Martí Batres lleva años en la política. Ha sido diputado y también fue presidente del Comité Ejecutivo de Morena en el 2015. Así que ha estado muy pegado a todo el movimiento obradorista. Por lo tanto, no sorprende que Claudia Sheinbaum y AMLO, que es el que mece la cuna aunque algunos lo nieguen, lo quieran posicionar para relevar a la jefa de gobierno en su búsqueda por la candidatura a la Presidencia en el 2024.

La verdad es que Batres me parece que no es el personaje ideal para ser jefe de gobierno.

No es algo personal, pero sí tuve una experiencia con él hace años, cuando su hija y mis hijos coincidieron en la primaria, y don Batres al llegar a los festivales escolares se sentía prácticamente el dueño del mundo. Su arrogancia me sorprendió un poco, porque en aquel entonces siendo el presidente del Comité Ejecutivo de Morena, hubiera esperado que pudiera ser una persona como más sencilla y amable tal vez, pero él no miraba a nadie. Creo que se miraba nada más a él mismo y a su hija. No se le veía cercano a la madre de su pequeña. La verdad es que no sé si en aquel entonces, allá por el año 2014, estaría separado, casado o qué, y eso no me incumbe, por supuesto. Solo narro lo que vi.

Pero, claro, sé que esto no sería calificado como un impedimento para que fuera el jefe de gobierno, digo, mi opinión no importa, claro está, y mucho menos le importa a él, pero era una anécdota que les quería platicar. Bueno… escribir.

En lo que sí nos mostró Batres el cobre a todos fue en la entrevista que mantuvo con Pamela Cerdeira quien como ya sabemos delató y evidenció que los donativos para los damnificados de Turquía se quedaron varados misteriosamente en la CDMX y que además estaban siendo revendidos.

Martí Batres no fue ni cortés ni amable con Pamela Cerdeira, vaya no hizo ni el intento por hacerse pasar como un hombre a la altura de las circunstancias que mandaría investigar el tema y ni siquiera se le escuchaba apenado o indignado.

Nada…. Estoy segura que Siri contesta más amable que Batres.

Ante una situación así y su pésimo proceder, ¿cómo podríamos esperar que fuera un buen jefe de gobierno? Y más aún, ¿cómo podríamos esperar que tuviera una buena relación con los medios de comunicación?

¿Cómo saldría a dar la cara ante desastres y accidentes que cotidianamente suceden en la capital del país?

Ahora bien, de no ser Martí Batres jefe de gobierno, todo apuntaría a que fuera Omar García Harfuch. Porque tristemente es impensable que alguien de la oposición llegara a ese cargo.

Claudia Sheinbaum necesita más autocontrol e inteligencia emocional, para lidiar con los que no son de Morena, entonces una jefa de gobierno no va a ser una Xóchitl Gálvez, por ejemplo, aunque tendría todas las tablas del mundo para serlo, pero sabemos bien que el que traiga el apoyo presidencial será el que más fácilmente gane la contienda.

Por otra parte, Rosa Icela Rodríguez, consentida de Obrador, por supuesto, es probable que quede como jefa de gobierno, pero me parece no contaría con el apoyo de muchas personas.

Realmente, hasta la fecha no ha hecho nada extraordinario que se le pueda reconocer. En cambio, Omar García Harfuch ha demostrado que tiene carácter ante sucesos que se dan en la ciudad, sabe cómo tratar a la prensa y sale a dar la cara.

Así sucedió cuando fue el último “accidente” del Metro de este año. Martí y él llegaron al lugar de los hechos y la prensa se dirigía a Harfuch ante un tímido y callado Batres.

La CDMX no es una ciudad fácil de manejar. Es caótica y explosiva. Se necesita temple de carácter y no estoy muy segura si Batres lo tiene.

Ojalá Obrador se dé cuenta que las cosas no se tratan de amor con amor pagándose ni en los abrazos ni en la lealtad.

Se necesita a un buen jefe de gobierno para la capital, porque querámosle ver o no es una ciudad que necesita de muchísimos recursos e inteligencia para sostenerla en pie.

Esa hermosa ciudad no se sostiene de caprichos ni de apasionamientos.

En verdad quiero lo mejor para la Ciudad que me vio nacer.

Los capitalinos se merecen buenas gobernanzas. Ojalá también sepan escoger bien.

Es cuanto.