Los que conocemos a profundidad la aviación sabemos que tiene una característica: su “dualidad”. Y es que en ella coexisten dos aspectos diferentes, y a veces opuestos; a pesar de lo “cuadrada” que pueda ser la aviación, está obligada a tener la gran habilidad de reinventarse de manera constante.

Y ese es un ejemplo que VivaAerobus nos da de forma constante. A esta aerolínea regiomontana de bajo costo no le da miedo ser resiliente, lo que le ha permitido abrirse camino en el mercado aéreo de una forma muy interesante.

Debemos de tomar en cuenta que veníamos en una curva de recuperación post pandemia, pero lamentablemente las amenazas de quien gobierna en el vecino país del norte, han terminado por hacer mella en la aviación nacional.

Admiro que la templanza de Viva sea suficiente para no tener miedo a decisiones poco “populares”, y aclaro que estoy hablando desde la óptica de sindicalista, que defiende al trabajador.

Sin embargo, estoy firmemente convencida que los sindicatos deben de existir para la defensa irrestricta de los derechos laborales, y no que se conformen con ser una cueva de apapachadores de gente floja que se escuda tras las conquistas sindicales.

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Aplaudo -como no tienen una idea- la comunicación directa que existe entre la directiva de la aerolínea y los trabajadores. Sin rodeos ni medias tintas, se ha hablado de frente y expuesto las razones para llevar a cabo una reestructura dentro de su personal.

Derivado de las actuales condiciones, no todas achacables a la empresa, Viva tiene que hacer reajustes, y entre ellos viene un recorte de personal. Pero no crean que es “así porque sí”. ¡No!, y es aquí donde felicito a la aerolínea, porque no les tiembla la mano para prescindir de gente que no cumple con los estándares que la empresa dejó claros desde el principio, concretamente de la gente que continuamente falta a sus jornadas laborables.

No hablo desde la barrera; como representante sindical en la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) me tocó entrar al ruedo, en ese entonces de Aeroméxico, Mexicana de Aviación, Click, Transportes Aeromar y Aeroméxico Travel, y acudir al área de operaciones, que son los encargados de planear las corridas de vuelos mes por mes, y no saben ustedes lo mucho que afecta que los trabajadores (sobrecargos en ese caso) recurrentemente falten.

Me tocó volar con compañeros que decían: “tengo derecho” a tres faltas por mes, pero eso es falso; no digo que mientan, solamente que es una interpretación errónea de la Ley Federal del Trabajo. Yo les puedo decir que en mis 12 años como sobrecargo de Mexicana de Aviación solamente falté 4 veces a mis vuelos. Y uno fue consecuencia de una mala asignación, o sea que no fue mí responsabilidad.

Lo digo coloquialmente, la gente que falta pone a parir chayotes a los responsables de planear los vuelos, pues de un momento a otro tiene que resolver de dónde saca a otra persona que pueda suplirla. No es nada sencillo, y en eso se gastan un montón de recursos; es algo que no se ve a simple vista, pero que repercute de forma negativa en los números de la aerolínea.

Otro criterio que usaron en Viva para recortar parte de su plantilla fue la falta de probidad. Lo siento mucho, pero aquí no hay ni cómo ayudarlos. Siempre se debe ser honesto, no hay vuelta de hoja. Reportes constantes de pasajeros fue otro de los criterios que la directiva de Viva utilizó para rescindirles el contrato, y por último falta de apego a los estándares operacionales.

Seamos serios, no se trata de un “recorte” masivo, sino más bien selectivo, donde los malos elementos se van, porque más que generarles ganancias a la empresa, representan importantes pérdidas para la compañía aérea. Ahora bien, si hubo algún error o exceso, y le tocó la guadaña a personal que no lo merecía, la aviación es una industria que guarda registro de absolutamente todo, y cualquier injusticia es detectable y susceptible de ser reparada, si fuera el caso.

Estoy convencida que siempre se debe de contar con la mejor gente, la más capaz y la más dispuesta a trabajar; la gente que no cumple y no pone su mejor esfuerzo, haciendo todo “al ahí se va”, no puede estar dentro de la aviación.

Queremos verdaderos profesionales a bordo y sabemos que Viva tiene una planta llena de gente comprometida con la aerolínea, de eso no me queda la menor duda. Si no fuera así, durante el segundo trimestre del año no reflejarían los siguientes números:

Lograron transportar a más de 7.5 millones de pasajeros, esto significa un crecimiento del 10.7% con respecto al mismo periodo del 2024; ¡felicidades Viva!, son una opción muy interesante para volar.

Además, durante este periodo su flota tuvo un incremento a 96 aeronaves. Recuerdo que el año pasado, en su base de mantenimiento en Monterrey, junto a su 18 aniversario y cambio de imagen, estaban festejando la llegada de su avión número 88, “un hermoso A321NEO, el ‘mapachito’.” Ahora se han incorporado tres nuevas aeronaves, un A320NEO y dos A321NEO, lo que hace que Viva tenga actualmente la flota más joven del país.

Otro dato es interesante: durante el segundo trimestre de 2025, en el rubro de “factor ocupacional” lograron mantener un promedio del 85.8%, lo cual resulta muy positivo. Y no solo eso, además tuvieron ingresos por 549 millones de dólares, que en “Ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación, amortización y alquileres o costos de reestructuración” (EBITDAR) representa un margen del 32.8%

La aviación es así, y tal como lo dije al principio, no es opcional la capacidad y habilidad de reinventarse de manera constante; no está permitido el lujo de quedarse anquilosado. Desde este espacio felicito a Viva por su crecimiento; estoy segura que las decisiones que ha tomado son en beneficio de todos, de la empresa misma, de sus trabajadores, y en especial de la industria aérea.