Este proceso de elección que vivimos, menos atractivo que uno federal, nos queda claro, tiene muchos elementos que nos llevan a entender que, como tal, no fue un fracaso la jornada que se llevó a cabo el pasado fin de semana. De entrada, no podemos comparar una dinámica con la otra. Obviamente, elegir a los representantes del ejecutivo y legislativa, desde cualquier ángulo que lo veamos, se convierte en un telón de fondo más interesante porque nace la intriga, el debate, lo mismo que las grandes concentraciones y el espiral de propaganda que se puede desplegar con mucho tiempo de anticipación. Eso, además de lo que mencionamos, está ligado a una cultura de participación que, en décadas, ha movilizado a la ciudadanía en inmensas proporciones.

Todo ello nos obliga a reconocer que, una y otra, tienen matices muy distintos. El proceso del poder judicial, lo explicamos ayer, fue el primer ejercicio de esa magnitud. Hizo falta promoción, debates, spots y más mecanismos que podríamos añadir. Aun así, debemos darle el mérito porque, gracias a ello, la integración ha quedado plenamente legitimada, especialmente ahora que se oficialice la estructura de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Eso significa, para la democracia, un avance sustancial, aunque a la oposición no le guste la idea, pues ya está pensando, en esa desesperación, acudir a los órganos internacionales para invalidar un decreto constitucional que debe ser respetado.

La realidad es que vendrá, sin duda, una nueva impartición de justicia que, por fin, tenga ese equilibrio con toda la población, sin excepción alguna. Con esa posibilidad inmejorable, y ahora que se acabe ese manojo de corrupción que muy pronto se desterrará de esas penumbras que pudrieron la esencia en la división de poderes, podemos hablar de que la democracia está en su mayor apogeo. En particular, eso es lo que tiene a la oposición convulsionada y al borde de la desesperación. Ellos, durante mucho tiempo, se aprovecharon de la vulnerabilidad de un poder judicial plagado de escándalos que, por supuesto, llevaron a tomar graves decisiones, muchas de ellas extralimitadas y anticonstitucionales hasta socavar el Estado de derecho. Por eso el PRIAN se ha volcado en todos los espacios. Pareciera que hay, así se percibe, una sincronización de la narrativa en los medios conservadores, lo mismo que en algunos columnistas que, en décadas, se subyugaron ante el poder omnipotente.

Así podemos ver reflejada la misma postura del coordinador de los senadores del PAN, Ricardo Anaya, que sueña con ser, una vez más, el centro de atención que lo lleve a esa anhelada candidatura presidencial. De hecho, su primer reto, todo pinta de esa forma, será la gubernatura de Querétaro. La cuestión es que, hoy en día, las condiciones han dado un giro total; el panismo se ha ido en pique. Su estructura, en efecto, se conforma de vestigios que han quedado en el camino. No tienen liderazgos para convencer al electorado, lo que merma su visión a corto y mediano plazo. Y como acción nacional no se reivindicará, perderá uno de los enclaves más importantes. Esa idea, por supuesto, es lo que ha motivado al gobernador Mauricio Kuri a realizar una serie de posicionamientos para llamar a la gente a no votar por Morena. Todo eso es visto, es notorio, como un síntoma de desesperación, de saber que la izquierda y Santiago Nieto, por mucho, se están afianzando en Querétaro. Ya que eso lo determine la población, y no Kuri, habrá alternancia en un punto que, de pronto, está pidiendo a gritos un cambio.

Seguramente al PRI, que también esboza sus últimos vestigios estructurales, se someterá a lo que Claudio X. González diga. Habrá, aunque Jorge Romero lo niegue, una alianza en todas las entidades que se jugarán en 2027. Dirán que funcionó la coalición en Durango, sin embargo, basta ver el desaseo que predominó en ese punto. Por eso y por muchas razones, no podemos anticipar una eficacia en esa combinación de fuerzas que, poco a poco, se van desintegrando más. No tienen ni siquiera aliento; el tiempo, al igual, se les acorta para construir un contrapeso real. Expresiones blandengues como la Marea Rosa, que no es otra cosa más que una columna que moviliza la derecha, no es suficiente para alcanzar las metas que se lleguen a proponer de retener Aguascalientes y Chihuahua.

Las columnas más leídas de hoy

Esa es la apuesta del PRIAN. No tienen para competir en Guerrero, Michoacán, Sonora, Baja California, Colima, Nuevo León, Sinaloa, Nayarit y Zacatecas. La muestra más clara de ello, en los propios testimonios, son el terreno importante que siguen dejando a la intemperie. Eso lo ha ido aprovechando al máximo el lopezobradorismo, sobre todo por la consagración de su presidenta constitucional, Claudia Sheinbaum, y su abrumador respaldo que tiene del pueblo de México. De hecho, la oposición, ingenua de lo que realmente vive, no se ha dado cuenta que, como una alternativa para la gente, no son una opción, pues PAN y PRI, que muestran su crisis más profunda de la historia, se siguen necesitando uno al otro. Todo eso ha permitido, además de ganarse a pulso el desprecio, dejar un terreno fértil para el éxodo de simpatizantes a otras causas.

Por eso, cada vez más, vemos vestigios del PRIAN por doquier.

Notas finales

Hace un par de días, a la par de que circularon los registros oficiales de la jornada que vivimos el pasado fin de semana, se publicó, en un medio de circulación nacional, el ranking de alcaldes. De hecho, se evalúan los 100 municipios más importantes a lo largo y ancho del territorio. En esa ponderación, que encontramos muchos datos interesantes, pudimos constatar el salto relevante que han dado algunos ediles por su trabajo. En Michoacán, por ejemplo, fuimos testigos de un hecho sin precedentes en la vida pública de la región cuando se llevó a cabo la inauguración del Nuevo Mercado Municipal de Pátzcuaro. Eso fue noticia nacional, especialmente por la importancia que tiene ese enclave a nivel mundial. En torno a esa labor, queda claro, vimos el despegue que ha tenido su presidente municipal, Julio Arreola. Él, precisamente en ese listado, apareció con 68% de respaldo; es decir, alcanzó su pico más alto. Se ve que las acciones, como tal, son un motor que llama poderosamente la atención de los sectores sociales.

Y así como hay gobiernos productivos, también hay otros que, en definitiva, tienen muchos negativos por el cúmulo de irregularidades que arrastran. En Acapulco, por ejemplo, la alcaldesa, de nueva cuenta en el ojo del huracán, tiene señalamientos por la Auditoría Superior del Estado de Guerrero, por 898 millones de pesos. Hasta donde sabemos, hay una denuncia ante las autoridades que, propiamente dicho, la misma Abelina López Rodríguez, deslizó no saber nada. El punto es que, si desconoce o no, queda impregnado el flagelo de la corrupción, que precisamente está desterrando el proyecto de la cuarta transformación, pues, al final de cuentas, es dinero y presupuesto para beneficio del pueblo.