La cuarentena afecta a absolutamente todos los sectores de la población; no importa cuál sea el oficio o profesión que una persona ejerza, seguramente su vida ha cambiado desde que gran parte de la población tuvo que aislarse en casa a causa de la pandemia de Covid-19

Los sacerdotes, y demás personas dedicadas a la religión no han sido la excepción, pues en vista de que las iglesias están cerradas, esta Semana Santa, han tenido que salir a las calles para acercarse a los feligreses. Así, un grupo de sacerdotes se ofrecieron a confesar a los fieles sin que tuvieran que bajar de sus autos

En el puerto de Acapulco, que luce desierto en esta época que usualmente está abarrotado, algunos curas se acercaron instalaron en el estacionamiento de la Arquidiócesis de Acapulco para que las personas se estacionaran frente a alguno de ellos y se confesaran

Sacerdote confiesa a fiel

Auto-confesionario

En la conocida zona de Caleta, los curas hicieron todo lo posible y con sus respectivos cubrebocas, ayudaron a los asistentes a cumplir con el sacramento de la penitencia y del perdón a bordo de sus vehículos

Eso sí, la afamada privacidad que existe en un confesionario común no se cumple en esta nueva modalidad, pues el sacerdote simplemente está sentado al aire libre y ve de frente los rostros de los fieles que acuden a confesarle sus pecados. 

La gente llegó en autos, camionetas, motonetas y a pie para hablar con el cura que se mantuvo a más de un metro de distancia de ellos, escoltado sólo por un crucifijo. Sobre las medidas de seguridad tomadas para evitar contagios, El párroco Marco Antonio Galeana explicó que cada que una persona llega, se le da un cubre bocas. 

"El que se viene a confesar no se baja del auto, siempre va a permanecer en su auto y se le da un cubrebocas. Después de que se vaya cada penitente se rocía un liquido de limpieza para sanitizar el ambiente" 

Marco Antonio Galeana