Todos recordaremos aquel 31 de agosto del 2016, el entonces candidato republicano Donald Trump arribó la Ciudad de México en calidad de eso, un candidato, de otro país, con un discurso por demás beligerante contra los mexicanos. Aquí fue tratado como algo más que un candidato, fue tratado como jefe de estado.

Vino y se plantó en la residencia oficial del ejecutivo mexicano, con su característico estilo, se impuso, rompió el protocolo, dejó en ridículo aquí, en nuestra cancha, a nuestro presidente, a nuestro gobierno. Metió gol de visitante, pues, y vaya qué gol. Pero faltaba el juego de vuelta, y allá, unas horas después, en aquel mitin en Arizona, Trump jugando ya de local, le metió una goliza a Enrique Peña Nieto. Goliza histórica, como el 7-0 que Chile nos propinó hace algunos pocos años también.

El mismo Peña Nieto, tiempo después admitió que no fue del todo acertada aquella visita extraordinaria, pues terminó apuntalando, y, en amplia medida, pavimentando el camino, al menos en lo discursivo, para que el republicano llegará a la Casa Blanca.

Cuatro años más tarde, Andrés Manuel López Obrador visita al ahora presidente Trump, en la casa blanca. El escenario: una visita de trabajo oficial por la entrada en vigor del T-MEC, también en medio de una campaña electoral. Es decir, encontró a un Trump tanto jefe de estado como candidato (que nunca lo ha dejado de ser).

Podríamos analizar desde los símbolos hasta lo técnico esta visita, pero diremos tan solo que, en el terreno de las percepciones, que, al final del día es lo que la mayoría de los ciudadanos toman en cuenta antes que lo demás, AMLO lo hizo no solo bien, lo hizo muy bien. En el juego de visitante, allá, en Washington, AMLO, sin ser espectacular, metió gol. Todos sabemos que había que estar atento al día siguiente, ya sin AMLO, Trump podría cargar y reponer el marcador, pero no fue así, sino con mucha astucia política y con fines ampliamente electorales, firmó una iniciativa pro-hispanos: punto para ambos. Trump no disparó, a estas alturas, en el 2016, ya había metido gol en los pinos y goleado en Arizona. Ni una ni otra.

AMLO metió gol en Washington, y sea como sea, todos sabemos que gol de visitante, vale doble.