El primer jefe de Estado de Francia en ser condenado a prisión

Si alguien pudiera sentirse decepcionado por el curso del juicio que se está realizando en Francia en contra de su expresidente Nicolas Sarkozy, sería el mismo Napoleón Bonaparte, si de alguna manera pudiera enterarse.

Si a Napoleón Bonaparte no lo hubieran traicionado los mismos franceses en la batalla de Waterloo, hoy Francia sería potencia mundial, y el idioma predominante del Mundo sería francés, y no, inglés.

Pero ni siquiera los descendientes de Napoleón Bonaparte pudieron consolidar su idealismo imperialista, y muy controversialmente, el que pudo haberlo hecho, Napoleón III, fue obstaculizado políticamente y con razón por Don Benito Juárez.

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Y lo peor de la Historia, es que Francia continuó cometiendo errores políticos de consecuencias estratégicas muy severas, que ahora se reflejan en el manejo del juicio a Sarkozy: desde el injusto juicio de Dreyfus, después, la firma del Tratado de Versalles en su territorio, la infame alianza de su presidente Philippe Pétain con Hitler, tiempo después, las declaraciones de Francois Mitterrand al aceptar su complicidad en el holocausto judío, hace poco el juicio también de su ex-presidente Jacques Chirac, y ahora éste en contra de Sarkozy.

Según lo que explica la prensa, alguien relacionado con la compañía L’Oréal Paris, que si lo vale, le prestó dinero a Sarkozy antes del 2007 para promocionarse como Presidente francés, y después esa persona obtuvo beneficios diplomáticos en Mónaco, si, el mismo puerto que quiso comprar en su momento Aristóteles Onassis para vacacionar con su esposa Maria Callas y luego con Jacqueline, pero al no lograrlo, se hizo amigo de su Príncipe al quien le presentó a su amiga Marilyn Monroe, pero a él le gustaba más Grace Kelly.

Y finalmente, Nicolás Sarkozy fue un buen presidente, o por lo menos durante su gestión del 2007 al 2012 Francia estuvo estable socialmente, igual que México, lo que debería ser un gran peso jurídico a su favor, y, si lo van a enjuiciar por pedir dinero para cumplir sus sueños y sus expectativas políticas, deberían hacerlo también con todos los políticos que lo han hecho, incluyendo al mismo Churchill, aunque sea póstumamente, ya que recibió una muy buena suma de libras esterlinas en su momento de Lord Balfour y otros cuates para lograr sus objetivos de salvar al Mundo.