El presidente de México Andrés Manuel López Obrador perdió una excelente oportunidad para deshacerse de esa pesada loza que le significa a su Gobierno seguir sosteniendo en su puesto al Dr. Hugo López-Gatell. Y digo que la dejó ir porque de haberlo hecho, podría al mismo tiempo haberse catapultado como defensor de los niños si hubiese tenido la decisión y el coraje para tomarle la renuncia al primer responsable del combate a la pandemia en nuestro país, su más reciente polémica fue una declaración, en la que consideró una “desviación” vacunar a niños contra la COVID-19.

La ocasión era magnífica: AMLO solo tenía que haber actuado con mano dura, salir a decir en La Mañanera que en su Gobierno importan los niños y tienen un lugar preponderante, y que lamentaba la desafortunada declaración de Hugo López-Gatell pero que tras lo ocurrido le era imposible mantenerlo en el cargo después de tan terrible despropósito.

Con esta postura, el presidente se habría congraciado de alguna manera con los millones de padres de familia que consideran que los niños mexicanos deben ser vacunados como se está haciendo ya en otros países.

Además, no únicamente se habría desmarcado de la ya larga lista de desatinos de quien tanto daño ha hecho al actual régimen con su fallida estrategia anti-COVID, sino que además, era la coyuntura perfecta para no tener que reconocer que se equivocó al sostenerlo por mucho más tiempo del que debió estar al frente de la lucha contra la pandemia.

Pero AMLO no lo hizo. Y como diría en este caso el conocido comentarista de fútbol, Enrique Bermúdez de la Serna, AMLO “la tenía, era suya y la dejó ir”.

De acuerdo con un artículo de Alejandro Aguirre Guerrero, colaborador de El Universal, Hugo López-Gatell habría presentado una carta de renuncia esta misma semana después de su más reciente pifia, y cito: “En dicha misiva y en tan sólo dos párrafos, el subsecretario renunciaba a su cargo, (con carácter de irrevocable), por considerarse a sí mismo un elemento “non grato” para el futuro del movimiento.

Y es que la última argumentación donde Hugo López-Gatell afirmó, (en la “mañanera”), que vacunar a un niño implicaba quitarle la opción de inocularse a una persona con auténtico riesgo, le trajo críticas hasta en su círculo más íntimo. Fuentes en su ambiente laboral me revelan que el encargado de manejar la pandemia dejó, intempestivamente, de bromear por todo, como acostumbraba.

Apenas leyó AMLO la carta-renuncia pidió le pusieran a Hugo López-Gatell al teléfono.

“Estoy enterado de tus intenciones y no las acepto. Tu salida se dará sólo si te llega alguna invitación internacional, de otra manera, te quedas conmigo hasta que termine el sexenio. Imagínate, dejarte ir es similar a reconocer que equivocamos el camino, y no es así”.

El Universal 09/09/21

No se equivocó la doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie, autora del libro: “Un daño irreparable. La criminal gestión de la pandemia en México”.

Al señalar como una de las principales tesis de este libro que el “crimen” contra las víctimas de la pandemia no ha sido intencional, pero se puede atribuir a médicos y especialistas que “mancharon” la estrategia con tintes políticos. Además, subraya que, “En lugar de renunciar a su puesto, Hugo López-Gatell sigue en sus funciones sin corregir el rumbo de una política sanitaria (...) Son evidentes las ambiciones políticas del funcionario supuestamente dedicado a cuidar la salud de los mexicanos, quien no le teme al desprestigio que su figura ya tiene entre sus pares”, acusa la autora.

Y es que, ocurre que el principal responsable del combate a la pandemia, el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, en su excesivo ahínco por secundar las posturas del presidente Andrés Manuel López Obrador, volvió a incurrir en una muy delicada declaración que le puede traer consecuencias muy riesgosas a futuro, luego de haber aseverado que por cada niño que es vacunado con un amparo legal, se le quita la oportunidad de ser inmunizado contra la Covid-19 a un adulto, quien sí tiene riesgo de agravarse por la enfermedad.

“Por cada dosis que por acción judicial por esta sentencia de amparo se desviara hacia un niño o niña, cuyo riesgo en menor, se le está quitando la oportunidad a una persona que tiene un riesgo mayor”, dijo en la conferencia presidencial matutina en Palacio Nacional.

Hugo López-Gatell, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud.

El funcionario comentó que la vacunación contra la Covid-19 no tiene como propósito la protección individual, sino la protección poblacional. Refirió que las agencias de salud pública del mundo han señalado que es importante llevar el orden de prevención de las personas desde la de mayor edad hacia las de menor edad.

“La evidencia científica es clara y consistente de que el riesgo principal de tener Covid grave, hospitalización, entubación y muerte está en las personas de mayor edad. Hay una escala donde el riesgo va disminuyendo en edades menores. Si consideramos a la edad, no hay razón para saltarse a la edad”, dijo.

Hugo López-Gatell, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud.

Hugo López-Gatell está molesto y el presidente también porque hay 262 amparos en los que se pide vacunar a menores de edad.

Pero no se puede soslayar que es una realidad que hay niños que se están contagiando y que están muriendo. De acuerdo con un reciente reporte de la Secretaría de Salud Federal con corte al mes de agosto pasado, en lo que va de pandemia han fallecido 758 menores; 407 niños de 0 a 5 años; 112 de 6 a 11 años, y 239 de 12 a 17 años, siendo los casos acumulados de contagios entre la población menor de edad de 156 mil 990.

Las declaraciones del presidente y su fiel lacayo les acarrearon una andanada de críticas desde todos los sectores, pero sin duda, la más ofensiva fue la dirigida por la senadora Xóchitl Gálvez a Hugo López-Gatell , quien “sin filtro” -como dicen ahora-, y evidentemente molesta, calificó de “pendejo” al subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud.

Pero más allá de las críticas o las ofensas, también es necesario reflexionar sobre la lógica que aplica el gobierno federal, que por un lado asume una postura en el sentido de que por cada vacuna que se desvíe para un niño se quita la oportunidad de inmunizar a un adulto, pero por otra parte, anuncia que enviará esta misma semana 300 mil dosis de vacunas COVID a Honduras y Bolivia, según informó el pasado martes e Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, quien dijo que más adelante se harán otros envíos a Jamaica, Paraguay, Belice y Nicaragua.

Quizá el presidente leyó mal el escenario cuando recibió la carta con la renuncia de Hugo López-Gatell . Quizá no observó esa magnífica oportunidad de sacudirse ese lastre. Quizá no hubo quien le aconsejara o no aceptó el consejo. El caso es que esa oportunidad se le escabulló y habrá que esperar que el polémico galeno incurra en una nueva pifia -seguro no pasará mucho tiempo-, para observar el proceder del presidente y ver si está vez si se atreve a tomarle o exigirle la renuncia. ¡Al tiempo!

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