Las cárceles privadas son esclavitud. No hay otra manera de decirlo. En Estados Unidos, donde se “abolió” la esclavitud el siglo antepasado, esta forma inhumana de controlar a las personas se convirtió en otra cosa: el negocio privatizado de las cárceles.

En varios estados norteamericanos, presos trabajan en toda clase de negocios, desde maquiladoras hasta controlando incendios, por pagas ridículas de menos de 20 pesos, o menos, al día.

Lo que reveló AMLO en la mañanera de hoy, sobre el cierre del penal de Puente Grande ante la contratación de servicios “privados” nos muestra que esta nueva esclavitud era la “meta” de los prianistas a futuro. Privatizar agua, petróleo, electricidadd, salud y hasta las cárceles.

“Ayer estuvimos viendo porque se está cerrando el penal de Puente Grande porque se contrataron penales privados, o sea, se hicieron contratos con empresas que le cobran al gobierno por el servicio de los penales, o sea, se privatizó también lo de las cárceles”.

AMLO

Y las cárceles no iban a estar vacías por mucho tiempo. De seguir con el paradigma gringo, las cárceles mexicanas estarían repletas de inocentes (aún más) trabajando por una miseria, o por nada, para grandes corporaciones. Esclavitud, pues.

Por esta transparencia, más de 30 millones de mexicanos votaron por AMLO.