En la mañanera de hoy, el presidente Andrés Manuel López Obrador dedicó prácticamente una hora a listar el estatus de los 100 compromisos que anunció en el Zócalo el 1 de diciembre de 2018.

Apoyo a los pueblos indígenas, a madres solteras y becas a estudiantes... estos fueron algunos de los compromisos que AMLO considera cumplidos con su enfoque a los programas sociales por encima del apoyo a “empresarios” fifís que fueron privilegiados durante década por el sistema neoliberal y cuyos resultados quedaron a deber, por decir lo menos.

Algunos de los compromisos me impactan personalmente y puedo corroborar que son verídicos. Pienso en específico en el programa de mejoramiento urbano en comunidades fronterizas, entre las que se encuentran Mexicali y Tijuana (ciudades en donde he residido por décadas) y en donde la obra pública es notoriamente mayor en cantidad que en gobiernos anteriores.

Otros de los compromisos, la austeridad republicana, los pocos viajes al extranjero (AMLO solo ha realizado uno, Estados Unidos, visita de estado con Trump) son innegables, hasta para opositores recalcitrantes estilo FRENA. Que nieguen la realidad, es otra cosa.

La parte de humor de la mañanera (aunque no lo crean, los intercambios entre el mandatario y los reporteros producen escenas de humor, voluntario e involuntario), fue cuando una reportera le preguntó si iba a enumerar los 96 compromisos cumplidos, a lo que el presidente, con sarcasmo, señaló que “de eso pide su limosna”.

Quedará para la posteridad el saber si fue beneficioso o no utilizar la mañanera para responder a los medios ultraconservadores, pero por lo pronto, AMLO sigue utilizando la mañanera como caso de éxito en la comunicación, que marca pauta tanto a redes sociales como a medios durante el resto del día.