¡Que viva Carlos Manzo!
Pocos actos tan enternecedores podemos encontrar hoy en día como ese donde multitudes se solidarizan y se unen con un fin común. La antítesis sería el momento en el que las mismas multitudes se solidarizan y se unen bajo una necesidad o urgencia común, por miedo o por furia y eso no es enternecedor, eso es preocupante y es con infortunio, la situación que está ocurriendo en México.
El cobarde asesinato de Carlos Manzo puso en perspectiva la festividad del Día de Muertos en Uruapan -y en México en general- pues fue causante de una calaverita más en la ofrenda del siguiente año.
Un asesinato que como muchos otros es cobijado por la impunidad y por la falta de resultados, que aunque busquen ser maquillados con estadísticas, son parte de una realidad ya conocida pero que comienza a hartar.
No debe ser sencillo mantener a un país seguro, no debe ser sencillo darle sensación de paz a tantas personas, pero tampoco debe ser tan sencillo seguir culpando a otros por lo que es responsabilidad actual.
Según los datos más recientes de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI, el 61.9 % de la población de 18 años y más en 91 áreas urbanas consideró que es inseguro vivir en su ciudad.
La encuesta también señala que un 69.1% de la población manifestó sentirse insegura en cajeros automáticos ubicados en la vía pública, y un 62.8 % en el transporte público.
Estos resultados indican que entre los temas críticos están la percepción general de inseguridad, la vulnerabilidad en espacios públicos y de transporte, y la poca confianza que todavía tienen los ciudadanos en que su entorno sea seguro.
Que sirva la presente columna, al igual que las otras tantas que hablaron del tema, como un homenaje a quien alzó la voz: ¡Qué viva Carlos Manzo!
Y que sirva también como una petición a las acciones y a la responsabilidad.
Para los gobiernos en turno, debe ser una señal de alerta la participación cada vez más activa y presente de la gente en las calles y el clamor cada vez más intenso que tiene de sentirse segura.





