Hoy mismo se instalan los equipos y sus respectivos pilotos en las inmediaciones del Autodromo Nazionale di Monza, para lo que será el último Gran Premio de la trilogía en seguidilla que programó en su calendario la Fórmula Uno después del parón veraniego. Sin duda, los trazados elegidos para esta tercia de Grandes Premios nos han dejado, hasta el momento, con buenas sensaciones en cuanto a espectáculo en pista.

El #GranPremioDeItalia será el broche de oro de esta primera parte de la última estirada de la temporada 2022, y que mejor que en la llamada Catedral de la Velocidad como lo es Monza; territorio Tifosi al cien por ciento. Así como vimos a la imponente marea naranja en las tribunas de Spa-Francorchamps y Zandvoort para los Grandes Premios de Bélgica y Los Países Bajos - respectivamente -, ahora nos tocará ver a una marea roja en la casa de Ferrari.

Por ese lado, las expectativas son muy elevadas para los de Maranello; más allá de las pifias monumentales que se han mandado en esta temporada, la esperanza de correr en su casa y con su gente, puede ser un revulsivo que provoque una reacción más que positiva para el equipo dirigido por Mattia Binotto.

De eso también están conscientes los dos pilotos del Cavallino Rampante; tanto Charles Leclerc como Carlos Sainz saben que aún siguen en la pelea por el subcampeonato de constructores, toda vez que Mercedes también se ha metido en esa lucha y que con su desempeño la semana pasada en Zandvoort, mostraron que van a competir por esa segunda plaza.

En cuanto a las aspiraciones personales de los pilotos del F1 75, quizás sea Charles Leclerc quien tenga un motivo aún mayor para seguir aspirando a podios y hasta para intentar ganar carreras. Todo mundo en el paddock sabe que Max Verstappen anda intratable, y pareciera que corre en un campeonato muy aparte del resto; por esa razón, la batalla del monegasco ya no es por el campeonato en sí, sino por el subcampeonato en el rubro de los pilotos.

Pero tiene un obstáculo difícil de solventar y es el mexicano Sergio Pérez, quien a bordo del otro Red Bull está empatado en puntos con Lecrerc, lo que hace que ese duelo sea emocionante para ambos pilotos que corren en los dos mejores carros de la actual parrilla. Con 201 puntos, ambos pilotos no dejarán pasar ninguna oportunidad para hacerse de las mejores posiciones en los podios que restan, para asegurar convertirse en los mejores del resto en la estadística final de la actual temporada.

Por el lado del mexicano, su lucha no solo es por quedar en la segunda posición del campeonato; su lucha también es en el sentido de acumular la mayor cantidad de puntos junto con su compañero el #MadMax para asegurar lo más pronto posible el campeonato de constructores para Red Bull de forma anticipada, mucho antes, incluso, de que acabe la temporada actual.

Similar el caso de Carlos Sainz, quien también tiene la encomienda de sumar la mayor cantidad de puntos posibles para que, junto a los de su compañero, también le abonen ese score a las aspiraciones de Ferrari quien, hoy por hoy, solo está para luchar el subcampeonato de constructores.

Y es que, aunque ya parezco un disco rayado, debo mencionar que de no ser por los errores tan infantiles que se han cometido en Ferrari, hoy podríamos incluso estar hablando de un escenario totalmente distinto en cuanto al liderato en ambos campeonatos. Los de Maranello tenían la mesa servida para ganarlo todo este año, pero ellos mismos se la liaron al grado de solo aspirar a ser los mejores del resto en el apartado de los constructores.

Monza es velocidad pura, tanto la Ferrari como el Red Bull son los dos autos más veloces de la parrilla, la pregunta es ¿Cuál de los dos vehículos mostrará más velocidad punta y se llevará la carrera del próximo domingo?

Sería un regalo enorme para los Tifosi que alguno de los dos jinetes del Cavallino Rampante se hiciera con la victoria; un gran regalo en medio de tantas decepciones que este año le han dado a su afición.

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