad de género.

En redes sociales, a este tipo de mujeres se les refiere con el término “feminazis”, término que fuera peyorativo, pero, término que curiosamente usan las mismas mujeres en redes sociales en contra de este tipo de actitud de otras mujeres; basta que en el buscador de Facebook o Twiter (por poner unos ejemplos) escriban esa palabra, y verán cómo son en veces más las mujeres que usan el término “feminazi” que los propios hombres.

Resulta curioso que en una sociedad como la mexicana se asegure que el problema de la violencia y la drogadicción terminarán con la educación y no la criminalización, pero, por otro lado, existen mujeres que quieren criminalizar actos que derivan precisamente de la educación de las personas.

 Están registrados y evidenciados a personajes que aseguran luchar contra una causa y “por obra divina” curiosamente siempre son sujetos de esos actos que tanto denuncian, como por ejemplo el de Jesús Alberto Capella en Tijuana quien, es un secreto a voces de que el supuesto atentado sufrido en su domicilio, fue un auto-atentado, simple y sencillamente para poder explotar su carrera política y acceder a cargos públicos.

 Luchar por una causa social está bien, pero, el pretenderse victimizar para poder intentar lograr las metas que están buscando, simplemente nos pondría en el escenario de La Vida de David Gale.

@ejlodena