Uno de los principios rectores que ha caracterizado al gobierno de Claudia Sheinbaum, queda claro, es apostar al diálogo para encontrar salidas. La postura que ha tomado, con relación al tema del vecino país, ha sido mesurada y actuar con sobriedad. En algunos casos se han dado a conocer los detalles de los canales de comunicación que se han aperturado para sellar acuerdos que beneficien a ambas naciones, máxime cuando se trata de temas comerciales y cooperación en rubros estratégicos. Precisamente eso, ante las circunstancias, ha sido retomado con un equipo negociador que, desde hace semanas, se trasladó a Washington para encontrar soluciones que no afecten el alza a los productos que México exporta a los Estados Unidos. Esa razón, desde luego, radica en la elevada amenaza de incremento a los aranceles.
Si eso llegase a pasar, que esperemos que no suceda, traerá efectos negativos para ambos países. Dadas las consecuencias en el posible incremento de los precios, específicamente algunos productos que encontramos en los supermercados, en este caso, impactará severamente en los bolsillos de los consumidores. De hecho, a comienzos de la nueva administración de los Estados Unidos, en especial en ese asunto, México pasó por algo similar. En aquel entonces, recuerdo, se movilizó rápidamente un equipo negociador encabezado por el secretario de economía, Marcelo Ebrard. Al ser considerado el perfil con más experiencia en asuntos de relación bilateral, signó acuerdos que lograron inhibir el impacto que se avecinaba. Se aprovechó al máximo la sapiencia con los gobiernos anteriores y, de repente, fue fructífero las negociaciones que se alcanzaron. El valor de actuar a tiempo, logró importantes asuntos de colaboración para no afectar la economía del territorio nacional.
Y cuando todo estaba en aparente calma, el departamento de comercio, a través de los órganos de comunicación, amagó nuevamente con incrementar el porcentaje de varios productos que se exportan a EU. Es verdad, la oposición y algunos medios del conservadurismo han especulado mucho acerca de esta decisión. La razón no tiene nada que ver con que se haya dejado de hacer algo. Al contrario: se reforzó el tema de cooperación en asuntos prioritarios de seguridad. Claudia Sheinbaum, de hecho, se enfocó en fortalecer la presencia de elementos en las principales fronteras. Esa disposición, a propósito de ello, fue reconocida por el mismo mandatario federal de los Estados Unidos ante un comunicado en su cuenta de redes sociales.
Por eso nuestro país, en ese sentido, ha cumplido a cabalidad todos los acuerdos. Pero las circunstancias, en esta política cambiante, suele dar giros inesperados. Como balde de agua fría cayó el anuncio dé que entrará en vigor una nueva tarifa arancelaria a partir del primero de agosto. Claramente, muchos no esperaban que se endureciera la política de comercio. Aunque, sobra decir, México, de un tiempo para acá, especialmente en los gobiernos de la Cuarta Transformación, se ha ido acostumbrando a remar contra la corriente. Se han vencido muchos obstáculos en virtud de la capacidad de personajes claves como Marcelo Ebrard. Su eficacia, ya de años, son favorables, primero, para demostrar fortaleza y, con ello, sacar a flote un abanico extenso de soluciones que benefician directamente la economía de nuestra nación. Eso, además de ganarse el reconocimiento de Sheinbaum, lo ha puesto en el centro de los reflectores ahora que ha tocado nuevamente encabezar una encomienda a fin de aminorar lo más que se pueda el impacto.
A unos días de que se conozca la respuesta del vecino país, en este tramo tan importante de negociaciones a las que se han recurrido de parte de la Secretaría de Economía, hay una esperanza depositada en qué las cosas retomen su cauce. De esa forma, entendemos perfectamente las palabras que esbozó Marcelo Ebrard, se ha hecho todo lo posible para alcanzar un acuerdo al más alto nivel. Nos consta, por ejemplo, la energía que se le ha imprimido para mantener el flujo de la comunicación con funcionarios del Departamento de Comercio de los Estados Unidos. Pase lo que pase, estamos convencidos de que se pusieron en funcionamiento todos los mecanismos para abrir camino y encontrar una salida que beneficie a ambas naciones. El simple hecho de no bajar la guardia y darle seguimiento ante este enorme desafío que, con responsabilidad, ha encarada el gobierno de la Cuarta Transformación, vale la pena.
Mientras se dé a conocer la postura del vecino país, propiamente dicho, el flujo de inversiones, tal solo en nuestro país, sigue alcanzando niveles importantes que, en definitiva, serán de suma importancia para generar nuevas oportunidades en la creación de fuentes de empleo que, por ende, sea un síntoma para mejorar la calidad de vida. La principal apuesta de Claudia, delegada a secretarías cruciales como la de economía, son el reflejo de los pasos tan significativos que se han dado no solo para responder eficientemente ante los desafíos, sino para aterrizar la esencia de la 4T en bienestar y desarrollo social.
Y en un tema crucial, que envuelve la política internacional, es importante que la sociedad revise la narrativa de Jesús Esquivel. Los Narcos Gringos, como tal, es una radiografía de la problemática que aqueja en aquel país. El autor, de hecho, hace una sinopsis detallada de toda la actividad masiva al margen de la ley que también predomina. Esas circunstancias ilícitas, detalladamente, son abordadas en las letras de una lectura imperdible que nos abre más la problemática del consumismo, corrupción y movilización de estupefacientes en aquel punto.
Notas finales
Los medios de comunicación internacionales, a través de distintos mecanismos de información, dieron cuenta del terremoto que sacudió a Rusia. Esto, por los efectos que generó, prendieron las alarmas en algunos países. En México, especialmente en el pacífico, se puso en marcha una estrategia de alerta para estar al pendiente. Justamente en ese asunto, dada la experiencia y las medidas preventivas que se toman, el gobierno que encabeza Evelyn Salgado salió rápidamente a emitir un comunicado a la población civil. Ella, como hemos señalado, ha fortalecido los protocolos y la respuesta inmediata ante los fenómenos naturales. Debemos reconocerle ese compromiso y, desde luego, todos los mecanismos que pone a disposición de la gente ante la amenaza de alguna lluvia o huracán. A eso se le llama coordinación eficiente y acompañamiento a lo que siempre está latente en estas temporadas para inhibir riesgos y tragedias.