“En una situación así, no se puede competir así, wey. Si van a hacer un análisis exhaustivo, se van a dar cuenta, wey. Somos una pareja que viene a representar a México, wey”. No se trata de una entrevista banquetera con un aficionado ebrio a la salida de alguna competencia. Son extractos de la entrevista que realizó Score Final a Alfredo Castillo, el titular de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), al tratar de justificar el sexto lugar de las clavadistas mexicanas Paola Espinosa y Alejandra Orozco en la prueba de Plataforma de 10 metros, así como la excusa para llevar a su novia a los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Desastrosas declaraciones del titular de la Conade en los Juegos Olímpicos que supone debía entregar buenos resultados al Gobierno de México tras meses de negociación con las diferentes federaciones deportivas. Por si fuera poco, Alfredo Castillo defendió la asistencia de su novia a Río de Janeiro, la ex representante de Nuestra Belleza México en 2009, Jacqueline Tostado, mencionando que ambos representaban a México. No sé, amigo lector si usted se siente representado por esta pareja, pero no es mi caso.

Para enterrar aún más su branding personal y del deporte mexicano que nos representa en Río 2016, Alfredo Castillo publicó una foto en su cuenta de Twitter donde presumió su asistencia al partido de tenis entre Novak Djokovic y Juan Martín del Potro olvidándose de los deportistas mexicanos y mostrándose fiel al tenis, su deporte favorito.

El día de ayer, publicó un nuevo twitt sumamente confuso, justificando el hasta ahora fracaso de nuestra delegación: “De 26 pruebas realizadas hasta este momento, en 7 se ha terminado entre el 4 y 8 del mundo. De estos 7, 5 están dentro de los 5 del mundo”.

Alfredo Castillo se muestra sonriente en sus fotos como un turista entusiasmado en sus primeros Juegos Olímpicos. Su rostro en las fotos con los familiares de los atletas mexicanos en Twitter muestran júbilo, más que una franca preocupación y apoyo hacia ellos. Pero Castillo no es turista, es nuestro máximo federativo deportivo por lo que a ojos de la opinión pública demuestra una actitud despreocupada, arrogante y embustera. Se ve a todas luces que no cuenta con un equipo de comunicación e imagen adecuado, no le cuidan las espaldas y no lo asesoran adecuadamente antes de sus entrevistas y eso permea al resto de la delegación mexicana. Nadie de los deportistas entrevistados muestra ante las cámaras una verdadera humildad tras ser descalificados.

Un descuido tan ligero y tonto como llevar y presumir a una novia a los Juegos seguro desencadenará una fuerte sacudida en la Secretaría de Educación Pública (SEP). Esperemos, para el bien del deporte mexicano, que la dependencia que encabeza Aurelio Nuño analice con seriedad el informe que entregue la Conade.