Lucinda, el alma, pluma y lengua mía

en vuestras alabanzas ocupara

si en mil comparaciones una hallara

para satisfacción de su porfía.

Ni en el lucero, el alba, el sol, el día,

la perla, el oro ni el diamante para,

que desde el cielo hasta la fénix rara

mil veces discurrió con osadía.

Con esto el pensamiento ya vencido,

no hallando igual con vos, compara aquella

que de vos en mi pecho amor estampa.

Ríndese la razón, calla el sentido,

y vos, porque confieso que es tan bella,

celos tenéis de vuestra misma estampa.

Lope de Vega

So let it be what it’ll be

Don't make a fuss and get crazy over you and me

Here's what I'll do

I'll play loose

Not like we have a date with destiny

It's just a little crush (crush)

Not like I faint every time we touch

It's just some little thing (crush)

Not like everything I do depends on you

Sha-la-la-la, sha-la-la-la

(Así que deja que sea lo que sea

No hagas un escándalo y te vuelvas loco por lo nuestro

Esto es lo que haré

Voy a jugar superficialmente

No es como si tuviéramos una cita con el destino

Es solo un pequeño enamoramiento (una obsesión)

No es como si me desmayara cada vez que nos tocamos

Es solo una cosita de nada

No es como si todo lo que hago dependa de ti

Sha-la-la-la, sha-la-la-la)

Jennifer Paige

La fraternidad universal y el amor al prójimo nada duraron. Fueron sacrificados en la mañanera del pasado viernes en aras de denostar a Denise Dresser y atacar su libertad de expresión. Elizabeth García Vilchis, la segunda al mando de proferir mentiras en Palacio (YSQ va a la delantera) y quien requiere urgentemente de unas clases para aprender a leer de corrido, dijo sobre el más reciente texto de la columnista en Reforma: “más que un análisis, parece la introducción a un melodrama televisivo”.

Siendo sinceros, peor melodrama es que lo ventilen en el Salón de la Tesorería para ocultar las verdaderas tragedias como son el desabasto de medicinas o lo que ocurre con el proyecto de Santa Lucía.

El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), tiene todos los problemas de planeación, la falta de autorizaciones y certificaciones de la aeronáutica internacional, al menos 20 días al año que ya se sabe de antemano habrá una niebla impenetrable que hará imposible su operación y un cerro tan cerca de las pistas que no permite que aviones grandes puedan utilizar las mismas. Ni los 787 dreamliners y mucho menos el Airbus 380 podrán llegar ahí, con lo cual los vuelos que vienen de Europa tendrán que llegar a la Ciudad de México (si el aeropuerto capitalino no está inundado) o a Cancún, y de ahí distribuir a los pasajeros en distintos vuelos para arribar a la Gran Tenochtitlán y visitar las maquetas dispuestas en la Plaza de la Constitución.

AMLO ha asegurado que Santa Lucía tendrá un costo máximo de construcción de 80 mil millones de pesos. Esto es absolutamente falso. En mayo pasado ya se habían erogado más de 84 mil 956 millones de pesos. Falta lo que se acumule en los siguientes años para que esté completamente “terminado” (se supone que en 2025).

Solo el presupuesto para 2022 será de 11 mil 450 millones de pesos para la construcción del plan de conectividad y la finalización de las obras con lo que se pretende inaugurar —lo que no equivale poner en marcha— el aeropuerto.

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A lo anterior se debe sumar lo que costó la cancelación del aeropuerto en Texcoco; esto significó tirar a la basura más de 330 mil millones de pesos.

Y faltan incluir los costos asociados de ‘la aerolínea del ganso cansado’ y otros como son las horas perdidas para llegar a Santa Lucía o el disminuir los vuelos y rutas del actual AICM —sí, no es invento de Dresser. Se contempla ese esquema oficialmente en la SCT; el diario El Financiero dio a conocer ayer un audio que lo demuestra—; además del aumento en las tarifas aéreas, el incremento en la inseguridad aérea y un larguísimo etcétera.

A pesar de estos datos, de las advertencias y alertas de las agencias internacionales del peligro que significará tener operando al mismo tiempo tres aeropuertos en el Valle de México, hay personas que insisten en creer que cuestionar la “magna” obra se trata de un ataque a López Obrador.

Una de las razones es el descrédito que hay entre algunas figuras públicas de peso que señalan los males y deficiencias de Sta. Lucía. Me refiero especialmente a quienes tuvieron la oportunidad de llevar a cabo cambios reales y trascendentales en beneficio de nuestro país, y la tiraron por la basura. El payaso de Vicente Fox, quien dilapidó su sexenio en mostrarnos sus botas, su amor por Marta y el enriquecimiento de sus hijastros, en lugar de consolidar el modelo democrático por el cual fue electo. No solo eso, terminó de pleito con el candidato del PAN y armó un desaguisado contra AMLO que sólo terminó fortaleciendo al tabasqueño.

También Felipe Calderón con la edificación de la Estela de luz en el corredor Chapultepec-Reforma. Tuvo un sobreprecio tan exagerado que una estructura de 110 metros de altura costó casi la mitad de lo invertido en la construcción del puente Baluarte Bicentenario, el cual fue en su momento el puente atirantado más alto del mundo, con una longitud de 1,124 metros, con un vano de 520 metros y una altura sobre el río Baluarte de 402.5 metros.

¿Cómo creerles ahora lo que tienen que decir —así sea con razón— del Felipe Ángeles? En ambos casos, sus señalamientos en lugar de sumar, restan.

Ellos en buena parte son culpables de los odios de AMLO y de que llegara en el 2018 con tanta fuerza. No cumplieron la promesa de cambio por la cual fueron votados y por la que los mexicanos depositaron con ahínco su fe. La falta de compromiso y capacidad cuando fueron presidentes dieron como resultado un terreno fértil para que López Obrador llegara al poder.

Pero me salté a Peña Nieto. También es culpable por omisión y por haber permitido la bazofia de consulta que llevó a la cancelación del NAIM.

Veamos: Fox en materia aeroportuaria solo construyó la T2 del AICM, cuando podía haber iniciado el NAIM, lo mismo Calderón. Peña Nieto quien inició la obra permitió tal nivel de desaseo (lo de la corrupción no lo probaron) que no se terminó en tiempo para hacer inevitable su destrucción.

Ninguno de ellos, me refiero desde Fox hasta López Obrador, han hecho una obra pública de trascendencia.

Una como en su momento fue el Museo Nacional de Antropología que ayer cumplió 57 años de haberse inaugurado. Donde puede ser apreciada la colección arqueológica más importante de México.

Un museo modelo que sigue enamorando a propios y extraños, iniciando con su fuente invertida “El Paraguas”, escultura del inmortal arquitecto Pedro Ramírez Vázquez. Esa sí fue una obra que se realizó para guardar el pasado, pero pensando en el futuro.

Señores: Santa Lucía sobrepasa en corrupción, inutilidad y mal gusto de la Estela de la Luz. Esta al menos brilla en las noches sobre la hermosa avenida Paseo de la Reforma, mientras el aeropuerto no será más que otro elefante blanco donde bestialmente se tiró el dinero para consentir el capricho de quien vive como virrey.

Tristemente, la corrupción de la Estela de Luz es un juego de niños ante el avorazamiento visto en la edificación de un aeródromo que será dentro de pocos años el monumento más caro a la ignorancia y a la estulticia pagado con nuestros impuestos.