Hechos recientes en el ambiente político dan cuenta de que el crimen organizado seguirá siendo utilizado como tema principal en las campañas por la presidencia de México.

La oposición al gobierno de Andrés Manuel López Obrador no cesará en su búsqueda de manchar la reputación del presidente desde el periodismo y las redes sociales con imputaciones sobre el narcotráfico, así como desestabilizar, golpear la candidatura de Claudia Sheinbaum con una campaña de miedo.

Ya son dos los trabajos periodísticos en Estados Unidos (el primero un poco argumentado, de ProPublica, y el segundo ramplón, escrito a dos manos en el New York Times) que pretenden ligar a AMLO con cárteles de la droga. Ambos traen el sello de la DEA.

El excanciller Marcelo Ebrard expuso la sed de venganza que tiene esa Agencia Antidrogas, por las leyes mexicanas que le han puesto freno a sus actividades en territorio nacional, y porque quedó en “ridículo” tras la investigación contra el general Salvador Cienfuegos, advirtiendo así que la intención de la organización estadounidense es intervenir en la elección presidencial del 2 de junio.

Si esto es así, debemos estar preparados para otro “golpe” que pueda venir de la DEA que pretenda poner en duda la credibilidad de López Obrador e influir con ello en la elección de la próxima presidenta de México, que, si no sucede nada extraordinario, las tendencias en las encuestas marcan que será Claudia Sheinbaum.

A lo anterior, hay que sumarle la campaña de Xóchitl Gálvez, cuyo discurso gira en torno a la violencia en el país y por lo que inició sus actividades políticas rumbo a la presidencia de manera oficial en Fresnillo, Zacatecas, municipio que tiene la percepción de inseguridad más alta de México.

La abanderada del PRI, PAN y PRD dice tener como prioridad el combate a la delincuencia, en una renovada campaña de miedo con la que quiere convencer a los votantes de que ella es la única opción para acabar con uno de los asuntos que siguen pendientes y laceran al país, que es el crimen organizado.

Meter miedo a los ciudadanos ya ha dado resultado en el pasado, pues basta recordar la fabricación mediática del “AMLO es un peligro para México”, en los comicios del 2006.

Ahora, se ha iniciado una campaña negativa en torno a Claudia Sheinbaum, principalmente en redes sociales, basada en los trabajos periodísticos sobre los narcopactos, con la finalidad de persuadir al electorado, sobre todo al que no está informado, a que no le dé su voto y apoye a la priista porque, dice, ella no tiene miedo de enfrentar a la delincuencia.

(Quizás a esa campaña de miedo se refería López Obrador, cuando dijo en su mañanera del pasado 26 de febrero: “lo mejor es lo peor que se va a poner”. Como esperando una guerra de odio de cara a las elecciones presidenciales.)

Para contrarrestar lo anterior, yo destacaría tres aspectos que han expuesto excelentes columnistas de SDPnoticias, y que el presidente, la candidata de Morena y la Cuarta Transformación deben tomar en cuenta:

Serenidad y paciencia. En opinión de Frida Gómez, esas virtudes son esenciales en el ejercicio del poder, por lo que AMLO y Claudia Sheinbaum deben implementarlas para “mantener el orden y la estabilidad política, promoviendo el bienestar y la justicia en la sociedad”.

Salud mental. Claudia Santillana pone énfasis en tener cuidado con los discursos de odio que circulan sobre todo en la red social X, antes Twitter, donde los usuarios se enfrascan en señalamientos, críticas, mentiras, acusaciones y descalificaciones.

Cuidado con las fake news, resalta Eliane Sales, quien advierte que en las redes sociales la oposición ha difundido noticias falsas con el objetivo de desacreditar no solo a Claudia Sheinbaum “sino al proyecto de la 4T que enarbola”.

Creo que es importante tener un electorado más informado, dispuesto a discernir ante la ola de spots e información que vendrán en estos meses de campaña y contribuir así en la construcción de una democracia que aún está en vías de consolidarse.