La crisis por coronavirus va mucho más allá de las cifras de contagios y muertes, involucra a un gran número de familias que se han visto afectadas por toda la situación que rodea al problema. Están, por supuesto, quienes han perdido a un ser querido, pero también quienes se han tenido que separar de los suyos por trabajar en hospitales o laboratorios.

Ese es el caso de Liu Haiyan, una enfermera que trabaja en la unidad de enfermedades infecciosas del Hospital Popular del Condado Fugou, en China. Debido a que la mujer trabaja directamente con personas con coronavirus 2019-nCov, el riesgo que tiene de adquirirlo es alto y eso la hace estar aislada del exterior.

En total fueron 40 los trabajadores de la salud que fueron reclutados para trabajar en el nosocomio, y al 31 de enero llevaban ya 10 días sin poder volver a casa ni ver a sus familias; para entonces, Haiyan extrañaba a su hija de 9 años y las autoridades le permitieron verla, aunque hubo algunos metros de distancia entre ambas.

Uno de los patios del hospital fungió como escenario del emotivo reencuentro en el que madre e hija se vieron con la mitad del rostro cubierto por cofias; entre lágrimas, ambas se dijeron lo mucho que se extrañan y la enfermera prometió volver “cuando acabemos con el monstruo”.

“Tras ganar esta batalla prometo que pasaré mucho tiempo en casa”<br>

Liu Haiyan

Tras unos minutos “juntas”, Liu tuvo que irse, pero no sin antes recoger un paquete de comida que su hija había dejado en el piso como una muestra de amor. “Haz caso a tu padre. Sé buena chica”, dijo la enfermera mientras extendía los brazos para dar un abrazo en el aire a la niña.

Con información de Daily Mail.