Tenia redactados algunos apuntes sobre la estrella de TV hoy convertida en senadora por obra y gracia de que la invitó AMLO para ser candidata de Morena —luego viene la traición y se va al PAN—.

Los iba a publicar en la semana, pero decidí adelantar el artículo luego de escuchar las críticas, de plano infantiles, de Lilly Téllez contra Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), del Gobierno de México.

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Comparto algunas declaraciones...

“Abrazos no balazos” es la proclamación de la 4T con el crimen organizado

“La 4T consolida y formaliza la unión entre el poder político y el poder del crimen organizado”

“Abrazos no balazos” se convirtió en un frase grosera

“Las reuniones de seguridad sirven para tomar café y despertar bien”

“La 4T entregó la plaza a cambio de quedarse con el poder político, tanta era su ambición que doblaron las manos ante el crimen organizado, espero que no me pidan pruebas de lo que afirmo. Recabar las pruebas es tarea de ustedes.

La peor:

“La Guardia Nacional es el grupo de edecanes más caro que ha tenido este país”

“Les invito a que porten ese uniforme, no solo con gallardía sino con lealtad a la patria” (quien hablando de lealtad)

“Ya presenté una iniciativa para que los cárteles de la droga sean clasificados como terrorismo” no tengan miedo para darle el visto bueno. Negarse a aceptar mi iniciativa es prueba de la colusión entre el poder político y el poder del crimen organizado.

Y luego de regalarle un libro a la secretaria, se va con un:

“Tengan para que se entretengan SENADORES” ...

Ahora el camino será dar declaraciones y no comprobar los dichos. O con estas frases ¿ ya quiere iniciar campaña?...Mal, todo mal.

Abuso del espacio que me brinda SDPnoticias y me disculpo por adelantado si molesto a su dirección, ya que sé, ella colaboró aquí y se le tiene aprecio. Desde luego, mi opinión sobre la senadora es otra.

¿Quién es Lilly?

Nacida en Hermosillo, Sonora, María Lilly del Carmen Téllez García, es una periodista y neopolítica, que desde sus inicios ha mostrado un temperamento explosivo, errático y sobre todo altanero, envuelta siempre en la polémica. En alguna ocasión, supuestamente estuvo “a punto de perder la vida” y tras ello, desarrolló la habilidad de “cambiar de piel”, haciéndose de infinidad de favores de propios y extraños, pero siempre al servicio de los jefes de TV Azteca, la televisora a la que le debe todo lo que es.

Pero recordemos los sainetes que armaba afuera de la casa del entonces procurador de Justicia del DF, Samuel del Villar; que, con el pretexto de cubrir el asesinato de Paco Stanley, la entonces reportera se dijo perseguida política, mientras Javier Alatorre vociferaba en su noticiero: “Esta noche en Hechos, el video de la intimidación a Lilly Téllez”, todo ello para avivar el linchamiento mediático al entonces candidato presidencial Cuauhtémoc Cárdenas (PRD), favorito popular indiscutible.

Sus servicios a la ultraderecha serían recompensados por el entonces presidente Vicente Fox, el gran beneficiado con la debacle cardenista, quien la recompensó con exclusivas en Cadena Nacional, como la transmisión de la Ceremonia del Grito de Dolores (15 de septiembre), y hasta llegó a invitarla Martita a su “Cabaña del Amor” en Los Pinos. Sin embargo, una vez desprovista de ese manto protector, cambia de amo y juramenta lealtad al hoy presidente López Obrador.

Candidata de izquierda; senadora de derecha

Así, en 2018 es postulada por MORENA como candidata a senadora en primera fórmula —Alfonso Durazo la dejó pasar—, mientras que en la campaña presidencial se alzó como coordinadora de Morena en Sonora. Pero el 14 de abril de 2020, tras intensos devaneos político-legislativos abandonó la bancada de Morena “por diferencias de criterio”. Pero más pronto que tarde, esas “diferencias” la llevarían a caer en los brazos de su verdadero “alter ego” el Partido Acción Nacional (PAN), que la acogió sin cortapisas.

Lilly Téllez
Lilly Téllez

Fuera máscaras…

Compañeros legisladores señalan que “Lilly Ledy” hace honor a su sobrenombre: una perfecta definición de su “esquizofrenia política, oportunismo y estratega de engañifas”, que se decía leal obradorista, pero que más pronto que tarde desconoció la agenda de la izquierda progresista de la Cuarta Transformación, dinamitando desde adentro planes y programas de gobierno, iniciando por los derechos de las mujeres y terminando por el juicio a expresidentes de México.

Basta recordar controversiales momentos para advertir el doble discurso y la perversidad sociópata de Lilly Téllez , que como candidata se ostentaba de “vanguardista”, pero ya investida legisladora criticó al movimiento feminista. De sus últimos dislates, ya como panista es haber firmado la “Carta de Madrid”, del partido de ultraderecha español VOX con el pretexto de “combatir el comunismo”, que da cabida al conservadurismo extremo, fascistas.

Fue la andanada de críticas en redes sociales quien hizo que reculara, escribiendo un tuit que acepta: “fue un error firmar la Carta (Madrid)”, y comparó dicho desatino como cuando apoyó al presidente López Obrador.

Tuit Lilly Téllez

Otra declaración fuera de lugar de la senadora “Lilly Ledy” fue tildar de mariguana a su ex compañera de Congreso, Jesusa Rodríguez, entonces senadora suplente de Olga Sánchez Cordero, cuando se despidió.

Y como le encanta la polémica en materia de salud, la irresponsabilidad y ligereza de Lilly Téllez la llevó a encarar en comparecencia, al Dr. Hugo López-Gatell donde lo llamó “pequeño virrey del país de las camas vacías y muertos en casa”, entregándole un bastón: “Se le olvido que estamos hablando de seres humanos…”. Entonces habría que recordarle a la legisladora panista, que también son seres humanos a los que azuzó que no se vacunaran con la Sputnik V, lo que le ganó ser tendencia en Twitter con el mote #LadyAntivacunas y podría seguir...

¿Y la ambulancia?

Una trapacería más es haber prometido donar una ambulancia al municipio de Ures, Sonora, pues aun cuando recibió las llaves de la ciudad y, posteriormente, sus paisanos la favorecieron con su voto rumbo al Senado, una y otra vez finge demencia, lo que le ha ganado múltiples insultos de los lugareños que la llaman: “Descarada cínica sinvergüenza, tú no pudiste ni siquiera estregar una ambulancia que prometiste y ahora quieres que otros cambien el mundo por ti…”.

El último lance de Lilly Téllez es no haber dispensado por mínima cortesía política a un mandatario extranjero, Miguel Díaz-Canel de Cuba, invitado de México a las fiestas patrias y la Cumbre CELAC; en cambio, a través de Twitter dijo: “rechazamos sus saludos y su presencia… Coma y váyase”, una grosería mayúscula (una más de tantas) sólo comparada con el dislate de su mecenas: “el botudo de las tepocatas”, puesto que se trata del representante de una Nación; ella como senadora “debería de ser más diplomática”.

Ya se ve en Palacio

Y cuidado, porque así, Lilly Téllez gana notoriedad y acaricia la idea de ser presidenciable en 2024 por el Partido Acción Nacional, lo cual a todas luces confirma aquello de “en tierra de enanos cualquiera es gigante”. Pero en realidad es el prototipo de una oposición evidentemente derrotada, que no le importa hacer el ridículo para llamar la atención, pues cómo competirles a los pujantes resultados de la Cuarta Transformación, cuyo modelo de gobierno es ser sensible con los que menos tienen, ¡algo jamás visto en México… a las pruebas me remito!