Con el objetivo de mostrar que las abejas no son peligrosas, Mohamed Hagras, un apicultor egipcio, se "dejó crecer" una barba compuesta de decenas de estos insectos.

Para ello, ató a su barbilla una caja con hormonas de abeja reina, la misma técnica que aplica para formar un nuevos colmenares. Así, varios insectos comenzaron a acercársele sin lastimarlo de ningún modo.

Pero esta no es la primera vez que lo hace, pues el ingeniero, que tiene una granja apícola a las afueras de Shibin El Kom, expone su peculiar barba en distintos concursos donde trata de romper el récord mundial que ostenta el chino Gao Bingguo.