Los encargados del área de Comunicación del Ministerio de Salud de Brasil cometieron un grave error: usaron una botarga con forma de gota para animar a los niños que acuden a vacunarse contra el sarampión, que más parece un fantasma o un miembro del Ku Klux Klan.

Zé Gotinha ha ayudado a vacunar a más de seis millones de niños entre uno y cinco años e incluso tiene una versión femenina, María Gotinha. No obstante, su imagen también ha causado pánico entre algunos menores de edad y usuarios de redes sociales, quienes la califican como "siniestra". 

Al respecto, el artista plástico Darlan Rosa aseguró que la creación de la botarga no es otra que aminorar el pánico que sufren los niños cuando ven una inyección, pero la falta de presupuesto ha causado el deterioro de su creación.