En estos momentos Dante Delgado, el dueño de Movimiento Ciudadano, es quien quizá tenga mejor agarrados los hilos del año 2024; más que Morena, más que “Sí por México” y, con un olfato político más fino que propio compañero presidente Andrés, que le permite colocarse en una posición envidiable de cara a la contienda presidencial de 2024.

Dante Delgado es un abierto salinista, hijo pródigo del ex secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios, amigo inseparable de personajes como Manlio Fabio Beltrones, Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard. En 1998, después de salir de la cárcel, creó su propio partido y lo hizo sin principios ideológicos ni posturas que representaran a una parte de la sociedad mexicana, lo armó de la “pepena”, de los desplazados de otros partidos.

Las alianzas al mejor postor

En el ir y venir de las elecciones, MC se ha sostenido por la configuración de alianzas con cualquier partido, sin importar de la corriente que sea. En las elecciones presidenciales de 2012 fue aliado con AMLO y en 2018 se alió con el PAN y el PRD para postular a Ricardo Anaya.

También hizo alianza con el PRD y PT para impulsar a Miguel Ángel Mancera a la jefatura de Gobierno de la CDMX, a Graco Ramírez en Morelos y Arturo Núñez en Tabasco; junto al PAN y PRD impulsaron en Durango a José Rosas Aispuro, en Guanajuato a Diego Sinhue Rodríguez, en Oaxaca con el PAN, PRD y PT, a Gabino Cue, y en Yucatán en alianza con el PAN, llevaron a Mauricio Vila a la gubernatura.

Entre tanta pepena, MC logró desplazar en Jalisco al PAN y al PRI con Enrique Alfaro, posicionándose como primera fuerza política y obteniendo su primera gubernatura con candidato propio y sin alianza.

En los momentos más aciagos del canciller, Marcelo Ebrard, perseguido y señalado en 2015 por irregularidades en la Línea 12 del Metro, Dante le tendió la mano y, de paso, una candidatura a Diputado Federal por el principio de representación proporcional.

Sin alianzas

Para la elección intermedia de 2021, Dante Delgado, con ese gran olfato oportunista, decidió “vender caro su amor” y, así logró colocarse como “objeto del deseo” para el 2024.

El presidente del movimiento naranja consideró que ya tenía suficiente fuerza para “ir solo” en la contienda sin peligro de perder el registro. En la pepena de candidatos eligió bien y postuló a prestigiosos integrantes de la sociedad civil y a líderes locales que le dieron buenos resultados:

“En lo personal soy partidario que en las elecciones intermedias todas las fuerzas políticas nos pongamos a prueba, se está comentando que, de no ir juntos, se corre el riesgo de que Morena y sus aliados vuelvan a obtener una mayoría desproporcionada, desde nuestro punto de vista además indebida en la Cámara de Diputados, pero esto ha sido así porque las reglas las crearon el PRI, el PAN y el PRD.”

Dante Delgado

La prueba le salió de diez, ganó una gubernatura más y, por cierto, una de las más relevantes, política y económicamente hablando, Nuevo León, con Samuel García y obtuvo 23 diputaciones federales, que lo hacen tener un peso importante en el Congreso.

En esta Legislatura MC ha decidido votar en contra de las iniciativas de AMLO y Morena, principalmente de las más trascendentes como la Reforma para la Industria Eléctrica.

Otros factores como el desmoronamiento de Morena y la falta de resultados del gobierno de AMLO, que seguramente serán cobrados en las urnas en el 24, hacen de MC un actor muy importante para la contienda presidencial.

Para la 4T resulta muy peligroso que Dante Delgado, con su olfato político, pepene a precandidatos desechados por AMLO, como podría suceder con el actual canciller Marcelo Ebrard o incluso, sin tapujos ideológicos, podrían recurrir a postular al “chico maravilla”, Ricardo Anaya.

MC y la 4T

Hace apenas unos días, otro salinista de cepa, Alberto Anaya, el dueño del PT, fue el mensajero de AMLO para ofrecer a Dante ir en coalición con Morena para dar continuidad al proyecto y es que, en la 4T se están haciendo pedazos por la candidatura presidencial, sobre todo Marcelo Ebrard y la regenta Claudia Sheinbaum y peor aún, sabiendo que ambos pueden ser “traicionados” por AMLO, que acaba de subir a un tercero al ring, su paisano y actual secretario de gobernación, Adán Augusto Hernández, de ser así, MC esperaría a Ebrard con los brazos abiertos.

Bajo esta configuración, para 2024 MC lograría convertirse en el nuevo Morena, con una enorme diferencia, MC no depende de un caudillo, sino de la precisa y concienzuda pepena de candidatos que realice. Esta estrategia le permitirá atraer a otros partidos como el PVEM, el PAN, PRD y hasta el PRI.

Para la candidatura presidencial, MC ya tiene en la mira a dos muy competitivos personajes: Marcelo Ebrard, quien cada día ve alejarse la oportunidad de ser postulado por Morena y el dedo seleccionador de AMLO y Ricardo Anaya, porque el PAN posiblemente no tenga empacho en volver hacer alianza con Dante.

Además, para mantenerse vigente y con cierta independencia y fuerza, es posible que el PVEM se sume a la corriente de Dante.

En otras palabras, Dante y el MC harán la transición de la corriente obradorista a otra más amplia y capaz de aglutinar a otras fuerzas políticas.

Lo que es un hecho, es que en 2024 ningún partido por sí solo podrá ganar la elección presidencial, eso convierte a Dante y a su partido en un polo de atracción, de un lado o de otro, con Marcelo o con Anaya y, por qué no, hasta con Enrique de la Madrid.