Es evidente que Morena, pese a todo el clima que se ha formado, dio muestra de músculo y unidad en el Consejo Nacional celebrado este fin de semana. Ayer, de hecho, la mayoría de titulares de la prensa colocaron la noticia en primera plana. Algunos, en efecto, aludieron a la unidad pese a las tensiones que existen. Desde luego, hacían referencia al escándalo que envuelve el caso de un exsecretario de seguridad pública en Tabasco. Siendo un tema muy ruidoso, la oposición pensó que Adán Augusto se escondería para evadir el tema, cosa que, por supuesto, no hizo. Aplaudo la templanza y la sobriedad del coordinador de los senadores de Morena en la cámara alta, para reaparecer en un telón de fondo que acaparó la atención de todos.

En medio de toda esa constelación que se ha formado, a propósito de ello, el consejo mostró su apoyo total al mismo Adán Augusto López Hernández. Eso, entre consignas, dejó claro que, más allá de una situación ajena al coordinador de los senadores de Morena, el movimiento, en aras de seguir profundizando las políticas públicas, seguirá pugnando por que exista una cohesión hacia adentro. Se unieron, como en muchas otras coyunturas, para solidarizarse por las causas. Vimos, por ejemplo, gritos de aliento para el líder de la cámara baja. Aunque muchos juraban que Adán sufriría el abandono, fue arropado por los liderazgos de mayor peso en la 4T. Obtuvo, podemos decirlo así, esas palabras de aliento que se necesitan en estos momentos. Él, ya lo dijimos, no tiene ninguna responsabilidad de los actos de otros funcionarios.

Adán Augusto, en palabras más simples, seguirá siendo el coordinador de los senadores de Morena en la cámara alta. Eso, es más, ni siquiera está en discusión. Claudia Sheinbaum tiene muy claro el liderazgo que significa el exsecretario de gobernación. Ella, para los próximos periodos, seguirá confiando ciegamente en él. La lectura del Consejo Nacional fue, a todas luces, la mejor prueba de que López Hernández, más allá del linchamientos de los medios de comunicación, es una pieza crucial del armado en este proceso de transformación. Entonces la crisis y las divisiones, que presagiaba la oposición, no se tradujeron de ese modo. Ha fracasado la guerra propagandística que la derecha ha propagado. Es lamentable, por ejemplo, que exista hasta una lectura del lenguaje corporal de Adán Augusto, solo por encorvarse un poco. Esa postura, evidentemente, no tiene un significado en especial más que sentarse y escuchar atento el mensaje de Luisa María Alcalde.

Adán Augusto López, luego del apoyo recibido, no está considerando separarse de la coordinación, ni mucho menos está en mente de Claudia mover las piezas del ajedrez. Después de todo, los senadores, en su inmensa mayoría, respaldaron a su líder con una carta que circuló por los medios de comunicación. De mucho sirvió ese posicionamiento para llegar al consejo con mayor respaldo. Precisamente allí, ante los ojos de todos, Morena mostró unidad y fuerza. Se habló de las elecciones intermedias del 2027. De hecho, se planteó reforzar el trabajo territorial y, con ello, poner fin a esa oleada propagandística que esboza el comienzo de un proceso de transición en 16 gubernaturas, donde las emociones están a flor de piel.

Morena, de acuerdo con las encuestas que han circulado, es inmensamente favorito para ganar la mayoría de posiciones que estarán en disputa. Está comprobado, con registros y datos duros, que la unión con los partidos aliados duplica y, en algunos casos, aumenta la proporción del voto. Siendo así, el lopezobradorismo, en vísperas de este hecho, debe velar por los interés colectivos, pues, de entrada, estará en disputa la mayoría calificada. Ese efecto, que se propagará a las entidades, será crucial para ganar los congresos estatales que, como tal, han votado a favor para que los proyectos obtengan el rango constitucional. Con ello, no habrá justificación alguna para no sellar una coalición que es, en definitiva, parte fundamental de esta gran columna vertebral de la 4T. Ese componente clave, sin duda, se llama Partido del Trabajo y Verde Ecologista de México.

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Si Morena tiene entre sus planes ganar la mayoría de distritos y gubernaturas, queda claro, será de vital importancia refrendar el aporte sustancial que ha dado, a lo largo de muchos años, el Partido del Trabajo. De no ser así, el tema, como pasó en Veracruz y Coahuila, puede empeorar para no conquistar el mayor número de espacios. Por eso la alianza, que ha sido duradera y efectiva, tiene que ser unida. Se ve, de hecho, que esa colaboración seguirá siendo la punta de lanza, sobre todo por lo que pasa en el legislativo, donde los votos, en esa suma, han marcado la enorme diferencia para hablar de un proceso de transformación.

No habrá rupturas en Morena, mucho menos en una coalición que, desde este momento, pinta sólida con el respaldo irrestricto que ha recibido la presidenta constitucional, Claudia Sheinbaum. Esto marcará, además de un precedente importante, una cadena de triunfos en las 16 gubernaturas. En esa lista de prioridades, desde luego, se ha puesto principal atención de Aguascalientes, Chihuahua y Querétaro, donde Morena acortó distancia y, con ello, peleará por lograr la hazaña.