La crisis en Europa oriental provoca tensiones en el mundo. Vladimir Putin, quien no ha titubeado en el reconocimiento de las provincias independentistas de Ucrania, cuenta ahora con el apoyo (esperado, desde luego, cuando se trata de un régimen autocrático dominado por un solo hombre) del Senado ruso para intervenir en Ucrania en caso de que las fuerzas militares comandadas desde Kiev lleven a cabo acciones hostiles contra los ciudadanos rusófonos.

México, por su parte, además de formar parte del Consejo de Seguridad como miembro no permanente, ha salido a la luz en boca de algunos políticos mundiales. Sin embargo, no ha sido por cuestiones halagadoras ni porque nuestro país sea considerado una pieza clave en la resolución del conflicto ruso-ucraniano.

México ha sido mencionado como ejemplo de Estado tapón, a saber, como país vecino de los Estados Unidos, y que, sin embargo, no forma parte de alguna alianza militar formal con nuestro vecino del norte. En otras palabras, al igual que Ucrania, como Estado neutro.

En este contexto, Putin, en una conferencia de prensa, mencionó el caso mexicano y sobre cúal sería la hipotética reacción de los Estados Unidos si Rusia o cualquier potencia no miembro de la OTAN colocara tropas en la frontera mexicana, que instalase hospitales, o peor aun, que pusiese sobre el terreno armas nucleares. En su intervención, el presidente ruso buscó justificar sus acciones en Ucrania.

Hace unos días, Marine Le Pen, candidata del partido de extrema derecha a la presidencia de Francia, en medio de su feroz crítica contra el presidente Macron, aludió igualmente a Mexico comparándolo con Ucrania al ser un Estado neutral -y en desarrollo- que pudiese servir como terreno de disuasión contra los Estados Unidos por parte de Rusia o China.

En perspectiva histórica, y de manera ilustrativa, el lector recordará el célebre telegrama Zimmerman, enviado por el otrora ministro de Relaciones Exteriores del Imperio Alemán al gobierno del presidente Venustiano Carranza durante el desarrollo de la Primera Guerra Mundial. En el texto, el gobierno de Berlín ofrecía a México servir como aliado en contra de los Estados Unidos a cambio de la devolución de los territorios mexicanos cedidos a los estadounidenses a mediados del siglo XIX.

En suma, México ha sido comparado con Ucrania. Ello no implica, empero, que el mensaje de los líderes mundiales deba ser interpretado como una necesidad de que nuestro país ingrese a una alianza militar. Debe entenderse, por el contrario, que México debe jugar un papel más importante en el concierto de las naciones, mediante el ejercicio de nuestra diplomacia, y que la política exterior de nuestro país debe ser fortalecida.

José Miguel Calderón en Twitter: @JosMiguelCalde4