Desde la mañana del pasado sábado, elementos de la Guardia Nacional resguardan la Casa Jalisco, donde habita el gobernador Enrique Alfaro Ramírez. Una amenaza del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) pesa sobre su persona y el Gobierno Federal ha enviado vigilancia especial a través de efectivos de ese cuerpo de seguridad que constituye el proyecto emblemático de la Cuarta Transformación. Sin importar las litis que han sostenido en días recientes, sin observar colores, y sin marcar diferencias, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha enviado una señal de buena voluntad y el Gobernador jalisciense ha aceptado la ayuda, dejando saber que frente a la criminalidad no hay espacio para albergar posturas, o sentimientos que no sean darse la mano y cerrar filas para acabar con este mal que tanto daña a la sociedad.

Uno de los sicarios detenidos tras el operativo fallido contra el Secretario de Seguridad de la CDMX, Omar García Harfuch, habría revelado que en la lista de objetivos del Cártel está el Gobernador y así se lo dejaron saber al mandatario quien hizo pública la amenaza tanto en sus redes sociales como en entrevistas que concedió a medios de comunicación.

 

Enrique Alfaro dijo que el Centro Nacional de Inteligencia fue quien le informó sobre las amenazas, pero si bien admitió no es la primera que recibe, existe tensión en el ambiente, y de ahí que no se puedan soslayar estos temas.

Conforme a reportes oficiales, uno de los detenidos reveló que Enrique Alfaro estaba en la mira y ya se planeaba un operativo para atentar contra su vida.

Según esta versión sería atacado "por no estar jalando" con el CJNG.

El gobernador de Jalisco, declaró que las amenazas del Cártel Jalisco Nueva Generación en su contra son “un desafío contra el Estado mexicano” y por ello, declaró que no se platica ni se negocia con delincuentes.

“Más que una amenaza contra un servidor, es un desafío contra el Estado mexicano”, y aseveró que ya implementó ciertas medidas de seguridad.

Declaró que su posición siempre ha sido de responsabilidad para con el gobierno y afirmó “...con los grupos de delincuentes no se platica, no se negocia y eso es el único seguro que tienes de que estás haciendo lo correcto”.

Tras el anuncio del mandatario jalisciense el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que ordenó establecer comunicación con Alfaro para ofrecerle el apoyo de las instituciones federales de seguridad.

López Obrador aseguró que en su administración no se protege a ningún grupo para perseguir a otro, ya que se sigue el principio de “que al margen de la ley nada y por encima de la ley nadie”.

El ofrecimiento de protección fue bien recibido por Alfaro, quien calificó el acto como una oportunidad para volver a dialogar. “Más allá de aceptar, me parece que un tema necesario es la seguridad del estado; valoro y reconozco el mensaje que mandó y creo que es una nueva oportunidad para volver a dialogar y construir un gran acuerdo para enfrentar este terrible mal que nos aqueja”, dijo a medios de comunicación.

Como ya se mencionaba, la Guardia Nacional se ha instalado a las afueras de la residencia oficial del gobernador y desde el sábado mantiene una vigilancia discreta.

“La presencia del cuerpo federal es de ocho agentes con el uniforme de campaña de la corporación (blanco con camuflaje negro), y dos agentes de la Policía Federal, con uniforme azul oscuro. Los policías llevan tres camionetas tipo pickup, dos con los colores de la Guardia Nacional, y la tercera en color azul con logotipos de la Policía Federal. De acuerdo con vecinos, el número de agentes varía, y ha llegado a ser de 13 elementos.

Los agentes federales están ubicados en la calle Ontario, entre Domingo Sarmiento y Ricardo Palma, lo que corresponde a un costado de Casa Jalisco. Además de los federales, se mantiene el dispositivo de seguridad habitual de la policía estatal, es decir, un policía en cada esquina exterior del inmueble, y una caseta con dos agentes fijos en la entrada de la calle Montreal, la cual está cerrada y sólo se permite el paso de visitantes y personal de la Casa Jalisco”, según reporta Milenio.

Cuando se está en un cargo con la responsabilidad que tiene el gobernador de Jalisco no se puede soslayar ni la más mínima amenaza. En Jalisco, habrá que recordarlo, han sido asesinados alrededor de 35 elementos policiacos de mandos medios y altos tan solo en el periodo a cargo de Enrique Alfaro, es decir, de diciembre de 2018 a la fecha, la mayoría de los cuales son atribuibles a los carteles.

Por ese motivo, no se pueden minimizar las presuntas amenazas que también ha recibido y denunciado la titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Rosario Piedra Ibarra, el canciller Marcelo Ebrard, el Jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, y hasta el propio Secretario de Seguridad de Ciudad de México, Omar García Harfuch, quien tras sufrir un atentado en días pasados, él mismo acusó en redes sociales al CJNG de estar detrás del ataque fallido perpetrado en su contra en calles de la capital del país.

De manera que ninguna medida de seguridad es accesoria en este momento para el resguardo de funcionarios. Hubo críticas para algunos secretarios de estado que acudieron la semana pasada al Informe del presidente en camionetas blindadas y acompañados por escoltas, pero ya lo dijo el mismo Alfaro, hay tensión en el ambiente y se deben extremar precauciones en el tema de la seguridad.

Incluso el propio Andrés Manuel López Obrador, debería ya redoblar las medidas de seguridad en torno a su persona y hacerse acompañar de un grupo de elite que se encargue de su protección personal. 

Es cierto que no se puede vivir con miedo, pero tampoco se puede hacer oídos sordos a las señales de alerta y menos cuando ya no se limitan y se convierten en amenazas directas.