CENTRO A LA OLLA

El debate en torno al trabajo de Gerardo Martino como técnico de la Selección Mexicana se ha cargado desde hace tiempo a la posición del centrodelantero.

A menos de tres semanas de que México juegue su primer partido ante Polonia el 22 de noviembre, ha perdido fuerza el tema de Javier ‘Chicharito’ Hernández, para dar paso al de Raúl Jiménez, la recuperación de una pubalgia que lo ha tenido sin jugar, y la duda de si entre Santiago Giménez o Rogelio Funes Mori saldrá el “sacrificado”.

Jiménez no juega con el Wolverhampton desde el último día de agosto cuando participó en el duelo ante el Bournemouth. Con la Selección Mexicana no juega desde junio.

El caso de Raúl ha sido el tema que más le ha generado interacciones (buenas o malas) al técnico Gerardo Martino, quien desde que inició su proyecto puso a Jiménez como su delantero número uno, el hombre al ataque en el que se centraría su juego ofensivo, y le funcionaba, al inicio.

Pero después vino la terrible lesión que sufrió como consecuencia de un choque de cabezas con David Luiz, en ese entonces con el Arsenal. Afortunadamente para él, Jiménez ganó esa dura batalla para recuperarse de la fractura de cráneo y volver incluso a jugar, pero el Tata perdió al centrodelantero en el que fincó su futuro con el cuadro tricolor.

Retomar el nivel ha sido un problema para Jiménez y ahora se sumó la pubalgia. Físicamente está listo, pero la duda es si futbolísticamente estará en condiciones para la alta competencia y exigencia que hay en una Copa del Mundo.

Bajo la lógica de Martino, y entendiendo todo lo que ha aguantado en cuanto a críticas por esperar hasta lo último a su delantero, a Raúl Jiménez, éste tendrá que ser el titular en el Mundial de Qatar 2022 una vez que sea confirmado en la lista de 26 elementos que entregarán a la FIFA. De otra manera, no hay explicación para esa espera de Martino, ya que funcione, es otra cosa.

Si Jiménez aparece en la lista final para el Mundial y no es titular ante Polonia, a Martino le volverán a caer de críticas, las mismas que hoy le llueven por esperarlo tanto sin la certeza de que estará en nivel para un Mundial.