IRREVERENTE

Les platico:

Recordemos que los textos fueron escritos originalmente en el año 2019.

Por ello, entre paréntesis aparecen actualizaciones a la fecha en que están siendo publicados.

Entonces ¿Arre? ¡Arre con el Episodio 2!

En la biblioteca de su casa en La Jolla, California, Alberto Bailléres Gual tiene una foto de su padre y debajo de ella el siguiente texto:

“Soy totalmente narcisista”, parodiando con ello el famoso slogan del Palacio de Hierro, una de las joyas de la corona de los negocios del Grupo Bal.

En seguida, cedo la voz al segundo hijo del segundo hombre más rico de México y 32º del mundo:

Mi papá no es (no fue) el brillante hombre de negocios que la gente cree

“Heredó de mi abuelo las empresas que están (estaban) bajo su mando pero siguió el consejo de su padre, que le instruyó para meterse lo menos posible en la operación y dejar ésta en manos de los profesionales, a los que tiene muy bien pagados.

Él se encarga (se encargaba) de negociar en los niveles más altos de la política de México y los países en donde están sus empresas y cada vez lo hace menos, porque ya es un hombre que el 22 de agosto (de 2019) cumplió 87 años. (Murió a los 90 en febrero de 2022).

Negocia siempre buscando mantener su poder oligopólico. No le importa que eso frene el desarrollo de un país.

Sus intereses están por encima de los de cualquier nación

Busca socios afines y cuando alguno osa volteársele, lo va copando de tal forma hasta que termina por, o venderle sus acciones o ajustarse a sus órdenes mediante los actos de presión y hostigamiento que tan bien le salen.

Mi padre es (fue) un controlador.

A mis hijos terminó comprándolos y les tiene prohibido verse conmigo.

Lo hacen, pero a escondidas. Ellos son: Alexander Alberto (29), egresado de la UCLA y que falleció trágicamente hace un mes (el 30 de septiembre de 2019); Bijana (32), doctora en psicología por la Universidad de Pepperdine y Natasha (29), doctora en comunicaciones, que están viendo por sus intereses.

Les entiendo, porque no es fácil sustraerse a gravitar alrededor de uno de los hombres más ricos del mundo.

Con mi esposa sucedió lo mismo.

Ella se casó conmigo pensando que recibiría desde el primer momento mi herencia y cuando se dio cuenta de que esto no ocurriría, sencillamente me abandonó, fue estoica pues duró conmigo 32 años y vean la ironía de la vida, apenas supo mi padre que se había divorciado de mí, se encargó de ella económicamente y ahora vive la vida de lujos que siempre soñó conmigo.

Ella me abandonó el 15 de diciembre de 2018, porque yo había anunciado que si en mi cumpleaños 60 -que fue el 29 de enero de este 2019- mi padre no me regresaba mi herencia, lo iba a demandar con todo.

Como Robin le tiene pavor a su suegro, no quiso estar cerca de mis intenciones.

Por preferir a Robin perdí mi herencia y fui desterrado

De hecho, preferirla a ella y no a quien mi padre quiso imponerme como esposa, fue el principal motivo por el cual perdí mi herencia y fui desterrado de mi familia y de mi país.

Se llama Robin Gage Gorman. La conocí en Massachussetts en una agencia de viajes a los 19 años, era increíblemente bonita.

Conocerla fue de lo peor que me ha pasado en la vida y la niña se aprovechó de que era bonita para ligarse a quien pensaba iba a heredar una fortuna.

Historial de matrimonios por conveniencia

Mi abuela se casó con mi abuelo por su dinero; mi mamá hizo lo mismo con mi papá y a mí me sucedió igual con Robin.

Yo le pedí que no se embarazara hasta tener una cuenta de ahorros lo suficientemente gorda pero no me hizo caso porque pensó que mi papá le entraría al quite.

Robin creyó que tener hijos conmigo la volvería aceptable ante mi familia.

Cuando la conocí yo estudiaba en Estados Unidos.

Fui a las mejores escuelas de negocios, economía y emprendimiento; Babson, Wellesley College, Harvard, entre otras.

Antes, mis primeros años de escuela los pasé en el exigente Colegio Vista Hermosa, donde ninguno de mis hermanos pudo mantenerse.

Los burros de oro

Les decían “los burros de oro” de tan malos que eran para la escuela.

Ellos terminaron estudiando en el Irlandés y más o menos la fueron haciendo ahí, porque era un colegio más panal.

Viví con Robin cuatro años mientras estuve estudiando en Estados Unidos y cuando regresé a México, ella me iba a visitar.

Un día, mi padre rentó la casa de Miguel Alemán en Pichilingüe.

Recuerdo que me dijo que pagaba por ella $1,000 dólares por día y muy solemnemente me dijo que ya era tiempo de que me casara.

Le respondí que me parecía buena la idea y que ya tenía con quien hacerlo.

Mi padre estaba enterado de todo y me explicó que Robin era pobre, que mi esposa tendría que ser alguien de alcurnia que él me escogiera.

Me advirtió que si me casaba con ella, me desheredaría, a lo que yo le dije: ‘pero si ya soy rico, pues tengo millones de acciones de las empresas del Grupo’.

Así dejé de ser rico

No me dijo nada, solo me pidió que al siguiente día fuera a sus oficinas.

Me encerraron en una sala de juntas donde dos de sus guaruras me mostraron sus armas diciéndome que si no hacía lo que ellos me decían, no saldría vivo de ahí.

Y sucedió que durante dos días con sus noches me la pasé endosando los millones de acciones que eran mías, en favor de mi mamá y de mis hermanos.

Terminé con mi mano casi petrificada de tanto firmar.

Ahí comencé mi vida independiente, al margen de la vida de mi padre, de su dinero, de mi madre y de mis hermanos”.

Hasta aquí el relato de Alberto Bailléres Gual.

Cajón de sastre:

· Mañana el 3er Episodio: “Mi padre fue causante del suicidio de mi hermano Mauricio”.