Con esperanza, o siendo demasiada ilusa e ingenua, me puse a ver el principio de la mañanera del día de hoy, un día después de la marcha por el INE, esperando que quizá el presidente se reinvindicara y se asomara en él un gesto de humildad y de conciliación.

Él, que se dice tan espiritual, pensé que quizá por fin se daría cuenta de que no fueron poquitos  los que ayer marcharon.

Si fuera un brillante político como algunos dicen que él es,  creo que era el momento perfecto para buscar la conciliación, la unidad; la empatía.

Hoy denostó, desacreditó al movimiento de ayer. Sí, otra vez, y de nuevo llamó a los que participaron clasistas y racistas, sí… una vez más.

Tristemente, Claudia Sheinbaum le siguió los pasos, diciendo que no había sido una marcha mayor y que no habían sido tantos, que ni quién le hiciera caso.

El mismo discurso, la misma ideología de su paternal presidente... Una gran decepción.

Aquí el que decepcionó fue el presidente y  también  su corcholata favorita.

Tenían todo para buscar acuerdos, acercamientos, para dejarse de complejos y rencores, para dejar de etiquetar a las personas con apodos y adjetivos. Pero no sucedió.

Esta marcha no logró nada tristemente, más que el presidente esté cada día más  enojado ahora sí todos los días, todo el tiempo, a toda hora.

Era la oportunidad de oro para ganarse a varios adversarios y realmente convencer a esos miles y miles que ayer marcharon.

Hoy empezó su mañanera diciendo que debería de desaparecer el INE porque gasta muchísimo.

Pero todos sabemos que gratis no nos ha salido el Tren Maya ni el AIFA.

Quiere controlar y controlarnos y por eso quiere manejar el al INE, eso ya nos queda clarísimo.

Ahora bien, he de aceptar que también esta marcha la usaron montón de políticos para volverla justamente eso: algo político, para su beneficio, para su ego y protagonismo. Tristemente creo que los políticos que no gozan de una buena reputación o imagen en la ciudadanía, no debieron de haber asistido a la marcha. Creo que eso le hubiera dado más valor al objetivo de la misma, la ausencia de ciertos personajes en la vida política.

Pero el ego de muchos  políticos es más grande que el amor a su país y por supuesto ahí querían llegar, para que hubieran cámaras y fotógrafos tomándoles su mejor ángulo para luego postearlas en su redes.

Eso desvirtúa el objetivo de la marcha, aún cuando estén en su derecho de marchar, yo pienso que  francamente debieron desistir, pero lo hecho hecho está; el daño por ahí ya quedó hecho.

Bien por Lorenzo Córdova que decidió no asistir, creo que todos los políticos de este país que saben que no son tan queridos ni aceptados debieron abstenerse de participar .

¿Que si creo que algo va a cambiar por esta marcha? No. Tristemente no. Y no porque el presidente tiene razón: “No marcharon todos” y esa es una gran verdad.

¿Qué es lo que sí provocará la marcha? Más agresiones por parte del presidente, sin duda ya no se siente tan amado e idolatrado, por ende eso le genera incomodidad e incertidumbre así que el único recurso que le queda es ser mucho más agresivo.

No será raro que la mañanera se vuelva (más de lo que ya es)  un ring de box desigual, en donde el presiente desde el poder y con micrófono en mano se dedique a exponer, atacar y evidenciar a todo aquel que le moleste y le incomode, aún cuando la seguridad de los que ahí  evidencia quede vulnerable y endeble.

Nos encontraremos a un presidente mucho más bravucón y provocador, generando en el ambiente del país un estado de estrés, neurosis y enojo, ya se ha visto que se ha vuelto cosa cotidiana ver escenas  donde unos se pelean contra otros. A golpes, con palabras, con violencia.

Temo que esta marcha más que traer paz traerá división desde el poder.

Nos queda recordar que juntos somos más fuertes, nos queda darle la mano al vecino, al de enfrente, al desconocido, entregarnos en cuerpo y alma al servicio de los demás, apoyar y apoyarnos buscando ayuda para nuestra salud mental, porque el presidente está muy enojado  y cuando hay un miembro de la familia que siempre está enojado y fuera de sí  provoca enojo y desesperación a los que lo rodean y afecta a toda la familia.

Tenemos que tener mucha inteligencia emocional para no caer en provocaciones, y con hechos demostrar que somos un gran país.

El presidente quiere provocar y provocarnos. No caigamos. Porque por ahí no se gana nada.

Qué triste… era la oportunidad de oro de el presidente y la dejó ir.

Era la oportunidad de oro de Claudia Sheinbaum y la dejó ir.

Quizá es nuestra oportunidad para ser mejores personas, informarnos mejor, meditar muchísimo más nuestro futuro voto y no dejarnos convencer tan fácilmente a cambio de dinero y dádivas.

Sigo siendo igual de soñadora quizá.

Es cuanto .