Ser mujer en México sigue siendo un reto. Y no solo por los techos de cristal o los prejuicios del día a día, hoy me gustaría centrarme en una problemática específica: la que viven dentro de los centros de reinserción social.
Lo cierto es que como todo ser humano, las mujeres no son la excepción de cargar con una historia y un pasado. Y cuando por alguna razón terminan en un centro de reinserción social, empieza una nueva historia y con ello, una nueva condena. No solo por el presunto delito que hayan cometido, sino por el sistema que día con día atraviesan que es, mayormente, injusto.
Cifras actuales nos muestran una realidad un tanto cruda pero real: en México hay 331 centros penitenciarios, pero solo 22 son femeniles. El 5.6% de la población en reclusión son mujeres y el 72% de los centros femeniles están sobrepoblados.
No les alcanza para lo básico y un ejemplo clarísimo de ello es la menstruación. Puede sonar básico, pero dentro de los centros de reinserción social, tener toallas sanitarias o productos de higiene íntima es un privilegio. Muchas tienen que arreglárselas como pueden o esperar que sus familias les manden lo poco que pueden. Es preciso señalar que se estima que 7 de cada 10 mujeres en prisión no reciben visitas ni apoyo familiar, ya te podrás imaginar cuántas son las que tienen acceso a los productos en comento.
¿Cómo es posible que algo tan natural y biológico como menstruar se viva con tal injusticia?
Consciente de la problemática y buscando abonar a una posible solución, estamos próximos a presentar una propuesta legislativa en el congreso mexiquense con el objetivo de facilitarles no solamente productos de higiene menstrual, sino dignidad humana.
Sabemos que el Estado no puede con todo y, cuando se trata de que los familiares se acerquen a ellas, no todas cuentan con la fortuna de tenerles. Por lo que la propuesta que presentamos versa en que las empresas cuenten con incentivos fiscales siempre y cuando donen productos de higiene menstrual a centros penitenciarios.
Queriendo dar visibilidad no solo a la problemática, sino a la propuesta de solución, las Diputadas del Partido Verde visitaron el penal de Santiaguito en Almoloya de Juarez. Les llevaron toallas sanitarias, entre otros productos de higiene, y tuvieron la oportunidad de conversar con sobre el tema. Pero nosotros también nos llevamos algo: la confirmación de la problemática evidentemente real.
Además, una vez que las empresas puedan visibilizar la posible solución, verán que también es necesario apoyarles a una debida reinserción, pues otras de las problemáticas a la que las mujeres que enfrentar al salir del centro penitenciario es la imposibilidad de encontrar trabajo, por lo que, también a las empresas que les apoyen tendrán incentivos fiscales.
Lo he dicho en distintas ocasiones y lo sostengo: uno de los principales objetivos de llevar a cabo el honor de ser servidor público, ha sido y lo seguirá siendo, un mundo más justo para todos y todas, sin distinción.
Hoy, con esta propuesta, tratamos de construir un sistema más humano y más consciente.