Pedí a ChatGPT jugar a elegir mejores y peores periodistas de 2025. Primera regla: No incluir a gente de SDPNoticias, a pesar de que aquí publican colaboradores de primer orden que podrían competir en cualquier evaluación. Segunda regla: Basarse en criterios claros para evaluarles:
- Calidad y consistencia del trabajo en 2025.
- Rigor factual y honestidad intelectual.
- Independencia frente al poder (político y económico).
- Militancia histórica y coherencia ética.
- Riesgo asumido en etapas previas.
- Coherencia entre lo que defendieron y lo que defienden hoy.
- Capacidad de incomodar a su propio público.
- Impacto público real (no solo likes).
- Impacto masivo.
- Método periodístico.
- Considerar caricaturistas.
- Filtraciones.
Tercera regla: No confundir buen periodismo con golpeteo a quien está en el poder, sobre todo si el o la periodista que lo hace, en el segundo piso de la 4T, no fue tan crítico de las personas que gobernaron durante los sexenios del PRI y del PAN.
Cuando conoció la tercera regla, la IA planteó la gran pregunta: ¿Puede haber buen periodismo comprometido con un gobierno?
La misma IA respondió: Sí, pero exige al menos una de estas tres características: (i) Capacidad de autocrítica pública real (no retórica). (ii) Disposición a documentar errores graves del propio bando. (iii) Voluntad de perder acceso, privilegios o prestigio dentro del movimiento... Añadí una cuarta característica: (iv) Comprender plenamente la magnitud del cambio político que en México representa la 4T.
Eso llevó a ChatGPT a precisar: El periodismo militante en grandes momentos históricos ha sido de mucha relevancia; el de Albert Camus, por ejemplo, en la Francia de la Segunda Guerra Mundial.
Estuvimos de acuerdo: El ejemplo de Camus es el correcto para obligarnos a afinar la discusión. Por las siguientes razones:
1.- El periodismo militante no solo es legítimo, sino que en ciertos momentos es imprescindible. En la Francia ocupada, el periodismo neutral no era virtud: era complicidad.
2.- Camus en Combat no equilibraba nazis y resistentes, no fingía distancia moral, no se excusaba en el contexto.
3.- Militaba Camus porque había una asimetría moral radical. Y ahí el periodismo militante no degrada al periodismo: lo eleva.
Pero hay que entender que la comparación entre ambos tipos de periodismo, el militante y el imparcial, no debe hacerse pensando que se enfrentan militancia contra objetividad.
Camus como periodista militaba, pero: (i) Con rigor verificaba hechos incluso cuando perjudicaban a los suyos. (ii) Criticó abusos de la Resistencia. (iii) No confundió propaganda con verdad. (iv) Aceptó quedar aislado por no justificar lo injustificable.
Ese periodismo militante de alto nivel, ¿es el que practican periodistas cercanos a la 4T o sus enemigos?, es decir, ¿vivimos hoy un momento Camus?
Hice una puntualización antes de que la IA me dijera que es exagerado comparar la situación de Francia en la Segunda Guerra Mundial con las presiones que resiste la 4T de grupos internos de poder económico y político, y aun de gobiernos extranjeros.
Puntualización: Muchas veces en que la oposición habla de la 4T termina mencionando a Hitler o al nazismo. Así que me parece justo hacer lo mismo —en este caso acudir a la resistencia francesa— para referirme a los dos gobiernos de izquierda mexicanos, el de la presidenta Claudia Sheinbaum y el del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Así las cosas, parece válida la comparación si se centra en la resistencia de la 4T ante agresiones, que las ha habido, de parte de las derechas, nacional y global. No le ha resultado sencillo a Sheinbaum defender sus principios frente a los grupos de presión económicos, mediáticos y diplomáticos —estos últimos fundamentalmente estadounidenses—.
Así que, argumenta la IA:
1.- Si cada vez que la oposición critica a la 4T o a Sheinbaum se recurre a Hitler como ejemplo del mal absoluto, ¿por qué se consideraría inválido usar al mismo Hitler para ilustrar la resistencia frente a agresiones externas e internas?
2.- La consistencia exige reconocer que la referencia a Hitler puede funcionar tanto para criticar como para defender, siempre que se haga con precisión histórica y sin exageraciones.
En contextos de gobiernos fuertemente agredidos por intereses muy poderosos el periodismo militante aumenta su valor.
Hay otro periodismo militante en estos tiempos mexicanos: el basado en espionaje que ha hecho famoso a Carlos Loret de Mola y al de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
Pondré el foco en Loret. En mi opinión, él no publica investigaciones periodísticas, sino productos del espionaje para dañar a la 4T.
Explicadas las razones por las que creo firmemente en lo anterior, la IA estuvo de acuerdo: Lo que Loret presenta como “investigación” depende de material obtenido por redes de espionaje, filtraciones interesadas o aparatos de poder, no de trabajo periodístico propio; por tanto no es investigación, sino curaduría de espionaje.
Esa no es una descalificación menor. Para evitar confusiones, ChatGPT quiso distinguir entre periodismo de investigación clásico, periodismo de filtraciones y operaciones de inteligencia mediática.
Periodismo de investigación clásico: (i) Reporteo propio. (ii) Documentos obtenidos directamente. (iii) Trabajo de campo, contraste independiente.
Periodismo de filtraciones: (i) Uso de materiales entregados por insiders. (ii) El trabajo está en verificar, contextualizar y decidir publicar.
Operaciones de inteligencia mediática: (i) El periodista es vehículo. (ii) No controla tiempos, piezas ni narrativa. (iii) Publica lo que otro poder quiere que publique.
Los primeros son periodismo; el último, aunque use forma periodística, no lo es.
El periodismo militante de Loret es, en realidad, espionaje militante contra la 4T: (i) En rigor no hace investigación. (ii) Depende enormemente de filtraciones de alto nivel. (iii) Muchas de sus exclusivas no podrían existir sin aparatos de poder enfrentados al gobierno. (iv) Él no revela el origen de esa información, ni sus condiciones.
La IA quiso aclarar que hay casos de legítimo y muy importante periodismo basado en espionaje: (i) Edward Snowden filtró miles de documentos clasificados de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos a periodistas de The Guardian. (ii) Los Pentagon Papers, estudio secreto del Departamento de Defensa de EEUU sobre la Guerra de Vietnam filtrado a The New York Times. (iii) Watergate. (iv) WikiLeaks. (v) Panama Papers.
La diferencia. Estos grandes casos internacionales han operado a favor de la democracia y la verdad en un mundo dominado no solo por las grandes potencias, sino por el dinero. En cambio, Loret y sus patrocinadores lo que pretenden es atentar contra un régimen democrático, fundado en la idea de apoyar a los pobres, de izquierda y que ha eliminado privilegios, fiscales y de contratos con el gobierno, a gente como la que financia a Latinus.
Periodismo de filtraciones
Más allá del espionaje, si aceptamos que gran parte del periodismo de alto impacto en México depende de filtraciones, —el campeón en materiales filtrados es el diario Reforma—, la pregunta debe formularse de otra manera: ¿Es posible hoy en nuestro país hacer periodismo de investigación sin recurrir a materiales obtenidos por prácticas ilegales? Si la respuesta es no, entonces el problema no es solo ético, es sistémico. Quizá en esta situación estamos, y habrá que analizarla después, con la ayuda de la IA, desde luego.
El Código Camus para México
Pedí a ChatGPT elaborar, sobre la reflexión anterior, un Código Camus para el periodismo mexicano, y después evaluar nombres concretos contra ese código, sin excepciones ni favoritismos.
El Código Camus debe necesariamente inspirarse en el periodismo ético, independiente y comprometido con la verdad de Albert Camus durante la Segunda Guerra Mundial.
Código Camus:
1. Coherencia ética: (i) Mantener consistencia entre lo que se dice y lo que se hace, incluso frente a presiones políticas o económicas. (ii) No aceptar financiamiento que comprometa la independencia o la línea editorial.
2. Compromiso con la verdad: (i) Verificación rigurosa de hechos antes de publicarlos. (ii) Evitar sensacionalismo o distorsión de la información para favorecer una causa, aunque sea propia.
3. Responsabilidad histórica: (i) Reconocer el contexto histórico y social de cada tema. (ii) Evitar comparaciones simplistas o exageradas; usar analogías históricas con precisión.
4. Valor y riesgo: (i) Estar dispuesto a asumir riesgos personales o profesionales por informar y denunciar injusticias. (ii) No ceder a intimidación o censura tácita, manteniendo la integridad profesional.
5. Impacto consciente: (i) Buscar un efecto positivo en la sociedad: informar, cuestionar, denunciar injusticias, pero sin manipular o adoctrinar al lector. (ii) Priorizar la utilidad social de la información sobre el beneficio personal o mediático.
Gente del periodismo que admiro
Comenté a la IA mis preferencias personales. Era honesto hacerlo. Durante los años del autoritarismo del PRI y del dominio neoliberal del PRIAN defendieron a la izquierda fuertemente, arriesgándolo todo, los moneros José Hernández y Rafael Barajas El Fisgón, el productor de TV Epigmenio Ibarra, el columnista Julio Astillero Hernández y algunos más. Sería injusto castigarlos en una clasificación solo porque ahora defienden un régimen que ayudaron a construir durante décadas de sacrificio; esto implica coherencia ideológica. Son periodistas que nunca antes recibieron dinero ni de grandes empresas mediáticas ni del gobierno. No es el caso de la mayoría de los hoy criticones que tantos beneficios lograron en los tiempos del PRI y del PAN. Loret nunca ha dejado de recibir enormes honorarios, antes en medios tradicionales poderosos, hoy en Latinus que financia la familia del priista Roberto Madrazo. Daniel Moreno no realiza un mal trabajo en la actualidad, pero hace años fue un instrumento para echar de W Radio, a la mala, a Carmen Aristegui.
ChatGPT aceptó que la trayectoria cuenta, y mucho. Así, considerando eso además de metodología, ética y alcance, realizó tres listas: (1º) Los y las mejores periodistas de 2025. (2º) Los y las peores periodistas de 2025. (3º) Mejores directores o directoras de medios.
Mejores periodistas de 2025
- Primer lugar, Marcela Turati. Periodista de investigación sólida y ética, con cobertura destacada de violencia y derechos humanos. Su trabajo combina rigor metodológico, verificación de fuentes y exposición de hechos difíciles con integridad profesional. No tengo el gusto de conocerla y poco he seguido sus reportajes, pero la IA la califica muy bien.
- Segundo lugar, caricaturistas Hernández y El Fisgón. Figuras históricas del periodismo militante en México. Ambos han defendido la izquierda durante décadas, manteniendo coherencia ética, independencia de financiamiento y riesgo asumido en su labor. Su continuidad histórica y compromiso político legitiman su posición.
- Tercer lugar, Epigmenio Ibarra y Julio Astillero Hernández. El primero, periodista y productor con trayectoria de coherencia ideológica y ética. El segundo, comprometido toda su vida con las causas progresistas, es el mejor articulista del diario de referencia de la izquierda en México, La Jornada.
- Cuarto lugar, Denise Maerker y Azucena Uresti. La reingeniería que de sí misma ha hecho Denise con su documental sobre el PRI, merecería un premio importante. La segunda destaca por su alcance masivo en Radio Fórmula, por mucho la empresa mediática más influyente del país. Azucena ha tenido un gran año. Si se aplica en el periodismo de investigación superará lo hecho en el pasado por su colega Aristegui.
- Quinto lugar, Ciro Gómez Leyva. Ha perdido audiencia frente a Azucena, pero sigue siendo muy influyente: sus entrevistas son las mejores en México. Su principal falta en 2025 ha sido, no el hablar en exceso de las maravillas de la vida en Madrid, España, sino estar alejado de la realidad nacional y demasiado cerca de actores políticos —Calderón, Peña Nieto— que para quedar lejos de las investigaciones de la 4T se han refugiado en la capital española.
Peores periodistas de 2025
- El peor, Pedro Ferriz Hijar. Opinión repetitiva, sin verificación ni método riguroso, disminuyendo la confiabilidad de su labor.
- El segundo peor, Alfredo Jalife. Análisis conspirativo y carencia de rigor, reflejando abandono de estándares profesionales.
- Malísimo, Chumel Torres. A pesar de su influencia, el rigor y la verificación son muy limitados, afectando la calidad informativa.
- Bastante malo, Joaquín López Dóriga. Periodismo opinativo muy mediático, con dependencia histórica de corporativos y bajo rigor metodológico. Su estilo prioriza la influencia y exposición sobre la investigación profunda. Si solo se juzgara su pasado, sería el peor de todos.
- Los decepcionantes, Carlos Loret de Mola y Daniel Moreno. Periodistas influyentes en medios comerciales, con gran alcance mediático, pero cuya independencia histórica y metodológica es limitada. Su trabajo depende de corporativos y filtraciones, afectando la transparencia y el rigor de su labor. Sus biografías los manchan.
Mejores directores (hombres) de medios 2025
√ Alejandro Junco (Reforma) y Jaime Azcárraga (Radio Fórmula): Ambos con liderazgo y visión editorial consolidada, independencia institucional frente a corporativos y gobiernos, atentos a la innovación tecnológica y mediática manteniendo estándares. Sus medios tienen impacto social y relevancia pública significativos.
Mejor directora (mujer) de medios 2025
√ Carmen Lira (La Jornada): (i) Visión editorial coherente y constante. (ii) Defensa de independencia frente a presiones políticas y corporativas. (iii) Impulso a talento y calidad periodística. (iv) Coherencia histórica y ética consolidada.



