Sin duda, la violencia en el béisbol es algo que no debemos permitir. No podemos ni debemos acostumbrarnos a presenciar actos impropios en relación a eventos ligados a cualquier disciplina deportiva y que resultan aún más apartados del espíritu que anima a nuestro amado rey de los deportes. Siendo los parques de pelota un sitio en el que los aficionados encuentran un momento de disfrute y esparcimiento con la familia y amigos, por ningún motivo se le puede abrir la puerta a las agresiones, al bullying, a los destrozos, a las riñas. De ahí que una vez más se haga necesaria la intervención del titular de la Oficina de la Presidencia para la Promoción y Desarrollo del Beisbol (PROBEIS), Édgar González Sabin, tanto para hacer un llamado de atención como para coadyuvar a que las dirigencias de la Liga Mexicana del Pacífico (LMP) nuestro máximo circuito profesional beisbolero jugándose en otoño-invierno, y de los equipos que la conforman actúen con firmeza y oportunidad, a fin de evitar otros posibles actos de violencia en los estadios de béisbol

 

Se deben cortar de tajo estas reprobables prácticas que hemos visto manifestarse de diferente forma en algunos parques de la LMP. Y en este asunto es menester cerrar filas; dirigentes, peloteros, integrantes de los cuerpos técnicos de los conjuntos, los medios de comunicación y sobre todo la noble afición, debemos hacer lo que nos corresponde desde nuestras respectivas trincheras para impedir que se dé paso a ese visitante incómodo que no queremos ver en nuestros parques de pelota.

De ahí que se hace necesario que los dirigentes tanto de la LMP como de los equipos que la conforman tomen cartas en este asunto, pues los comunicados que se han enviado de manera oficial no han tenido la energía para hacer mella en quienes han propiciado los actos violentos toda vez que se han seguido registrando en algunos estadios.

Pareciere que ha faltado dar un manotazo con mayor fuerza para sancionar directivas, estadios y aficiones. Por ello considero es necesaria la intervención de la máxima representación de la presidencia de la República para que se dé sino un jalón de orejas, sí un pronunciamiento a fin de que se entienda la importancia de cerrar la puerta a los actos vandálicos, a quienes los ejecutan y a quienes los toleran sin emitir sanciones ejemplares como correspondería.

No es posible dejar pasar sin sanciones alguna situaciones como las registradas recientemente en el Nuevo Estadio Yaquis (NEY) de Ciudad Obregón, donde la violencia se ha hecho presente en al menos tres ocasiones en lo que va de esta feneciente campaña 2019-2020.

En este contexto habrá que recordar la riña registrada el domingo 13 de octubre del pasado 2019, cuando algunos seguidores del equipo de la tribu vandalizaron y se enfrentaron a golpes, al concluir el cotejo entre el equipo local y Charros de Jalisco que pagaba la visita que el cuadro norteño le realizó el día previo para el evento inaugural ocurrido en la casa de los campiranos de Zapopan.

En fechas recientes la violencia se volvió a hacer presente con motivo del primer encuentro de la serie de semifinales entre el equipo de casa, allá en la antigua Cajeme y los Venados de Mazatlán. A través de un video que circuló en redes sociales, se advierte cómo algunos aficionados, portando playeras y gorras que les distinguían como seguidores de los Yaquis, arrojaron objetos y vertieron líquidos de diversa índole hacia el dugout utilizado por Venados de Mazatlán, siendo objeto de esa agresión peloteros e integrantes del cuerpo técnico visitante.

Ante el repudio de quienes observaron la reprochable acción de esos pseudo aficionados en redes sociales, la dirigencia de la Liga Mexicana del Pacifico, encabezada por Omar Canizales Soto, expresó en un comunicado haber identificado plenamente a quienes causaron los disturbios y establecía que dichas personas fueron boletinadas para que no se permitiese más su ingreso a ninguno de los 10 estadios de los equipos que conforman la LMP.

Sin embargo, a la respuesta de la LMP le faltó contundencia, y así quedó de manifiesto al repetirse escenas de violencia en ese mismo estadio durante el séptimo y último juego de las semifinales cuando pseudo aficionados de Yaquis volvieron a agredir a aficionados del equipo visitante ante su evidente malestar por haberlos dejado fuera de la lucha por el título de campeón.

Lo más preocupante es que en ningún momento se ha visto una manifestación sobre el tema por parte de quien debió haber sido el primero en dar la cara, el presidente del club Yaquis, René Arturo Rodríguez, para responderle no solamente a su propia fanaticada, sino a la Liga, a los equipos que la conforman y a la afición beisbolera en general.

Pero el Nuevo Estadio de Yaquis no ha sido el único inmueble beisbolero visitado por esa negativa figura que provoca actos violentos, pues otros desagradables incidentes se han visto también en el estadio del equipo de los Tomateros de Culiacán. Quizá para algunas personas no se pueda clasificar como violencia las “graciosadas” de las mascotas de los equipos, esos personajes disfrazados que intentan hacer pasar un rato ameno a los aficionados en las tribunas pero que en algunas ocasiones caen en lo vulgar y agresivo, como ha ocurrido con la mascota de Tomateros apodado “El Chango Ote’”, que en días pasados agredió con un pastelazo estampado en forma por demás violenta en el rostro de una joven mujer, quien estando sosteniendo en brazos a un pequeño fue objeto de tal agresión en el marco de un festejo por su cumpleaños que el estadio celebraba.

En el video relativo a ese suceso se advierte la sorpresa de la joven que tras el impacto en su rostro se abalanza de inmediato sobre el tipo disfrazado de chango y se hace evidente el disgusto de la dama por lo ocurrido, y no obstante que momentos después surgió un video en el que la botarga de chango señalaba haber sólo atendido lo solicitado por la pareja sentimental de la joven señora, posteriormente trascendió que la botarga habría recibido amenazas de muerte.

Incluso, la propia directiva del conjunto culichi ha sido señalada de incitar a la violencia a través del equipo de sonido del estadio y usando las pantallas con que se cuenta en el establecimiento para azuzar a la fanaticada a ofender a quienes portan indumentaria en apoyo al equipo que los visita. De igual forma, es su costumbre usar la cámara del estadio para enfocar a las personas del público para luego colocarlas en la pantalla contrastándolas con imágenes en las que se mofan de alguna peculiaridad de su físico, incurriendo en acciones que podrían catalogarse como bullying. Un ejemplo de ello fue lo que se vivió en días pasados con el cantante grupero, Lupillo Rivera, quien fue motivo de escarnio del público cuando presenciaba el juego de semifinales entre Tomateros y Cañeros de Los Mochis, luego de vincularlo sentimentalmente con Belinda. El cantante fue el divertimento de la gente que asistió al estadio de béisbol siendo ridiculizado en la pantalla.

Creo que todo debe estar dentro de un equilibrio, todo puede hacerse dentro de un balance, buscar entretenimiento, buscar diversión, buscar atracción, pero sin dejar de lado el espíritu del sano esparcimiento familiar y el disfrute de nuestro deporte favorito como debe ser. Tenemos que poner un alto a la violencia y es mejor empezar desde ahora, generar acciones encaminadas a evitar nuevos brotes de violencia.

Los dirigentes de los equipos deben tomar la iniciativa para generar las acciones que de manera conjunta con la dirigencia de la LMP que encabeza el sonorense Omar Canizales Soto se pongan a trabajar de inmediato en medidas que vengan a frenar los negativos sucesos que se ha venido presentando en dichos estadios de Sonora y Sinaloa.

Si bien, en realidad son pocos los episodios que se presentan con ese tinte ríspido, alejado del espíritu deportivo y la fraternidad que es común exista entre beisbolistas, siendo un juego de pelota reconocido por el respeto a los rivales, y sobre todo el respeto a la preferencia hacia algún escuadrón que se tenga entre quienes presencian un encuentro del deporte rey, no podemos olvidar que la violencia genera violencia y no es algo que estemos deseosos de ver en nuestro deporte favorito.

Finalmente, siendo el béisbol el rey de los deportes y además el que ostensiblemente abraza como favorito el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien además ha desplegado un especial programa de respaldo para la promoción y el desarrollo de esa disciplina deportiva en la búsqueda de generar no solamente el fomento a la cultura deportiva en General sino el desarrollo de más y mejores peloteros, sería de gran relevancia que el propio AMLO externara un exhorto para erradicar esas situaciones de violencia en los parques de pelota.