Se incendió el debate del tema sindical en México con motivo de una fiesta en un hotel lujoso de reforma que dieron unos líderes sindicales charros (CATEM) que la 4T ha cobijado y por la sucesión que se avecina en la CTM; en especial me referiré a dos columnas en SDP, la de Federico Arreola y su réplica que hace Humberto E. Cavazos, así que va la contra réplica, porque es importante siempre estar señalando la realidad sindical en México.
El poder
Por años los sindicatos y centrales obreras oficialistas de líderes charros se manejaron con la bandera del control del voto obrero, por eso el PRI y cada partido político mantenía en sus estructuras al “sector obrero organizado”. Pero la verdad es que esto era pura ilusión, desde que el trabajador ejerce su voto en su casa, sin la presión del líder, con su credencial de manera libre, desde hace por lo menos dos décadas, su influencia es nula. No hay un cuarto de guerra política que los considere dentro de la ecuación del voto, pues no manejan gente ni lideran nada. Para muestra basta ver las últimas elecciones, no quedó ningún líder charro como legislador, salvo el que se les coló de la CATEM, por los favores con las obras de la 4T, pero no por su fuerza política del voto.
El sector productivo
La reforma laboral de 2019, impulsada por Estados Unidos en el T-MEC, redujo la capacidad de chantaje de los sindicatos charros, pues hoy ya no pueden emplazar por firma de contrato a cuanto negocio o empresa se establece; además, al requerir la aprobación de los trabajadores para modificar o pactar contratos colectivos de trabajo, su representación es solo de membrete. Todo esto busca replicar la estructura sindical del país del norte, en donde las huelgas son prácticamente inexistentes; el año pasado en México tuvimos menos de 20 huelgas en todo el país, un derecho que va en extinción.
La única razón de la existencia sindical charra en las empresas es por la alianza que tienen los líderes con los despachos patronales, quienes son los que les acercan a los sindicatos para decirles que con ellos no tendrán huelgas a cambio de millonarias dádivas. El departamento del trabajo de EU ya acusó está práctica hace unos años. Son tan irrelevantes los sindicatos charros que varios despachos patronales tienen sus propios registros sindicales, ellos ofrecen el paquete completo para no soltar el negocio. Todo esto con la participación activa del Centro Federal de Conciliación y Registro Sindical, con quienes líderes y despachos han encontrado el acomodo de la simulación perfectamente bien, su director viene de la estirpe de los sindicatos de protección.
La sucesión y los cambios en los sindicatos
Hablar de elecciones y los cambios de liderazgos de las centrales obreras, es como batir agua, sale lo mismo por más que le demos vueltas. Lo importante es conocer la forma en que operan las grandes centrales sindicales, lo primero que hay que decir es que tienen la misma estructura que un cartel del narco, es decir, hay unas cabezas visibles pero se componen de células independientes en las que cada pequeño líder sindical, estatal, municipal o de industria, se mueve por su lado y se rasca con sus propias uñas, comparten un membrete y se juntan a tomarse la foto para decir que son muchos, pero cada uno maneja su negocio, cada uno maneja su forma de extorsionar patrones y vivir de las cuotas sindicales. Son organizaciones extorsionadoras con permiso del Estado, institucionalizadas.
Así que los liderazgos, de quien quede en la CTM o cualquier otra nomenclatura de vividores es totalmente irrelevante, solo le servirá para decir que está al frente de su organización pero al final verá por sus negocios, mientras cada quien extorsiona por su lado.
El futuro inmediato
El trabajo en México se está americanizando, una gran mayoría ganará un salario mínimo (hoy son más del 50% de los trabajadores), propiamente no hay huelgas, las modificaciones a los derechos las da el Estado no la lucha obrera, se eliminó la utilidades como en EU, se sigue simulando la subcontratación con casi 5 millones de empleos, por lo que estas organizaciones sindicales charras cada vez se irán diluyendo, en presencia, en organización, y el punto de quiebre se dará cuando los patrones entiendan que su costo es inecesario o incluso ante una crisis, imposible de seguir manteniendo.
X: @riclandero |Vladimir Ricardo Landero Aramburu. Maestro en derecho por la UNAM