Entrar a trabajar a una empresa no es algo sencillo, de pronto uno se acostumbra a ser su propio patrón, a no recibir órdenes y a pensar individualmente. Pero en una empresa la cosa no es así.

Los empleados están al pendiente de realizar sus labores bajo los parámetros que exige la misma empresa; estos parámetros están basados en los intereses de todos y, bueno, el patrón tiene que estar viendo otros elementos, porque ve que todo esté en orden, rápido y bien.

Muchos de ustedes estarán pensando lo bruta que parezco ante algo tan sencillo. Pero es interesante ver cómo los pensamientos y visiones de las personas suelen ser muy distintos, lo mismo que los intereses.

Es como ser tuerca de una maquinaria cuando siempre has sido un pequeño reloj y de pronto entras a ser parte de un relojote; la visión es impactante.

Ves a un grupo de personas que trabajan. ¡Corre van! ¡Corre vienen! Suben, bajan, quitan, ponen. Tú observas, sabes lo que debes hacer porque lo has hecho siempre, pero ahora lo tienes que hacer coordinándote con muchas personas. Y por más que me esfuerzo en ver jerarquías y el orden del lugar, solo puedo ver personas, humanos, con sus miedos, con sus inquietudes, con sus sueños. Veo el diálogo interior de cada uno, siento los pensamientos.

Hace algún tiempo realice una actividad en la que vendabas los ojos a algunas personas y los dirigías hacia algún punto en grupo. La idea es el trabajo en equipo, en esta actividad vemos que un grupo de personas pueden realizar un trabajo en conjunto que beneficie a todos, siempre y cuando existan dos factores: un solo líder que dirija y un equipo que sepa interpretar al líder; entonces vemos que este equipo llega más lejos. Dos líderes en un equipo generalmente termina en divisiones; varios líderes que creen saber por dónde, llevan a la caída del equipo. Pero un equipo que se plantea una estrategia, se marca metas y trabaja con objetivos confiando el uno en el otro y manteniendo el estándar, logra el éxito, siempre y cuando el líder en verdad sea el que más sabe. Sin lugar a dudas, el mejor líder es aquel que sabe mantener el silencio y dar las sugerencias oportunas pese a no sea considerado como tal.

Lo que es bien cierto es que México no está funcionando así, cuando te metes al tráfico puedes ver cómo todos quieren ser líderes, metérsele al otro, ganarle al otro, robarle al otro, brillar más que el otro, en fin. Vemos cómo la maquinaria del reloj funciona mal porque las cabezas de los equipos en el gobierno apenas y son tuercas, pero como son compadres del presidente municipal, dirigen cosas que cualquiera sabe más que é,l "al fin que solo va a dar órdenes", y vemos gente trabajando en áreas de cultura que no tiene idea qué es Wagner, piensan que es una marca de jabón para baño. A personas encargadas de ecología que creen que reforestar es ver varias veces la película de Forest Gump. Entonces, como en el ejemplo del equipo vendado, todos caen. Y vemos que todo lo que pasa en el país está mal. Desde que sales de tu casa puedes verlo, bueno, hasta para comprar tortillas. Y por desgracia, si no jalamos parejo todos al mismo lado, al mismo ritmo, con un objetivo en común, enordeny con conciencia, va a pasar lo que está pasando pero cada vez peor. Ya, ¿no? Como que nos ponemos las pilas y tiramos para donde debemos.

El ejercicio de la venda es sumamente valioso, háganlo y a ver qué encuentran sobre el trabajo en equipo, aprender a confiar en los demás, aprender a guiar y dejarse guiar, separar los miedos para poder dirigirse incluso a sí mismo. Es una labor fuerte, pero no tenemos opciones si queremos salir del hoyo, uno ayuda al otro y todos trabajamos en conjunto.