Christopher Filardi, investigador del Museo Americano de Historia Natural, halló un 'martín pescador bigotudo', un tipo de ave de color amarillo, naranja y azul brilloso que no se había visto décadas, por lo que lo consideraban un animal mitológico y completamente extinguido.

Tristemente, el hombre ocasionó una polémica y no precisamente por conservar el ave, sino porque decidió matarla ¡en nombre de la ciencia!

Así es, el equipo, que encontró el ave en la isla de Guadalcanal, en Oceanía, "lo recogió", como se dice en términos científicos, bajo el argumento de que con sus restos podrán "mostrar que hay cientos de ejemplares que aún se desarrollan de forma rica y atemporal"...

Como era de esperarse, un grupo de investigadores externos y buena parte de la población se manifestó en contra y dijeron que el hecho de matarlo contribuye a su extinción.

Ante estas reacciones, Filardi comentó que matar a un ejemplar puede ayudar a salvar a toda la especie y estimó que el ave se convirtió en "un símbolo de la esperanza y un proveedor de posibilidades, no en una pérdida".

Por su parte, activistas en defensa de los derechos de animales, incluyendo a Ben Minteer, de la Escuela de Ciencias de la Vida de la Universidad Estatal de Arizona, recordaron los casos de científicos que han preservado especies, en el artículo "Evitando la (re)extinción" de la revista Science.

Con información de Infobae.