Si así fuera, otra historia se estaría contando acerca del desempeño del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

En su columna del día de hoy, el director de SDPnoticias, Federico Arreola, ha escrito  que nada de lo que destapó ayer Carlos Loret de Mola ha sido una sorpresa ni tampoco es una novedad, ni mucho menos es una primicia: Que ya se sabía del estado de salud del presidente, que para nadie fue un secreto que tuvo Covid y que como cualquier persona de la tercera edad acude periódicamente a chequeos médicos; dice que también se hizo del conocimiento público que se realizó un cateterismo.

A ver, yo diría que esto es verdadero pero no se exageró. ¿Por qué? Porque si bien se nos informó que AMLO tuvo Covid, todo el misterio en el que fue cubierto el hecho nos plagó de dudas y se llenó de rumores.

Todos sabíamos  que algo no andaba bien. Se le veían caras largas a sus más allegados, como a en aquel entonces la secretaria de Gobernación, doña Olga Sánchez Cordero, quien salía a dar las mañaneras por él, casi casi pidiendo ponernos a rezar el rosario por la salud del presidente... Muchas porras de su gabinete  para que pronto “saliera adelante”…. Días de silencio y de ausencia del presidente, cosa poquito usual en él y la noticia de que al parecer estaba ahí una ambulancia que se apostó muy cerca de la entrada de Palacio Nacional.

Cierto que se dijo que se haría un cateterismo, pero muy a la fuerza se lanzó la información, debido a la presión en redes sociales. La gente no creía que, como había dicho el fiel escudero de AMLO, Jesús Cuevas, por un chequeo de rutina tuvieran que hacerle un cateterismo. Hay de dos, o con antelación el cardiólogo lo programó para hacérselo o llegó micro-infartado a urgencias y tuvieron que hacérselo de emergencia.

Que últimamente va a chequeos médicos continuos, él mismo lo decía, pero platicándonos que sus médicos lo encontraban al 100 por ciento de sus capacidades, cuando esto no era así e incluso se atrevió a grabar un video diciendo que había caminado 4 Kilómetros porque “estoy al 100″.

Un día después de que se le viera muy extraño durante el Grito de Independencia y que su esposa se acercara a él para preguntarle si se encontraba bien desde el balcón presidencial .

Todo sería tan fácil y sencillo si el presidente tuviera un poco más de humildad y fuera más sincero. Habernos explicado que sí estuvo grave… Que sí tiene afecciones cardíacas de importancia... Que tiene hipotiroidismo… Que varias veces ha necesitado de atención médica porque no se siente bien de salud... Hablarnos desde el fondo de su corazón.

Los infiltrados y la información que es casi de secreto de Estado seguramente  viene de dentro de su gobierno y de alguien muy cercano. Estoy convencida que hay  alguien por ahí que está enojado por no haber sido la corcholata favorita y quizá esta fue la venganza.

Si el presiente nos hablara con la verdad, no habría necesidad de  salir a desmentir a nadie.

Pero le da miedo…. Incluso a él mismo le da miedo estar enfermo y por lo tanto lo niega, ya que como indica lo comentado por Loret de Mola, se dejó asentado que el presidente además de todo, se niega a tomar sus medicamentos.

Porque hay en él una negación que lo colapsa que tiene que ver con su verdadero estado de salud. Porque tomar medicamentos lo hace sentirse frágil y quizá, habrá de pensar, " mejor no tomo nada porque alguien podría darse cuenta”.

Y pues sí, el estado de salud es un tema de interés nacional. Preocupa y ocupa que el presidente no esté al cien pues por su cargo requiere que esté en actividad todo el tiempo, en todo momento, a toda hora.

Es extraño que, una vez que sale a dar sus mañaneras, a veces ya no se sabe de él en todo el día.

De veras, cómo me recuerda a mi padre que jamás permitió que nadie lo viera en cama o en pijama o enfermo. Podía sentirse muy mal, pero estaba ahí vestido con su camisa de vestir donde se colocaba sus finas plumas para escribir   y su cinturón, sus zapatos muy  boleados y muy bien peinado, pero su dolor físico  era inmenso, sin embargo, no se dejaba tratar por médicos y era difícil que se tomara medicamentos... Muchas veces hasta de manera escondida entre su pan dulce que tanto amaba se lo escondía para que se los tomara.

¡Uf! Me dolió recordar esto y me duele que el presidente no esté bien.

Quien haya filtrado la información pasa a ser un tema más político que nada, pero lo central es la salud del presidente. Necesitamos que de ahora en adelante nos hable con la verdad porque de otra manera su credibilidad irá a la baja.

Ojalá me leyera para decirle que si está enfermo no lo hace menos valioso ni menos valiente. Lo queremos sano y bien porque él es el capitán de mi barco que se llama México.

Entiendo que no quiera preocupar a los que él sabe que lo aman y por otro lado no quiere que los que no lo aman se regodeen de este tema de su frágil salud, pero todos y todas merecemos saber la verdad... Él ha prometido que nunca nos mentiría.

Confío que más allá de cegarse por el enojo contra quien pudo filtrar todas estas informaciones y contra el propio Loret de Mola, haga un análisis de su forma de actuar.

Creo que un presidente que se deja conocer tal cual es, sin mentiras y sin poses generará todos esos votos con los que él sueña que con más y más mentiras.

Mientras siga negando su realidad y no se deje ayudar, estamos ante una inestabilidad e incertidumbre muy grande y no es precisamente eso lo que necesitamos como país.

Personalmente, sé lo que es estar enferma y en hospitales, no se lo deseo a nadie. El terror de pensar que quizá te acercas al fin es indescriptible.

Por eso, desde  el fondo de mi corazón le deseo salud, pero también plena conciencia y aceptación de su condición, porque negarlo es negarse ante los demás y ante el mismo y enfermar más si no obedece las indicaciones médicas.

No es pecado padecer alguna enfermedad y  y no está mal sentirnos débiles y frágiles de vez en cuando.

La responsabilidad que tiene es enorme.

De corazón deseo que él esté bien de salud y que cuide bien de quienes se rodea porque sí… sin duda  el enemigo, está en Palacio.

Necesitamos a un presidente, que se dice ser humanista, nos demuestra su lado humano, pero empezando por él mismo.

Hablar de su situación de salud precisamente lo humaniza y lo conecta de nuevo con aquellos que cada vez creemos menos en lo que dice.

Nunca es tarde para retomar otros vuelos y otras formas de proceder en la vida.

Creo que México se merece saber la verdad, todas las verdades porque él ganó en las elecciones, arrasando por muchísimo a cualquier otro candidato. Millones le quieren y le creen. Se merecen la verdad.

Es cuanto.