El instinto de supervivencia ha llevado a muchas personas a realizar cosas inimaginables o absurdas, que sin embargo funcionan. Tal es el caso de una joven que al verse atrapada en medio de la nada, decidió recurrir, no a los servicios de emergencia, sino a Tinder, para obtener ayuda, la cual obtuvo de manera espectacular.

Los hechos sucedieron el pasado 22 de enero, al norte de Noruega. Lonia Häger, una joven de Alemania, contó en su cuenta de Instagram que ese día viajaba en casa rodante junto a un grupo de amigos, cuando comenzó a llover y, debido a las bajas temperaturas, el camino se congeló.

Entonces, el vehículo comenzó a deslizarse sin que pudieran detenerlo. Cuando finalmente dejaron de avanzar, se dieron cuenta que estaban en una peligrosa zona, detrás de una curva entre el mar y una montaña con grandes rocas.

Los servicios de emergencia no podían ayudarlos. ¿Tinder lo logró?

En una publicación en Instagram, Lonia  dijo que temían deslizarse por la montaña o ser impactados por otro automóvil.

"El momento en que te das cuenta de que estás indefenso contra la Madre Naturaleza”.

Lonia Häger.

Su miedo aumentó cuando se enteraron de que los servicios de emergencia estaban demasiado lejos para ayudarlos rápidamente.

Una "extraña y genial idea" los salvó

Pero entonces la esperanza regresó a la joven alemana gracias a la creatividad de un amigo.

“Phil tuvo la extraña pero realmente genial idea de crear una cuenta en Tinder”.

Sin nada que perder, Lonia configuró la aplicación de citas basada en su ubicación para buscar un soltero cercano y potencialmente útil. En cuestión de minutos, la joven encontró más que a un posible interés amoroso, a su héroe.

“Literalmente 5 minutos después hice match con Stian Lauluten. Otros 5 minutos más tarde llegó con su Bulldozer y cavó líneas en el hielo”.

¿Qué pasó con su 'match'?

De esta forma la joven y sus amigos pudieron conducir a un estacionamiento donde Stian los guió para ponerlos a salvo. Al día siguiente su héroe les llevó unos neumáticos con púas, ya que no había un mecánico a menos de 200 kilómetros.

Lonia y sus amigos continuaron su camino a la ciudad de Lofoten, pero no aclaró si pactó una cita para otro día con su match.