No soy periodista, pero amo escribir, me apasiona expresar lo que siento, y pienso y nunca he tenido miedo de hacerlo; me parece que callar me hace cómplice de tanta destrucción . 

Afortunadamente existen medios como SDPnoticias que permiten la libertad de expresión y por eso es que afortunadamente cuento con este espacio para poder expresarme. Sin embargo, a pesar de escribir con naturalidad y pensando que estoy en mi derecho de hacerlo, mucha gente me ha dicho que soy muy valiente y que me admiran por alzar la voz. Es algo que me sorprende mucho.

No debería de ser un acto heroico podernos defender y manifestarnos, pero tal parece que en este país sobrevivir cuando has externado lo que piensas o has reclamado por justicia es un logro, o una competencia de campo traviesa cuando llegas, con suerte, a la meta.

Ser periodista, o columnista, o ciudadano que habla y expone con argumentos la falta de justicia qué hay en este país, las mentiras a las que nos someten a diario, la manera en que tienen de manipularnos, es una prueba de fuego y no todos sobreviven a ella.

Ayer asesinaron a otra periodista más. Una más que pidió protección al estado, que le rogó al presidente por ayuda y con un infinito desdén la miraba mientras ella pedía por ayuda. Hoy fue asesinada, callada, silenciada, en venganza por el que debería de cuidarla. Yo también me he cuestionado si no corro riesgo por expresar lo que expreso y por alzar la voz la cantidad de veces que la he alzado. Pero pienso que todo vale la pena, que todo riesgo vale la pena si puede mi voz ser escuchada y puedo contribuir a que seamos un mejor país, a alentar a las personas que me leen a que dejen de ser manipuladas y engañadas, a invitar a la gente a que despierte.

Yo desde mi cómodo espacio, donde no salgo de mi computadora quien se convierte en mi voz, no me comparo ni en una décima  en nada con aquellos periodistas aguerridos, que van tras la nota, que se parten el alma y exponen su vida por ir tras la verdad, que se codean con personas verdaderamente malvadas para obtener verdades. Solo escribo y, no puedo imaginar el miedo que todos esos periodistas reales sintieron y sienten al sacar a la luz datos e información que puede incomodar a la gente muy poderosa.  No puedo imaginar lo que sienten sus familiares que ya no los tienen en vida. El horror de cosas y el horror de personas que pasaron ante sus ojos.

Yo no soy periodista ni reportera. Solo una simple ciudadana que se le permite este espacio para expresarme. En memoria de todos los que han perdido la vida, en memoria de Lourdes y de tantos otros que este gobierno no protegió, seguiré escribiendo y alzando mi voz para que un día tengamos a un México de paz.

Seguiré escribiendo esperando que un día mi escrito no llegue a ser leído en la mañanera como una forma de lincharme, porque eso ha hecho este presidente, hacer rabiar a ese pueblo bueno que le sigue y lo quiere, contra los periodistas que no empatizan con su forma de gobernar.

Sueño con un país libre para expresarse, libre y pleno para poder escribir, y decir lo que le duele, lo que teme, en lo que cree, sin tener miedo. Honró la vida de esos periodistas que buscaron la verdad y se encontraron con la muerte. Aquí un periodista fallecido es un número más .

Pero mientras sigamos escribiendo será una forma de no permitir que quede en el olvido que la profesión que eligieron en un país como el nuestro los llevó a la muerte.

Claudia Santillana en Twitter: @panaclo