“A ningún hombre consiento

Que dicte mi sentencia

Sólo Dios puede juzgarme

Sólo a él debo obediencia

Hasta que fuiste carcelero

Yo era tuya compañero

Hasta que fuiste carcelero

Voy a tatuarme en la piel

Tu inicial porque es la mía

Pa' acordarme para siempre

De lo que me hiciste un día

De lo que me hiciste un día.”

ROSALÍA

Al pueblo pan y circo o, dos milenios después y en región 4t, podría llamarse “pan y Rosalía”…

El hecho es que ayer poco más de 160 mil personas llenaron La Plaza de la Constitución (¿se molestan los obradoristas si lo llamo así?) para escuchar a la cantante española ganadora de los Grammys. Y es que Rosalía cerró en México su gira por América “Motomami World Tour”.

Fueron casi dos horas de concierto durante los cuales los asistentes disfrutaron de su música y de sus bailes. En los pasados 8 meses ha estado en la capital del país tres veces (contando esta última), siempre con un lleno total. Invitarla era sinónimo de éxito.

“Malamente” —como se titula una de las canciones más conocidas de la artista— uno pensaría que si la plancha del Zócalo se llena para un concierto, así como para una concentración de la oposición, entrarían el mismo o similar número de personas. Pero no. La magia de la 4t siempre registra mayor afluencia cuando le conviene.

El anuncio de que habría un concierto gratuito fue hecho por Claudia Sheinbaum. Algunos consideran que este fue un acto “con altura” (como otra de las canciones de Rosalía); otros más consideran que solo quiso tomar la energía de “Motomami” para su campaña; una que no es campaña pero que camina y suena a campaña.

Seguramente el equipo de Sheinbaum le encantará que todos los que fueron al concierto (y también algunos de los que no fueron) piensen en ella para el 24. “Di mi nombre” quiere de nosotros la jefa de gobierno capitalino, en este caso para tacharlo en la boleta.

La cantante abrió con “Saoko”, palabra africana que —dicho por la intérprete— significa energía, movimiento y sabor. Acciones que los diversos aspirantes y corcholatas desean imprimir a sus campañas.

Sería interesante que esa energía y movimiento fuera para trabajar más y sobre todo de manera más efectiva. Y es que todos podemos coincidir en que, de otra forma, esa energía no sirve para nada...

Otra de las canciones (no se escuchó) fue “Pienso en tu mirá”, lo cual seguramente sucede con los aspirantes morenistas respecto a Andrés Manuel. Y en el mismo sentido, en cómo los miran a cada uno de ellos los votantes.

Precisamente por esto, desde tiempos ancestrales, eventos multitudinarios y gratuitos se procuran por las autoridades para agradar al pueblo y estar en el ánimo de los ciudadanos.

Desde que se anunció el concierto, la pregunta sobre quien pagaría el evento se escuchó en diversos momentos. ¿Lo haría el gobierno de la Ciudad de México?, ¿OCESA?, ¿algún empresario? Al respecto, hay que decir que el jueves por la tarde OCESA compartió un boletín donde asegura que la artista NO cobró; un poco como reconocimiento a lo mucho que la quiere México, a sus ricos platillos (le fascina el aguachile y los tacos)…

Si el INAI tuviera a los comisionados faltantes, se podría transparentar si esto —lo del cobro, no lo del aguachile— es cierto. Pero al no poder operar el Instituto, pues la incertidumbre queda y las dudas ensombrecen lo que podría ser aplaudido gracias a la transparencia. En fin. No hagas cosas buenas que parezcan malas, ¿o cómo era?

Uno de los álbumes más reconocidos de la artista es “El Mal Querer”. ¿Me pregunto si así se habrá sentido López Obrador después de lo mal que lo trató Adán Augusto en la mañanera? Al mismo tiempo, Monreal, Ebrard y Fernández Noroña de seguro también han de sentir el mal querer presidencial.

Tristemente, los que más lo padecen son las personas que supuestamente más iban a estar cobijadas por la 4t. Los jóvenes, los estudiantes, los científicos, los investigadores atestiguan cómo desaparece el Conacyt... No se diga los que sufren el desabasto de medicamentos; ¿ahora finalmente serán atendidos por el IMSS-Bienestar?

Sí, la 4t le gana a Rosalía en ese mal querer, aunque en el caso de la cantante le ha traído ganancias y beneficios, mientras que el aplicado en México nos ha generado zozobra y abrazos atascados de balazos.

Panem et circenses dirían los romanos. De acuerdo con Juvenal (100 A.D.), esta práctica tenía como propósito dar espectáculo y comida al pueblo romano, el cual había olvidado su derecho de nacimiento para involucrarse en la política. Para ganarse el voto de la plebe, los políticos habían diseñado el plan de regalar comida barata y entretenimiento. Esta estrategia le quitaba al pueblo su espíritu crítico, además de generar un sentimiento de agradecimiento hacia los gobernantes. El “clientelismo” existía dese entonces…

Pan y circo” no es cultura. Y no me refiero al concierto de Rosalía o del artista que sea que se presente en el Zócalo. Tampoco al hecho de que nos guste o no su música. No es cultura sencillamente porque el pan y el circo se usan de forma clientelar. Cuando los actos de entretenimiento tienen fines de precampaña, no pueden ser considerados cultura en sí mismos.

Hay más canciones de la Motomami que las corcholatas deberían conocer:

“De aquí no sales”: solo habrá un candidato/a. Los demás, de donde están, no saldrán.

“A ningún hombre”: algo así como lo que Claudia Ruiz Massieu le recordó a López Obrador; que ella tiene nombre, apellido y que es típico de un macho minimizar a las mujeres por el parentesco que tienen con un hombre. Esta canción también debería recordarnos que ningún hombre, en ninguna circunstancia, tiene el derecho de ejercer violencia contra una mujer, ni imponerle la agenda o el legado…

El concierto de Rosalía deja muchas preguntas. Mas lo que lo es un hecho es que Pan y Rosalía no necesariamente alcanzarán para impulsar una campaña, sea esta de quien sea.