Navegando en el sitio de internet brasileño Clique Apostillas, encontré una reflexión sobre las preguntas fundamentales —realizadas por especialistas en filosofía—.

(i) Tales preguntas deben ser radicales, esto es, dirigirse a la raíz del problema que se intenta resolver.

(ii) Tienen que dar lugar a diálogos polémicos.

(iii) Las preguntas fundamentales lo son en la medida en que, con solo plantearlas, se modifica el modo de comprender la realidad.

(iv) Muestran la curiosidad que sentimos por aquello que nos rodea y no entendemos.

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(v) Son preguntas concretas sobre problemas concretos que tienen que ver con nuestra forma de vivir o actuar.

(vi) Las preguntas fundamentales fomentan la deliberación o la reflexión argumentativa.

Sobre el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, tanto simpatizantes como adversarios de la 4T tienen una certeza y se hacen dos preguntas.

La certeza sobre el trabajo de Sheinbaum: Ha encontrado la fórmula que sus antecesores no descubrieron —algunos ni siquiera buscaron— para, al fin, acabar con el horror de la violencia generada por el crimen organizado, cuyo poder ha crecido excesivamente a lo largo de los sexenios debido sobre todo a la corrupción en los distintos niveles de gobierno.

La primera pregunta fundamental sobre Claudia: Dado el éxito de la presidenta de México en el tema de seguridad —la limpieza ha llegado a las fuerzas armadas, lo que es realmente notable—, ¿le alcanzará el tiempo, esto es, un solo sexenio, para terminar una tarea realmente compleja?

La segunda pregunta fundamental: Si la respuesta a la primera pregunta es negativa, ¿existe en el sistema político morenista alguien como la presidenta Sheinbaum, esto es, (i) no solo con una honestidad a prueba de fuego, sino con un desinterés absoluto en el dinero y los placeres que proporciona; (ii) con sobresaliente capacidad de trabajo; (iii) capaz de diseñar estrategias viables, cambiarlas si las circunstancias cambian y darles seguimiento minuto a minuto, y (iv) con un compromiso comprobado con los principios de la izquierda, particularmente con el de, por el bien de toda la sociedad, pensar primero en la gente pobre?

¿Respuestas?: Si los liderazgos de Morena y sus partidos aliados dejaran de estorbar —debería ya marginarse a los Monreal, los Haces, los chantajistas del Partido Verde— probablemente Claudia Sheinbaum podría en solo seis años resolver un problema que se ha complicado por muchas malas decisiones y más corrupción durante tantos gobiernos.

Ojalá así suceda porque no veo a nadie en la izquierda —tampoco en la oposición— con las habilidades que el gobierno de México exige para ya salir del infierno de la violencia.