“Usted es un niño mimado por la vida y hay que vigilarle”. El hijo de Paco Ignacio Taibo I —Paco Ignacio Taibo II— ha leído muchísimos libros importantes de la literatura. A eso se dedica y sin duda lo hace bien. Yo he tenido en mis manos unas cuantas novelas de referencia, entre ellas La montaña mágica, de Thomas Mann. En esta narración, el intelectual Leopoldo Settembrini le dice las palabras con las que inició este párrafo al personaje principal, Hans Castorp.
Aclaro que se me ha dicho que eso de niño mimado por la vida es un error de la traducción al español, ya que el original de la novela, en alemán, lo que en realidad dice es “niño problemático de la vida”. No lo sé en realidad: soy monolingüe y no entiendo nada de ese otro idioma.
Como Hans Castorp, Taibo II es un niño mimado por la vida —ambos también son niños problemáticos de la vida; para los propósitos de este artículo lo mismo da—. Los dos son también juniors, ya que crecieron en familias privilegiadas: el padre de Castorp tenía un negocio rentable en la ciudad alemana de Hamburgo; el de Taibo II, por sus propios méritos, tuvo una vida intelectual muy exitosa.
¿En qué son iguales y en qué se diferencian el niño mimado por la vida y el junior?
El niño mimado por la vida no necesariamente nació en una familia sobresaliente en lo económico o lo cultural; el junior, sí. Es decir, el niño mimado por la vida triunfa por su buena suerte o por su talento, mientras que el junior sobresale en su carrera por su riqueza o por el estatus social de su familia –fuente: inteligencia artificial de Google–.
A Taibo II le ha ido bien por su buena suerte y por su talento, pero también por el prestigio de Taibo I. No veo manera de refutar esta tesis.
El director del Fondo de Cultura Económica confía demasiado en sí mismo por dos factores: (i) su demostrada inteligencia y su gran suerte —niño mimado por la vida— y (ii) sentirse muy superior al resto de las personas —junior—.
Como cualquier junior, Taibo II —sigo con la IA de Google— es exigente, caprichoso y manipulador para conseguir sus deseos. Hace las cosas a su manera, no como convenga a la institución para la que trabaje, en este caso el gobierno de Mexico, tanto porque está acostumbrado a que todo le salga bien —niño mimado por la vida— como porque su estatus heredado justifica que todo se haga como se le pegue la gana.
Como niño mimado por la vida, Taibo II ha demostrado “escasa resiliencia ante el fracaso, ya que está acostumbrado a que todo sea fácil”. Como junior, “puede reaccionar con explosiones, como berrinches o desprecio, cuando le niegan algo”.
Su notoriedad la debe a su buena suerte y a sus méritos —niño mimado por la vida— y también, y sobre todo, a que reacciona con explosiones, vulgaridades y berrinches cuando le niegan algo o debate con quienes piensan distinto.
Sobre ese niño mimado por la vida que creció como junior, debido a un reciente comentario misógino que hizo, recibí una carta de activistas feministas. Me la entregó Frida Gómez y la publico enseguida —todo lo que sigue, excepto la posdata, lo escribieron ellas—:
La misoginia es una forma de ignorancia, y bajo ese tamiz, Paco Ignacio Taibo II es profundamente ignorante.
Primero, porque en su afán de promover supuestamente la lectura, decidió declarar que un poemario hecho por mujeres era “asquerosamente malo”, sin entender que el arte no se mide con su estándar personal de satisfacción ni con sus vetustos gustos “intelectuales”. El arte no está para agradar a los burócratas de la cultura, y mucho menos para adaptarse a sus prejuicios.
Segundo, porque entre sus palabras se desliza lo que muchas ya sabemos: en su misoginia, cualquier poema escrito por un hombre es aceptable, pero si lo firma una mujer, automáticamente lo considera menor. Como si la historia de la literatura no estuviera plagada de autores “anónimos” que, en realidad, eran mujeres silenciadas.
Lo que dijo Taibo II, textualmente, fue: “Si partimos de la cuota, un poemario escrito por una mujer, horriblemente asqueroso de malo, por el hecho de haber sido escrito por una mujer, no merece que se lo mandemos a una sala comunitaria en mitad de Guanajuato, ¿por qué hay que castigarlos con ese libro de poesía?”.
La presidenta Claudia Sheinbaum lo detuvo en seco, aunque con una sonrisa incómoda, mientras el país entero escuchaba ese resbalón que no fue casual: una confesión tan íntima y sincera como aquella expresión de misoginia y homofobia cuando en tiempos anteriores triunfaba su partido político al declarar que “se las metimos doblada”. Porque en Taibo II no hay una falla momentánea del discurso, hay un desprecio estructural hacia las mujeres y más hacia las que escriben. Ojalá la presidenta dimensione lo que significa tener a un misógino al frente de la política pública del libro y lo destituya.
Ante el agravio, escritoras, poetas, artistas y colectivas feministas han convocado un mitin poético en la sede del Fondo de Cultura Económica (FCE), en protesta por los dichos machistas de su director. La cita es este martes 28 de octubre a las 10 de la mañana, en Carretera Picacho Ajusco 227, colonia Fuentes del Pedregal, CDMX. El poema lo vamos a meter doblado, para que pueda caber por la rendija del acceso que seguramente será cerrado.
Bajo los hashtags #PoemasHorriblesParaTaibo y #TraeTuPoemaDoblado, las mujeres de las letras responden con creatividad, ironía y poder a quien pretende degradar su voz.
La periodista Yohali Reséndiz expresó lo que todas sienten: “Lamentamos que desde el cargo público que ostenta el señor, pagado con los recursos del pueblo de México y de millones de mujeres, se exprese desde el machismo y el odio hacia las escritoras”.
No es una exageración. Taibo II, en su paso por la mañanera del 23 de octubre, presentó la colección “25 para el 25”, un ambicioso programa para regalar dos millones y medio de libros en América Latina. Se autoproclamó el arquitecto de “la operación más grande a nivel universal de fomento a la lectura”. Pero su “universalidad” se le olvida cuando mira la lista de autores elegidos: de 27 títulos, solo siete son de mujeres.
Entre ellas, Nona Fernández, Piedad Bonnett, Alaíde Foppa, Guadalupe Dueñas, Adela Fernández, y Blanca Varela. Ni Elena Poniatowska, ni Rosario Castellanos, ni Cristina Rivera Garza, ni Ángeles Mastretta —todas pilares de la literatura mexicana— fueron incluidas. La omisión no es casual, es política. Tan política como su desprecio hasta por lo que la historia comprueba.
Para ridiculez de Taibo II, Yareth Arciniega, de la revista Fortuna, le insistió en que en el boom latinoamericano también hubo muchas mujeres que no están visibilizadas en la colección, como Elena Garro, y le preguntó si se reconsideraría incluir más autoras, especialmente en las bibliotecas para mujeres que el propio FCE está promoviendo. Recordemos que varios escritos de Elena Garro fueron robados por Octavio Paz y presentados como propios en una espiral de violencia narrativa que la excluye de los grandes intelectuales de su época.
Taibo II respondió que en esos centros “los encargados comunitarios son quienes piden los libros” y reconoció que “el 40 o 50% de los clubes y salas de lectura están dirigidos por mujeres”: “¿Y qué quieren? Quieren leer literatura de mujeres. En algunos casos también quieren leer otras cosas, afortunadamente no hay un sesgo sectario, hay amplitud, pero hay una presión enorme para que lleguen libros. También tienes que inventar un poco qué es lo que hay por ahí, que tenga calidad”.
Para doble ridiculez y vergüenza del rancio criterio del viejo lesbiano, Cristina Rivera Garza —una de las autoras mexicanas más reconocidas de los últimos tiempos— estaba nominada al Premio Nobel de Literatura 2025. ¿Cómo explica su ausencia en esa colección “universal”?
Claudia, presidenta: es hora de una mujer al frente del Fondo de Cultura Económica. Es justicia histórica. E inclusive… justicia poética.
El mitin poético no será solo una protesta sino una clase magistral de literatura contemporánea y de dignidad. Las escritoras mexicanas demostrarán que no hay poema tan horrible como el machismo institucional que sigue filtrando quién merece ser leído.
Ahí esta la mirada inclusive colonialista, patriarcal e imperialista pues para el señor Taibo II, el lector es tan incapaz de seleccionar su propia obra que es necesario que un hombre blanco “intelectual” le integre la lista de lo que debe leer porque al final, Paco, no hay castigo más severo para un hombre que desprecia la poesía que enfrentarse a una marea de mujeres leyendo en su cara.
Posdata 1: A Hans Castorp, lo niño mimado o problemático se le termina quitando, o eso recuerdo de la lectura de La montaña mágica. A su edad creo que don Taibo II ya no tiene remedio, aunque habría que darle la oportunidad de internarse como el otro en una casa de descanso en los Alpes suizos. En una de esas se nos hace el milagro.
Posdata 2: Me recuerdan que una mujer ya dirigió el Fondo de Cultura Económica, Consuelo Sáizar, en el gobierno de Vicente Fox. Es verdad. Pero debería haber muchas más.



