La semana pasada le comenté mis opiniones sobre la salida de Luis Videgaray y su desempeño al frente de las finanzas públicas como titular de la SHCP. Y también le compartí mi impresión de que con este cambio, el presidente Peña Nieto comenzaría la última intentona por rescatarle algo positivo a su gobierno.

Creo que ahora vale la pena dedicarle algunas líneas al Secretario de Hacienda recién nombrado, el Dr. José Antonio Meade Kuribreña. Y hago la remembranza porque considero que el camino para evaluar el desempeño del secretario Meade, será idéntico al descrito para Videgaray, es decir, tendremos que valorar si nos entrega una situación financiera nacional en mejor estado de la que ahora le tocó recibir.

Don José Antonio tiene un currículum envidiable, pues esta es la quinta ocasión en que es nombrado Secretario de Estado, algo que ningún funcionario o político ha logrado nunca y que es muy poco probable que vuelva a darse, por lo difícil que es la permanencia en el medio y máxime a esos niveles. Creo que ello es una ratificación de dos cualidades importantísimas en la política: la eficiencia y la confianza. Sin duda que Meade debe ser un profesional muy eficiente y confiable, pues de lo contrario no sería llamado como un estupendo técnico al rescate cuando hace falta.

Lo comento porque me parece que tiene el perfil y la experiencia para fortalecer el cuidado del gasto público, en aras de contener la debacle de salud financiera que Videgaray suscribió y toleró. Vaya, analizando en el contexto que hoy enfrentamos; mismo que tampoco se puede eliminar o modificar de un día para otro; llegó el mejor que podía llegar.

Y no es que piense que Meade cambiará la realidad financiera que hoy vive el erario, dado que es algo que aunque quisiera ya no se puede, pues el tiempo es poco y las alternativas son escasas. Empero, me parece que sí veremos a un secretario más disciplinado y más ocupado en ordenar el changarro, a un secretario enfocado en contener los problemas actuales; vaya, opino que se pondrá con bastantes ganas a recoger el tiradero que le realizaron.

De resultar así, el secretario Meade obtendría una buena nota en su desempeño, pues entregaría algo mejor que lo recibido, significaría que su paso le habría agregado valor a las finanzas públicas.

Todo ello, en un entorno político promedio, se asumiría como una fortaleza del presidente, como una oportunidad aprovechada que le ayudaría a mejorar sus índices de gobernanza y gobierno. No obstante, dado el tremendo desgaste multitemático que el primer mandatario del país registra, es ya muy poco probable que algo pueda librarlo del alto desprestigio que su gestión padece.

Resulta entonces que dada la circunstancia, el secretario Meade sí significa un activo para las finanzas nacionales, pero no para el presidente. A estas alturas, Meade puede mejorar un poco la salud financiera para el cierre del sexenio, pero al presidente Peña Nieto, ya no parece haber manera de ayudarle con su fracaso político. Don Enrique tiene que darse por bien servido si en estos dos años no decae todavía más en la opinión pública, lo cual pareciera natural. Acontece que la suerte del sexenio ya está echada.

Su escribidor sostiene que si este panorama se logra de manera razonable, en 2018 podríamos estar viendo al Dr. Meade protestar por enésima vez como Secretario de Estado. Él no ha roto nunca sus lazos con el panismo, baste ver las declaraciones vertidas por ellos ante su regreso a la SHCP, así que tiene posibilidad de seguir rompiendo récords en las maromas de la política. Aunque eso sí, siempre y cuando el presidente Peña no se le atraviese y lo deje trabajar, porque de lo contrario nos empeoraremos.

Y digo que el PAN porque no se ve por dónde se acerque alguien más a la presidencia, con todo y la ventaja de AMLO en las encuestas tempraneras. López Obrador conservará su valija de votos duros, pero no tiene de dónde obtener más; los independientes harán un papel digno y fortalecerán ese tipo de candidaturas, lo que es sano para México, pero hasta ahí; mientras tanto, Peña Nieto continuará como jefe de campaña del PAN, llevándolos en hombros de regreso a Los Pinos.

 

Amable lector, recuerde que aquí le proporcionamos una alternativa de análisis, pero extraer el valor agregado, le corresponde a usted. 

 

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