“No será ventajoso para el ejército actuar sin conocer la situación del enemigo, y conocer la situación del enemigo no es posible sin el espionaje.”

SUN TZU

“El cuerpo canta;
 la sangre aúlla;
 la tierra charla; 
la mar murmura; 
el cielo calla
 y el hombre escucha.”

MIGUEL UNAMUNO

En lo que va del sexenio, no le han sido suficientes más de 86 mil mentiras en las mañaneras. Ahora, además, niegan lo probado, y el equipo del primer mandatario, para desviar la atención de lo que son hechos y realidades que los dejan bastante mal parados, culpa a un muerto. La ética ha desaparecido y ha llevado a que la 4T caiga en lo más deleznable de cualquier gobierno: no escuchar a su propia gente.

En estos casi cuatro años hemos atestiguado un desprecio absoluto hacia la niñez y hacia los enfermos. De hecho, para el 2023, el Hospital Infantil de México sufrirá un nuevo recorte presupuestal; en esta ocasión del 4.3%. El Instituto de Pediatría del 6.1%.

En el esquema de salud pública, el tamiz neonatal fue cancelado. Mientras, el desabasto de metrotexato (tratar diversos tipos de cáncer infantil) continúa y la disponibilidad de antirretrovirales para tratar a las personas con el VIH sigue siendo insuficiente. La lista es larga. Magnicidio.

Hay mentiras y corruptelas también en los proyectos cumbre de la 4T y en los programas clientelares (disfrazados de asistencialistas). Gracias al hackeo por parte de GuacamayaLeaks, sabemos también del desaseo y malos manejos del gobierno federal en diversos rubros. Incluyendo algo sumamente delicado: la escucha a periodistas y determinados colectivos e individuos.

No es invento ni suposición sin sustento. Los militares lo han documentado. Espiar a periodistas, defensores de derechos humanos, intervenir comunicaciones de profesionales es un abuso de poder y un grave delito.

Que López Obrador y su equipo digan que esas intervenciones no son espionaje y que se trata de acciones de “inteligencia”, desnuda que son mucho peor de lo que tanto han clamado no parecerse.

La cúpula de la administración federal ha perdido la noción del bien y del mal. ¿En qué momento o porqué extraviaron el rumbo?

En el colmo del paroxismo, el régimen de la 4T ha decidido culpar del espionaje a un muerto. Sí, a Rafael Moreno Valle, quien fue gobernador de Puebla y quien a su muerte era senador de la República. Increíble, casi a 4 años de su muerte (se sigue sin conocer las razones que llevaron a una precipitación a tierra tan inusual para un helicóptero), han decidido culparlo. Esto es, al que ya no puede defenderse porque está muerto.

Lo superficial de la acusación revela el uso que se le quiere dar como distractor. Lo que Moreno Valle pudo o no haber hecho con el mencionado sistema, nada explica de las actividades de espionaje de las Fuerzas Armadas de México.

Ramírez Cuevas, vocero de Presidencia, dijo que “Pegasus está en poder de particulares… y el exgobernador de Puebla lo usó contra opositores”. Valdría la pena preguntar si a partir de su muerte, dicho sistema quedó en manos del Ejército o en qué momento los militares compraron —y luego renovaron la licencia de— Pegasus…

“Mal de muchos, consuelo de tontos”, habría que decirle. Así, en el colmo del cinismo, el gobierno federal culpa de espionaje a autoridades locales y a otros actores. Como si hacerlo, borrase la ilegalidad cometida por funcionarios a nivel federal, esta sí plenamente documentada por la Sedena como consta de sus correos alojados en distintos servidores digitales.

Hoy nos corresponde exigir que el gobierno de la Cuarta Transformación esclarezca lo que pasó —lo que está pasando—. Se debe conocer en su totalidad cuáles son los casos de espionaje con Pegasus (o cualquier otro sistema de escuchas y monitoreo de información) en este sexenio. Basta de culpar a otros.

Pero lo contrario ocurre. En lugar de mandar llamar a los castrenses a que rindan cuentas, recurren a lo más sencillo: culpar a otros actores y a autoridades locales (entre ellas una ya fallecida).

La distracción generada en la vocería de la Presidencia hace patente que el gobierno federal miente; sí se han contratado servicios de inteligencia a partir del 2018.

En este momento aciago de escuchas, información y espionaje del mismo gobierno a sus ciudadanos, la 4T pierde de vista que el mismo López Obrador muy posiblemente está siendo escuchado y espiado por los militares.

En fin, seguro le mentirán al respecto. Ya lo dijo Tatiana Clouthier: “una jauría rodea al presidente y no deja avanzar los proyectos; le llevan mentiras”. Tiene razón, ese es el pobre nivel al que ha caído la Presidencia.

Hasta ahí. Ahora callemos, que alguien nos escucha.