Me rompió el corazón la noticia. Una mujer asesinada en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Se llamaba Marisol Cuadras y tenía 18 años. En Guaymas, Sonora.

Era activista del Colectivo Feministas del Mar. Estaba ahí manifestándose por una vida libre de violencia para las mujeres. Entré a su cuenta de Twitter: @MarisolCuadras y te estruja leerla, tan llena de vida apenas había tuiteado horas antes de partir. Apenas también hace unos días tuiteó esto:

Hoy está muerta. ¿Y quién la mató? Por supuesto el gobierno federal ya dijo “yo no fui”, Alfonso Durazo dijo “yo tampoco fui, pero investigaremos quién fue”. y hoy después de que el Presidente de México le avienta la bolita al Almirante Ojeda para dar esta terrible noticia, porque se nota que ni él tenía idea de qué se trataba todo esto, después de ello, se avienta un “pues vámonos a desayunar”.

¿No sabemos quién la mató? Eso justamente. Esa indiferencia, esa noticia “poco relevante”, esa ausencia, la mató tu apatía y la mía, la mató el olvido y el odio. La mató México.

Tengo el corazón roto. No la conocí y ni sabía de su existencia pero de pronto se vuelve tan una misma. Ella deseaba igual que yo un país en donde hubiera paz. Por eso se encontraba ahí.

No sé si hoy descansa en paz. Odio esa frase. Me parece que los que mueren asesinados no descansan en paz.

Mi corazón roto. ¿Quién sigue?

¿Quién más ?