Las cámaras de algunos de los asistentes a un mitin

lopezobradorista en el Zócalo captaron a una señora cuando, encabritada,

comenzó a adjetivar contra parte de la "clase" política de este país. Esas

imágenes del 2006, que en Youtube registran más de 300 mil visitas, se vienen a

la mente con el episodio ocurrido la semana pasada en la Cámara de Diputados.

Se vienen a la mente cuando el diputado Gerardo Fernández Noroña le grita

"asesino, corrupto..." al secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan

Molinar Horcasitas.

Las palabras de la mujer de tez morena, pelo blanco, más

que el exabrupto para los oídos, hacen vibrar no sé si la conciencia o el

corazón. Un corazón justiciero, por supuesto.

A Felipe Calderón: "A mí que me suda el culo, no tengo nada,

no tengo nada, pinche gobierno puto, no tengo nada de ti, más que mi vida por

Dios... tengo mi vida, hijo de tu pinche madre, y te largas porque el pueblo no

te quiere, por incómodo, te andas acomodando como puedas, con toda tu gente,

muy fachoso... que ya eres presidente, eres cagada méndigo, eres mierda, pinches

mierdas, mierdas desgraciados, perros...".

A Vicente Fox y Martha Sahagún: "Y el Fox con su pinche

mujer, que no sé cómo se llama la puta... ("Martita", le dice el público)...

Martita la puta, hija de la chingada, ladrona, desgraciada, perra, maldita,

vestido diario y yo hasta al mes me cambio porque no tengo qué ponerme... eso sí,

no den a los pobres, sino nomás arrancarle el dinero, el dinero para sus bolsas

de ustedes".

A todos: "Méndigos, por eso quieren la Presidencia, pero

¡fuera todos!, ¡fuera hijos de la chingada! Son unos mafiosos, por eso no dejan

la presidencia... porque son unos rateros, méndigos, rateros desgraciados,

infelices, muertos de hambre, perros malditos, ricos por el pueblo...".

¿Qué logró la señora? Manifestar su coraje, hacerlo

evidente.

¿Qué logra Fernández Noroña, aparte de atraer las cámaras,

con sus señalamientos contra Molinar Horcasitas? El exabrupto parece similar,

el fondo es el mismo; la diferencia es que Gerardo tiene una función que

desempeñar. Es representante popular. Hay gente que votó por él. Antes de esto,

se le conocía por sus múltiples protestas, porque increpaba a policías, porque

a veces no había valla que lo detuviera...

Hoy Gerardo tiene que debatir, legislar, atender a su gente,

al igual que los otros 499 diputados. Ahora, que tiene ese poder, tiene que dar

resultados, no pantallazos. Hacer lo que está a su alcance para solucionar algo de lo que él, la señora del Zócalo, y muchos nos quejamos: pobreza, corrupción, desempleo, negligencia...

Los problemas están ahí, pero las descalificaciones nos pierden y nada cambia. Las revoluciones no se concretan a mentadas de madre.

Hasta mañana, porque lo hay...