Jeff Highfield, inglés de 49 años, descubrió una calle que no aparecía en ningún mapa cuando remodelaba un edificio valorado en un millón de libras en Stockton-on-Tees.

Según ABC, las viviendas, que tienen más de 250 años, todavía cuenta con marcos de madera originales en las ventanas, puertas sólidas y cavidades para sostener velas.

"Nosotros creemos que ellos utilizaban estos cuartos minúsculos para almacenar los animales, porque además estaban frente al mercado de ganado", afirma Highfield, quien contrató a dos investigadores para que estudien el caso.

La calle fue probablemente habitada por los miembros adinerados de la sociedad de Stockton, que pasó de ser un importante centro comercial agrícola y ganadera a que, con la llegada de los ferrocarriles en la década de 1820, se convirtiera en un centro industrial y de fabricación.

Foto: Tomada de Gazette Live