En el mes de julio, la revista Aerospace Medicine and Human Performance publicó un estudio sobre los riesgos asociados con las “Operaciones con tripulación mínima extendida” (eMCO por sus siglas en inglés), un concepto que acuña la aviación comercial para referirse a los vuelos que en su fase de crucero (finalizado el ascenso y hasta que comienza el descenso), utilizan a un solo piloto.
Los hallazgos que arrojó el estudio han preocupado a varios sindicatos de pilotos a nivel global, incluyendo a Air Line Pilots Association (ALPA). Con esto se confirma una realidad fundamental y característica: la seguridad debe ser lo más importante en cada vuelo de una aerolínea, por eso es de capital importancia tener en todo momento a dos pilotos, bien entrenados y descansados, en la cabina de vuelo.
El estudio completo está firmado por un equipo interdisciplinario, con muchos años de experiencia en el mundo de la aviación, encabezado por Ries Simons, Declan Maher, Roland Vermeiren y Anthony S Wagstaff, y se puede adquirir por $30 dólares en la página Aerospace Medical Association.
A través de este interesante estudio, podemos enterarnos de que la industria aeronáutica está buscando la forma de optimizar el número de tripulaciones de cabina se requieren para un vuelo.
En los vuelos de largo alcance, por temas de seguridad aérea generalmente van con tripulaciones reforzadas, esto es, aunque para operar la aeronave se requiera nada más de dos personas (piloto y copiloto) mandan un par más, para que, en cierto momento del vuelo, cuando el avión va recto y nivelado, cambien de tripulantes, y con esto garantizar que quienes van volando están 100% descansados.
Muchas veces se asume que en la fase “más tranquila” del vuelo no se requiere de tanta atención, pero quienes conocemos a fondo cómo funciona la industria, no podemos dejar que quienes toman las decisiones se “duerman en sus laureles” o asuman “que no pasa nada”. Les aseguro que quienes creen que esto es posible, lo hacen desde una oficina en tierra, y no piloteando un avión. Aunque sea en vuelo recto y nivelado, siempre se debe estar atento, pues con el cambio climático las turbulencias en aire claro son cada vez más frecuentes.
Por eso a veces hay que “ponerles frenos” a quienes administran las líneas aéreas, porque no desaprovechan cualquier oportunidad que se presente para “ahorrar costos”, sobre todo si son de operación. La realidad es que las líneas aéreas, contrario a lo que la gente cree, a pesar de que manejan fuertes sumas de dinero, se desarrollan dentro de una industria que genera pocas ganancias, y por eso cuando una línea aérea ve la oportunidad de recortar gastos, no lo piensa dos veces.
De ahí que sea importantísima la presencia de los sindicatos, porque al final, ellos son el contrapeso requerido para no perder de vista que se trabaja con factor humano y que la seguridad debe prevalecer por encima de todo. No es gratuito que sea el medio de transporte más seguro del mundo; se debe a todos los protocolos y medidas que se toman en torno a la operación de los vuelos.
Ahora entremos un poco más a detalles sobre qué es esto de las “Operaciones con tripulación mínima extendida” (eMCO por sus siglas en inglés). Primero debemos saber que un vuelo consta de varias fases, las más críticas son el despegue y el aterrizaje, y por eso para garantizar la seguridad, en esos momentos los dos pilotos están exclusivamente enfocados en realizar su trabajo.
Una vez que quitan los calzos a la aeronave y se avisa a los tripulantes de cabina que se está próximo al despegue, pasamos a la fase de cabina estéril, esto es, uno como sobrecargo tiene prohibido distraer a los pilotos una vez que ellos dicen “cabina estéril”, porque tienen que poner toda su concentración en ejecutar con seguridad la maniobra de despegue.
O mismo sucede con el aterrizaje, hay un momento en que la cabina vuelve a ser estéril, cuando se da el aviso que se han alcanzado 10 mil pies y estamos en pleno descenso.
Después del despegue, una vez que se cruzan los 10 mil pies de altura, se termina la cabina estéril. Al aterrizar, sucede una vez que el equipo ya dejó la pista, y está en la calle de rodaje; en ese momento la tripulación (pilotos y sobrecargos) se coordinan con el personal de tráfico del aeropuerto, para todos los protocolos siguientes: asignación de puerta, avisos a mecánicos, personal de migración, asistencia médica, menores sin acompañantes, y un nutrido etcétera que cambia en cada vuelo.
Tras despegar, pasando los 10 mil pies, el sobrecargo ya puede entrar a cabina de pilotos, y preguntarles si quieren algo de tomar o de comer, porque los tripulantes no somos robots, estamos hablando de factor humano.
El estudio publicado en la revista estadounidense nos deja ver que las aerolíneas analizaron la idea para que, en los vuelos de larga distancia, en lugar de tener una tripulación de refuerzo, se tenga a un solo piloto durante el vuelo recto y nivelado, mientras el otro pueda dormir un rato para descansar.
Sin embargo, los resultados que arrojó el estudio fueron:
“1) Una cabina con dos pilotos se considera un factor clave para mitigar los riesgos de seguridad, por lo que las eMCO requerirían un nuevo concepto de evaluación de riesgos aeromédicos.
2) No se dispone de sensores ni algoritmos para monitorizar la incapacidad física o cognitiva, o estos no son lo suficientemente fiables.
3) Los datos científicos de vuelos de larga distancia aumentados no son válidos para predecir los efectos de la monotonía, el aburrimiento, el sueño y la inercia del sueño en vuelo sobre el estado de alerta durante el vuelo de crucero con eMCO.
4) Las afecciones médicas relacionadas con la micción, la defecación o la menstruación pueden provocar una visita no programada al baño del piloto que vuela durante el vuelo de crucero, quien debe solicitar al piloto que está descansando que tome los controles."
Al respecto ALPA ya hizo un pronunciamiento a través de su presidente, el Capitán Jason Ambrosi: “El notable historial de seguridad de la industria de la aviación no fue casualidad; es el resultado de una capacitación rigurosa, altos estándares y la presencia de dos pilotos en la cabina de vuelo. Dos pilotos significan dos niveles de protección para cada pasajero que atendemos”.
Y coincido con Ambrosi, aunque sabemos que el costo de mandar tripulaciones reforzadas eleva el gasto operativo, como dijo Enrique IV “París bien vale una misa (Paris vaut bien une messe)”; en este caso, bien que vale mejor una tripulación reforzada a tener solamente dos pilotos. Repito, esto es únicamente para vuelos de largo alcance.
En los cortos y medianos no se requieren tripulaciones reforzadas, porque el tiempo recto y nivelado del vuelo no excede las seis horas; en cambio en los de largo alcance pueden llegar a exceder incluso las 16 horas, por eso es necesario que siempre se vaya a esos vuelos con tripulación reforzada y que la cabina de pilotos siempre tenga a los dos, porque en caso de ser necesario, por “urgencias fisiológicas”, la cabina no se queda sola.
Son las aerolíneas que en aras de generar ahorros están empujando a que solamente vayan los pilotos estrictamente necesarios en los vuelos de largo alcance, sin embargo, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA por sus siglas en inglés) de la Unión Europea (UE) también hizo una publicación sobre las “operaciones reducidas” dentro de su “Plan Europeo de Seguridad Aérea”, y en él confirman lo mismo que argumentan los pilotos.
En pocas palabras dicen que la idea de quitar las tripulaciones de refuerzo y dejar a un solo piloto en cabina durante el vuelo recto y nivelado menoscaba la seguridad del mismo. Cito textual:
“No se puede demostrar suficientemente un nivel de seguridad equivalente entre eMCO y las operaciones actuales con dos tripulaciones.”
Me queda claro que la industria aérea busca recortar gastos de donde pueda, pero nunca se debe hacer en áreas que pongan en riesgo la seguridad operacional; suena muy atractivo pagar únicamente dos salarios, en lugar de cuatro, pero si uno hace cuentas, enviar tripulación reforzada sí genera un ahorro, pero a largo plazo.
No pueden reducirse los niveles de seguridad, porque no estamos hablando de máquinas; no se puede ceder en este tema cuando en el horizonte aparece la famosa Inteligencia Artificial, que también buscan introducir en las cabinas de vuelo, con miras a que termine operando la aeronave solamente un piloto.
¿Atractivo? Sin duda, pero cuatro ojos ven más que dos, y tener retroalimentación de un humano ante la toma de una decisión en vuelo, es de verdad lo que genera los altos estándares de seguridad.
Finalmente, las inteligencias artificiales se nutren de los datos que nosotros les proporcionamos, pero el criterio, ese solamente lo tenemos nosotros, los seres humanos y en la aviación, este elemento es sumamente valioso.
Espero que las líneas aéreas se den cuenta que pueden perder lo más con lo menos, porque dejar de pagar dos salarios, no se compara para nada con tener un accidente fatal, hay aerolíneas a lo largo de la historia que han desaparecido por este motivo.
Esperemos a ver cuál será la reacción aquí en México por parte de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA) y el Colegio de Pilotos Aviadores de México (CPAM) sobre este tema tan peliagudo.